Un estudio realizado por expertos del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (Nueva York, EEUU) y de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) demuestra que cuando se tienen en cuenta los costes económicos de los daños para la salud, la agricultura y el medio ambiente derivados de la generación eléctrica, producir electricidad con fuentes renovables es más barato que hacerlo mediante tecnologías convencionales, como el carbón.
El estudio, realizado conjuntamente por Chris Hope, de la Universidad de Cambridge, y Laurie Johnson y Starla Yeh, del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC), lleva por título “The social cost of carbon: implications for modernizing our electricity system”, y demuestra que a largo plazo resulta más barato sustituir una central eléctrica de carbón típica por un parque eólico que mantener en marcha la vieja central.
«La quema de carbón es una forma muy costosa de generar electricidad; hay maneras más eficaces y sostenibles de lograrlo»
«La quema de carbón es una forma muy costosa de generar electricidad; hay maneras más eficaces y sostenibles de lograrlo», subraya Johnson. «Podemos reducir los costos en sanidad y afrontar los daños causados por el cambio climático a la vez que reducimos la cantidad de dióxido de carbono (CO2) que aportamos a la atmósfera y que contribuye al calentamiento global».
Para realizar el estudio, los investigadores tuvieron en cuenta, entro otros aspectos, el»Costo Social del Carbono» (SCC por sus siglas en inglés); una fórmula desarrollada por la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca, el Departamento del Tesoro, el Departamento de Energía y otras ocho agencias federales de Estados Unidos, que mide el valor económico de los daños causados por las energías sucias en la salud, medio ambiente y agricultura. Esta fórmula permite cuantificar los beneficios económicos que se obtienen al reducir la contaminación por CO2 y otras sustancias nocivas, como el dióxido de azufre, liberadas por la quema de carbón y otros combustibles fósiles.
«El costo social del carbono (SCC) mide el valor económico de los daños causados por las energías sucias en la salud, medio ambiente y agricultura»
De acuerdo con Jonson, la meteorología extrema provocada por el cambio climático (incidencia de olas de calor, inundaciones, sequías, incendios forestales, tormentas…) causó daños por valor de más de 140.000 millones de dólares en 2012 en Estados Unidos.
A raíz de estos datos, el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales publicó en mayo pasado un análisis según el cual los contribuyentes estadounidenses tuvieron que pagar de sus bolsillos casi 100.000 millones de dólares de esa «factura» de 140.000 millones. «Y estos daños seguirán creciendo de manera inexorable si no se hace nada para reducir la contaminación», advierte el científico norteamericano.
Las energías renovables se muestran como solución tanto a la dependencia energética de recursos que son limitados como para la sostenibilidad del medio ambiente y por supuesto, como señaláis en el artículo, para la salud de las personas. Pero además es que en época de crisis se ha demostrado que las energías renovables pueden reducir el coste del consumo eléctrico, algo muy necesario tanto para la economía de las familias como para las economías de las empresas, motores de los países. Es por ello que creo que la apuesta por fomentar y hacer crecer tanto las instalaciones eólicas como solares y de aprovechamiento de la fuerza del mar debería realizarse de manera más decidida y firme.