El expolio de Repsol-YPF en Argentina vuelve a traer a la luz, a ojos de los que nos preocupan estas cosas, la debilidad e inseguridad de nuestro modelo energético. Gracias a estos hechos podemos comprobar cómo, en un abrir y cerrar de ojos, un país extranjero en el que una empresa productora de petróleo obtiene gran parte de sus recursos se apropia de éstos sin que la empresa o su país puedan hacer nada para impedirlo.
Como todos sabemos, en España apenas existen recursos petrolíferos que explotar, y prácticamente la totalidad de la energía fósil que consumimos debe ser obtenida en el exterior y traída a España mediante oleoductos y barcos. Sin embargo el consumo de este tipo de combustibles, aunque en estos últimos años de crisis se ha visto reducido, no ha cambiado significativamente, como podemos ver en la siguiente gráfica:
Éste petróleo se destina mayoritariamente (en un 99%) al transporte, siendo el transporte por carretera de mercancías, el transporte personal en vehículo privado, el transporte marítimo y la aviación los destinos finales del mismo.
A pesar de los Planes Energéticos Nacionales, que van introduciendo poco a poco mayores cantidades de biocombustibles en gasolinas y gasóleos, el proceso sigue siendo muy lento, y van aflorando otros problemas como los siguientes:
- Hay cuatro millones de vehículos parados por la crisis, de los 28 vehículos matriculados en España.
- Viajar en coche cuesta un 60% más que hace tres años. Aun añoramos aquellos tiempos de 2009 en los que el gasóleo costaba menos de 90 céntimos de euro.
- El precio del petróleo incrementa la factura energética en 9.000 millones. Si añadimos ese coste a los ya preocupantes 25.000 millones de euros del déficit tarifario eléctrico, la bola de nieve energética adquiere unas dimensiones astronómicas.
- Para sustituir combustibles fósiles, podemos generar en masa biogás y biobutanol, como posible solución al fin del petroleo. Éste se puede producir de diversas formas, pero cada vez toma más cuerpo la producción de biocombustibles a partir de algas.
- Debemos desarrollar y extender el uso del coche eléctrico, que cargaremos gracias a la energía eólica y la fotovoltaica de autoconsumo, que podría extenderse ampliamente gracias a una legislación adecuada de balance neto.
- Hay que promover el uso de alternativas al coche, como la bicicleta eléctrica, mucho más económica y saludable.
Desde Efimarket esperamos que los efectos de la crisis y la temible recesión en la que nos van a sumir los recortes y las políticas de reducción del déficit hagan reflexionar al Gobierno de turno y empiecen a plantearse en serio un cambio en el modelo energético que no sólo nos aportaría una mayor independencia energética, sino que también podría generar muchos puestos de trabajo y reflotar una economía cada vez más deprimida, explotando los grandes recursos naturales que tenemos en nuestro territorio, nuestro «petróleo» renovable: EL SOL.