Ya sabemos muchas cosas sobre el mercado eléctrico y las tarifas, así que hoy traemos algo sobre mercado libre y TUR. Tradicionalmente en España se ha utilizado un sistema de tarifas para la comercialización de energía eléctrica, mediante el cual se establece un precio fijo de la energía que va actualizándose por parte del Estado.
En el año 2007 se produce la liberalización del mercado eléctrico en España, como parte de la política energética europea, mediante la cual desaparece el sistema de tarifas y se establece la compra de energía en un mercado eléctrico complejo, directamente o a través de empresas comercializadoras.
La nueva legislación obliga a una diferenciación entre los servicios de generación, distribución y comercialización de energía, que hasta entonces estaban en manos de una misma empresa. El servicio de venta de energía se encarga a la figura de la empresa comercializadora. Esto significa que, por ejemplo, antes existía IBERDROLA S.A y se encargaba de la energía eléctrica desde la generación (las centrales eléctricas) hasta el contador de nuestra vivienda (comercialización), ahora se diferencia IBERDROLA GENERACIÓN que se encarga de la generación eléctrica, IBERDROLA DISTRIBUCIÓN E IBERDROLA COMERCIALIZADORA, que se encarga de la comercialización de la electricidad. Se ha producido, por tanto una segmentación horizontal de la empresa.
Las operaciones de compra y venta de energía eléctrica se deberán realizar en un mercado eléctrico liberalizado, controlado por OMEL, donde se negocian los precios y las cantidades de energía entre los distintos agentes. El usuario final de la energía eléctrica podrá realizar la compra de energía directamente en el mercado eléctrico o realizar la operación a través de una comercializadora. Generalmente, a los usuarios con un consumo reducido de energía les resulta conveniente delegar la compra de energía eléctrica en las empresas comercializadoras, dejando la participación directa en el mercado para clientes con un gran consumo eléctrico
Este nuevo sistema pretende ser más eficiente de forma global, estableciendo un mayor nivel de competencia entre empresas que repercute en una reducción de los costes de la energía y una mayor calidad de servicio, consiguiendo ventajas evidentes para el usuario final.
En general hasta la fecha el precio de mercado es ligeramente menor al que se derivaría de un sistema de tarifas. Por el contrario, se introduce una complejidad importante que lleva al usuario final a confusiones, sobre todo en el ámbito doméstico y pequeñas empresas donde no se dispone de personal cualificado con conocimientos sobre las múltiples vías y procedimientos actuales en la compra de energía eléctrica.
Este artículo pretende arrojar un poco de luz sobre estos mecanismos, proporcionando un pequeño resumen y unos criterios a seguir para la contratación de energía eléctrica en el ámbito del pequeño consumidor que se afectado por una complejidad innecesaria del sistema actual.
El sistema tarifario integral desaparece definitivamente en el año 2009, pero se crea la figura de la tarifa de último recurso (TUR), a la cual tienen derecho aquellos usuarios finales suministrados en baja tensión con potencia contratada inferior o igual a 10 kW. Se pueden acoger a esta tarifa aquellos consumidores que por algún motivo no pueden o no quieren pasar a mercado, y se debe hacer a través de empresas comercializadoras de último recurso (CUR). Esta tarifa establece un precio máximo y mínimo a cobrar al usuario final, actualizado por parte del Estado.
Dentro de este grupo de pequeños consumidores, con potencias inferiores a 10 kW, se encuentra la práctica totalidad de hogares, incluyendo la climatización, y una parte muy importante de comercios y empresas de servicios, por lo que la tarifa TUR es una parte importante de la comercialización. De hecho, los datos proporcionados en su día por el Ministerio de Industria hablaban de una estimación de 25 miillones declientes con derecho a tarifa de último recurso.
Para atender el derecho a la tarifa de último recurso, se designa una serie de comercializadores de último recurso (Endesa Energía XXI, Iberdrola Comercialización, Unión Fenosa Metra, Hidrocantábrico Energía y EOn Comercializadora), mediante las cuales los usuarios finales podrán contratar el suministro con tarifa de último recurso.
La tarifa de último recurso se recomienda particularmente para aquellos pequeños consumidores (domésticos y pequeño comercio) que deseen tener una tarifa prefijada sin variabilidad en los precios, sin tener que preocuparse de la evolución del mercado eléctrico.
No obstante, la contratación en mercado a través de una comercializadora no supone tampoco una mayor dedicación por parte del usuario, pues la empresa comercializadora realiza todas las gestiones necesarias y emite las facturas cada dos meses como en el caso anterior. Queda sin embargo en manos del usuario final llevar un control sobre los precios de la energía facturada, para evitar posibles subidas no deseadas por efectos debidos a perturbaciones del mercado.
Imagen cabecera. Fuente: Moneda gráfico por Petr Kratochvil
Imagen artículo. Fuente: Iberdrola.
