Se trata de una investigación que lidera el bioingeniero Jonathan Trent, a partir del proyecto Omega, acrónimo de Offshore Membrane Enclosures for Growing Algae (Capsulas Costeras de Membrana para Cultivo de Algas), que tiene como objetivo generar biocombustibles a partir de microalgas cultivadas en bolsas plásticas que flotan en el mar y alimentadas por el alcantarillado de las ciudades
El principio detrás de esta idea, según el propio Trent, es que el biocombustible producido pueda competir con el combustible fósil, pero sin competir por el agua, los fertilizantes o el suelo para la agricultura.
Básicamente, el sistema contempla unas bolsas plásticas que flotan apenas por debajo de la superficie del mar y en cuyo interior se bombean aguas residuales y algunas formas de microalgas. Las algas crecen por consumo de energía del sol y de CO2 presentes en la atmósfera y liberan oxígeno en el proceso.
Según sostienen sus impulsores, que ya han realizado pruebas en varios puntos costeros del país, ha llegado la hora de que la idea crezca por fuera de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus iniciales en inglés), por lo que aseguran que la idea ha sido desarrollado pero no patentada.
Entre otros puntos, afirman que a diferencia de otras fuentes de biocombustibles, como los cultivos de soja, girasol, colza y palma, que producen hasta 470 litros de combustible por cada hectárea al año, las microalgas pueden generar entre 19.000 y 47.000 litros por hectárea por año. El sistema también puede ser integrado con otras energías renovables, como la eólica, la solar y la undimotriz, e incluso con la acuicultura.
Trent sostiene que si bien la investigación y el desarrollo son importantes, está convencido de que el futuro de los biocombustibles depende más que nada de la integración en el campo de la innovación.
Más información:
www.nasa.gov
Una respuesta a «Un nuevo proyecto de la NASA pretende extraer biocombustibles de las cloacas»