Las temperaturas subirán entre 4 y 5 grados durante el próximo siglo

Las temperaturas subirán entre 4 y 5 grados durante el próximo sigloLos expertos asistentes en Salamanca al octavo Congreso Internacional de la Asociación Española de Meteorología han alertado que las temperaturas subirán en la Tierra entre cuatro y cinco grados a partir del próximo siglo.

El presidente de la Asociación Española de Meteorología, José María Cuadrat, ha asegurado a los medios de comunicación que «debe preocupar» cómo en el ámbito mundial «en los últimos años se han producido un importante incremento de temperatura», como es el caso de España, donde «en los últimos 100 años las temperaturas no han dejado de crecer».

Se celebra en la Universidad de Salamanca, a través de su Fundación General, el octavo Congreso Internacional de la Asociación Española de Climatología, bajo el título «Cambio climático. Extremos e impactos».

LA «MANO» DEL HOMBRE

La directora del Congreso, Concepción Rodríguez, ha sostenido que hay estudios que evidencian que «dentro del cambio climático hay un efecto provocado por el efecto del hombre«, aunque también pueden influir «efectos naturales».

«El hombre cambia la atmósfera y la naturaleza de la Tierra y eso tiene sus consecuencias en la temperatura del planeta y en otros fenómenos relacionados con el clima como la distribución de las precipitaciones o del movimiento de la atmósfera», ha agregado.

Son los hombres, «sociedad y políticos» -según José María Cuadrat-, los que deben tomar la iniciativa y poner medidas contra el cambio climático.

Para el presidente de la Asociación Española de Metereología estas medidas pasan por «las enormes dificultades en poner de acuerdo a intereses tan variados que afectan a toda la sociedad de forma diferente».

KIOTO, UN FRACASO

«No afectan igual a países pobres y ricos«, ha sostenido Cuadrat, quien a modo de ejemplo se ha referido a la Unión Europea, que «capitanea toda la lucha contra el cambio climático».

En este sentido, se ha preguntado a la UE si «le siguen las demás naciones» o si se obtienen «buenos resultados de las cumbres globales» que plantean las Naciones Unidas sobre el clima.

Como respuesta ha afirmado que los expertos son conscientes de que «cada vez que ha habido reuniones internacionales no ha habido resultados excesivamente positivos».

El presidente de la Asociación Española de Meteorología ha argumentado que los últimos encuentros para analizar el Protocolo de Kioto, un instrumento jurídico creado por las Naciones Unidas para luchar contra el cambio climático, «han sido un fracaso», por lo que ha reclamado que «todos» participen en la búsqueda de soluciones. «¿Cómo podemos decir a un país subdesarrollados que adopten soluciones en la misma medida que a los países ricos, que son los verdaderos causantes?», se ha preguntado, en esa línea, José María Cuadrat.

La directora del Congreso, Concepción Rodríguez, ha ido más allá al afirmar que «es difícil evitar el cambio climático» y que la sociedad, como mucho, se puede «adaptar al cambio o mitigar en parte sus consecuencias».

En este congreso, gestionado por la Fundación General de la Universidad de Salamanca, se informará sobre resultados de eventos extremos térmicos, sequías, índices bioclimáticos y sobre impactos climáticos en la agricultura y la salud, según ha detallado Rodríguez.

Vía MadrI+D

La energía eólica aporta más al PIB que el gas y crea más empleo

La energía eólica aporta más al PIB que el gas y crea más empleo

La producción de un MWh (megavatio hora) de energía eólica aporta más al PIB que otro MWh producido con ciclos combinados de gas, al tiempo que un millón de euros invertidos en eólica genera el doble de empleos que el gas, según un informe elaborado por Ernst&Young (E&Y).

Este informe fue encargado por Acciona y EDP, que hace unos meses solicitaron a un experto independiente un estudio acerca del coste total de la eólica y de otras fuentes de generación eléctrica, con el objetivo de conocer la aportación total de la energía eólica y su capacidad para competir con otras tecnologías.

Entre sus conclusiones, E&Y indica que la generación de un MWh eólico aporta 56 euros de valor añadido bruto, frente a los 16 euros del ciclo combinado de gas. Esta circunstancia se debe a que el gas natural es en buena parte importado, de forma que el desembolso asociado tiene ventajas «muy limitadas» a nivel nacional.

El informe reconoce que un MWh eólico tiene un coste superior al del gas, de 81 euros frente a 74 euros, pero advierte de que si se incluye en el cálculo el beneficio por su aportación al PIB la comparación resulta positiva.