Tarifa de último recurso (TUR) y mercado libre
Ya sabemos muchas cosas sobre el mercado eléctrico y las tarifas, así que hoy traemos algo sobre mercado libre y TUR. Tradicionalmente en España se ha utilizado un sistema de tarifas para la comercialización de energía eléctrica, mediante el cual se establece un precio fijo de la energía que va actualizándose por parte del Estado.
En el año 2007 se produce la liberalización del mercado eléctrico en España, como parte de la política energética europea, mediante la cual desaparece el sistema de tarifas y se establece la compra de energía en un mercado eléctrico complejo, directamente o a través de empresas comercializadoras.
La nueva legislación obliga a una diferenciación entre los servicios de generación, distribución y comercialización de energía, que hasta entonces estaban en manos de una misma empresa. El servicio de venta de energía se encarga a la figura de la empresa comercializadora. Esto significa que, por ejemplo, antes existía IBERDROLA S.A y se encargaba de la energía eléctrica desde la generación (las centrales eléctricas) hasta el contador de nuestra vivienda (comercialización), ahora se diferencia IBERDROLA GENERACIÓN que se encarga de la generación eléctrica, IBERDROLA DISTRIBUCIÓN E IBERDROLA COMERCIALIZADORA, que se encarga de la comercialización de la electricidad. Se ha producido, por tanto una segmentación horizontal de la empresa.
Las operaciones de compra y venta de energía eléctrica se deberán realizar en un mercado eléctrico liberalizado, controlado por OMEL, donde se negocian los precios y las cantidades de energía entre los distintos agentes. El usuario final de la energía eléctrica podrá realizar la compra de energía directamente en el mercado eléctrico o realizar la operación a través de una comercializadora. Generalmente, a los usuarios con un consumo reducido de energía les resulta conveniente delegar la compra de energía eléctrica en las empresas comercializadoras, dejando la participación directa en el mercado para clientes con un gran consumo eléctrico.
Este nuevo sistema pretende ser más eficiente de forma global, estableciendo un mayor nivel de competencia entre empresas que repercute en una reducción de los costes de la energía y una mayor calidad de servicio, consiguiendo ventajas evidentes para el usuario final.
En general hasta la fecha el precio de mercado es ligeramente menor al que se derivaría de un sistema de tarifas. Por el contrario, se introduce una complejidad importante que lleva al usuario final a confusiones, sobre todo en el ámbito doméstico y pequeñas empresas donde no se dispone de personal cualificado con conocimientos sobre las múltiples vías y procedimientos actuales en la compra de energía eléctrica.
Este artículo pretende arrojar un poco de luz sobre estos mecanismos, proporcionando un pequeño resumen y unos criterios a seguir para la contratación de energía eléctrica en el ámbito del pequeño consumidor que se afectado por una complejidad innecesaria del sistema actual.
Esquema Tarifa de último recurso. Pc: potencia contratada.
El sistema tarifario integral desaparece definitivamente en el año 2009, pero se crea la figura de la tarifa de último recurso (TUR), a la cual tienen derecho aquellos usuarios finales suministrados en baja tensión con potencia contratada inferior o igual a 10 kW. Se pueden acoger a esta tarifa aquellos consumidores que por algún motivo no pueden o no quieren pasar a mercado, y se debe hacer a través de empresas comercializadoras de último recurso (CUR). Esta tarifa establece un precio máximo y mínimo a cobrar al usuario final, actualizado por parte del Estado.
Dentro de este grupo de pequeños consumidores, con potencias inferiores a 10 kW, se encuentra la práctica totalidad de hogares, incluyendo la climatización, y una parte muy importante de comercios y empresas de servicios, por lo que la tarifa TUR es una parte importante de la comercialización. De hecho, los datos proporcionados en su día por el Ministerio de Industria hablaban de una estimación de 25 miillones declientes con derecho a tarifa de último recurso.
Para atender el derecho a la tarifa de último recurso, se designa una serie de comercializadores de último recurso (Endesa Energía XXI, Iberdrola Comercialización, Unión Fenosa Metra, Hidrocantábrico Energía y EOn Comercializadora), mediante las cuales los usuarios finales podrán contratar el suministro con tarifa de último recurso.
La tarifa de último recurso se recomienda particularmente para aquellos pequeños consumidores (domésticos y pequeño comercio) que deseen tener una tarifa prefijada sin variabilidad en los precios, sin tener que preocuparse de la evolución del mercado eléctrico.
No obstante, la contratación en mercado a través de una comercializadora no supone tampoco una mayor dedicación por parte del usuario, pues la empresa comercializadora realiza todas las gestiones necesarias y emite las facturas cada dos meses como en el caso anterior. Queda sin embargo en manos del usuario final llevar un control sobre los precios de la energía facturada, para evitar posibles subidas no deseadas por efectos debidos a perturbaciones del mercado.
Imagen cabecera. Fuente: Moneda gráfico por Petr Kratochvil
Imagen artículo. Fuente: Iberdrola.