La responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace España, Aida Vila, asegura que «Según los datos que barajamos, la lucha contra el calentamiento global requiere que las emisiones de Gases de Efecto Invernadero tiendan a 0 para 2050; después hemos de seguir emitiendo a niveles pre-industriales»
Esta medida evitaría que la temperatura terrestre se elevara dos grados durante este siglo, la cual ya ha subido, globalmente, 0,8 grados. La media española es de 1,5 grados. Si, por el contrario, seguimos los compromisos propuestos por los países tras la cumbre de Copenhague, el mercurio podría subir hasta cuatro grados más la temperatura terrestre en el presente siglo.
El efecto de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) se mide con un número, denominado Potencial de Calentamiento Global (PCG), que expresa el potencial de ese gas en comparación con el que posee el mismo volumen de CO2 durante el mismo periodo de tiempo. El dióxido de carbono, CO2, es el referente, por eso, su PCG es siempre 1.
Los gases que provocan el denominado efecto invernadero son los siguientes.
- Dióxido de carbono (CO2). Es el más abundante, con diferencia, debido a la gran cantidad de combustiones de carburantes fósiles y a la deforestación. No es el que más PCG tiene, pero es muy preocupante por su abundancia y el hecho de que pueda permanecer en la atmósfera más de 100 años. En la era pre-industrial, su concentración en la atmósfera era de 270 partes por millón (ppm); en 2004 batió su récord, con más de 380 ppm.
- Metano (CH4). Su PCG es 21. Se elimina en 12 años, pero es el que más aumentado con la industralización, un 151%, debido al crecimiento del sector ganadero y al aumento de residuos urbanos.
- Óxido nitroso (N2O). Su PGC es 310, un valor muy elevado. Además, el N2O se acumula en la estratosfera y persiste durante más de 114 años. Este gas es producido por las centrales energéticas que se alimentan de carbón, por los automóviles y por los fertilizantes que se utilizan en la agricultura. En la actualidad, su concentración es la más alta del milenio.
- Ozono troposférico (O3). Se produce al quemar combustibles fósiles entre el nivel del mar y los 10 kilómetros de altura y suele aparecer en las épocas más calurosas, en zonas con industrias y mucho tráfico. No hay que confundir este ozono con el que se encuentra en la estratosfera, ya que el que producimos es nocivo para la salud y el medio ambiente.
- Halocarburos (CFC). Se trata de los perfluorocarbonos (PFC), los hidrofluorocarbonos (HFC) y el hexafluoruro de azufre (SF6), que contienen flúor, cloro y bromo. Como, a parte de ser GEI, afectan a la capa de ozono, están regulados por el Protocolo de Montreal y han sido sustituidos por otros gases que no afectan a la capa de ozono pero, tienen muchísimo más potencial de calentamiento, entre 9.000 y 23.900 veces más, que el CO2.
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Fuente: Madri+d