Ayer finalmente se dieron a conocer las nuevas subidas de la luz y el gas. El recibo de la luz subirá el domingo un 7% para los consumidores domésticos acogidos a la Tarifa de Último Recurso (TUR), un 4,1% para las pequeñas y medianas empresas, un 2,78% para la mediana industria y 0,91 para la gran industria. El gas, por su parte, subirá un 5%.
El ministro de Industria, José Manuel Soria desveló al término del Consejo de Ministros y tras semanas de tensa espera (sobre todo para las empresas) las medidas que de momento aplicará para hacer frente a los desajustes que registra el sistema eléctrico y que suman 24.000 millones de déficit acumulados a diciembre de 2011.
Todos esperaban una subida como la anunciada. A los 1.382 millones de euros que recaerán sobre los usuarios, se suman recortes en los pagos por distribución, capacidad y transporte que cobran las empresas. Este recorte suma otros 1.700 millones.
El Gobierno también ha adoptado medidas en el sector gasista (con un «incipiente» déficit de 300 millones). Para ello, además de subir las tarifas un 5% a partir del domingo, paraliza la construcción de nuevas infraestructuras (plantas de regasificación, almacenamiento y gasoductos).
Esto solo es un primer paso antes de una anunciada Reforma Energética, según anunció Soria. Tanto el titular de Industria, como la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santa María, destacaron que con las decisiones de subidas y de recortes adoptadas, se reparten los esfuerzos de forma equitativa. Para justificar este hecho tan poco creible, Soria añadió que, de haber recaído todo el esfuerzo sobre los consumidores, la subida de las tarifas eléctricas en abril habría tenido que llegar al 40%.
Sin embargo y a pesar de las justificaciones del Gobierno, la realidad es que el peso más importe recae sobre las espaldas de los consumidores. Esto es por lo siguiente: el recibo de la luz, como explicó Soria, está compuesto de dos mitades, el precio de la energía (que se decide en subasta trimestral) y los peajes que aprueba el Gobierno. En la última subasta, el precio de la energía cayó un 7,1%. Por esa razón, para subir el porcentaje final del 7%, los peajes (la mitad del recibo que no es energía) han subido un 21%. Es un porcentaje que han solicitado repetidamente las empresas apoyándose en informes de consultores y todo tipo de estudios. Así pues, el reparto de esfuerzos es solo aparentemente equilibrado. De esta forma el consumidor doméstico paga uno de los recibos más caros de la UE debido a que la factura eléctrica es, en más del 50%, un cajón lleno de impuestos. Solo Malta y Chipre pagan recibos más altos, y esto es debido a su condición de territorio insular.
Los autos del Supremo declarando inválida la congelación de tarifas, pactada entre PP y PSOE en junio de 2011, le han venido bien a Soria. No solo para justificar la fuerte subida (21%) de los peajes regulados, sino para ganar tiempo en el diseño de una reforma que augura mayores presiones a ciudadanos y empresas. Las eléctricas estan aterrorizadas ante la posibilidad de que la reforma toque núcleo del negocio: las centrales nucleares y las hidroeléctricas, sobre las que se cierne la sombra de nuevos impuestos, al estilo italiano.
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Fuente: El País