De hecho, el coste neto final de la eólica, una vez tenidos en cuenta los retornos positivos, es de 32 euros por MWh, mientras que el coste de la producción eléctrica a partir de gas teniendo en cuenta su aportación al PIB es de 66 euros por MWh.

E&Y también concluye que, en España y Francia, la energía eólica crea el doble de empleos que los ciclos combinados de gas por cada millón de euros invertidos. En concreto, la eólica genera 15 empleos al año por millón de euros invertido, frente a los seis empleos del gas.

Por último, la eólica genera más ingresos fiscales que los ciclos combinados de gas, ya que cada euro invertido en eólica genera 33 céntimos en retornos fiscales, frente a los 11 céntimos del gas natural.

Está visto que, cada vez más, las energías renovables se encuentran en una espiral en la que acabarán derrotando a las energías no renovables.

Fuente: Europa Press

España genera el 72,8% de la potencia termosolar mundial

España genera el 72,8% de la potencia termosolar mundialTres cuartas partes de la potencia termosolar mundial sale de España. Asimismo, la tecnología termosolar desarrollada por centros de investigación y empresas españolas está presente en el 60% de las centrales en construcción de Estados Unidos, India, Emiratos Árabes y México.

Protermosolar, la Asociación Española de la Industria Solar Termoeléctrica, confirma que las 35 centrales termosolares españolas produciendo electricidad a partir de esa fuente inagotable que es el sol, generan una potencia conjunta de 1.581 MW, lo que se traduce en el 72,85% de toda la potencia instalada en el mundo.

Las centrales construidas por empresas punteras como Abengoa, Sener, Acciona, ACS-Cobra, FCC, Valoriza, Elecnor o Ibereólica triplican a todas las que funcionan en los ocho únicos países que cuentan con esta tecnología: Estados Unidos, Egipto, Argelia, Marruecos, India, Italia, Tailandia y Australia.

En una gran parte de las centrales operativas en el extranjero hay firmas españolas involucradas, bien durante su construcción, bien en su fase operativa, como las de Hassi R’melc (Argelia), Al Kuraymat (Egipto), Ain Beni Mathar (Marruecos) o Nevada (Estados Unidos).

La electricidad termosolar es la única gestionable entre las energías renovables, junto con la biomasa, y es sin duda la de mayor potencial en el mundo. Por su capacidad de almacenamiento en tanques de sales puede incluso generarse durante las noches aún en ausencia de sol, como, por ejemplo, se hace desde Gemasolar (construida por Sener), central instalada en el sur de España.

Fuente: MadrI+D

Voltitude, una bicicleta eléctrica tan práctica como una navaja suiza

Después de años de desarrollo y búsqueda de financiación, el «Electric Bike Swiss Army» Voltitude está listo para su producción a gran escala. El primer lote de las bicicletas se están construyendo ya, y los pedidos iniciales se enviarán antes del año nuevo.

Con una velocidad de más de 25 km/h y una autonomía de 40 km sólo en modo eléctrico (a lo que se puede añadir más distancia si pedaleas), esta pequeño ciclomotor eléctrico posee un diseño que recuerda a las famosas navajas suizas, y que como estas ofrecerá una durabilidad y resistencia considerables, al estar fabricada en acero inoxidable y aluminio macizo. El chasis de acero y aluminio se complementa con pedales, asiento y manillar de alta calidad. Los responsables de la moto no han reparado en detalles en su diseño, por lo que el feliz propietario de esta maravilla tecnológica de la movilidad sostenible puede esperar una experiencia de conducción excepcional.

La Voltitude es hoy en día lo más «top» que un simple mortal puede conseguir en bicicletas eléctricas plegables. Si eres un enamorado de las navajas suizas, entonces la Voltitude puede ser tu bici. ¿El precio? Ejem… ¿Te sobran algo más de 4.000€? Pues entonces puede ser tuya.

¡Pero no te preocupes! Hay otras opciones interesantes y desde luego mucho más económicas. Visita nuestra tienda y conoce otros modelos más terrenales, pero igualmente prácticos, como este.

Vía Clean Technica

¿Puede la energía eólica alterar el clima global?

¿Puede la energía eólica alterar el clima global?Es un hecho que la energía eólica puede jugar un papel importante en el suministro de energía primaria en un futuro próximo, cuando las emisiones de CO2 y los recursos de combustibles fósiles mundiales se deban disminuir urgentemente. La importancia del  aprovechamiento de este recurso energético lo indica el crecimiento de la capacidad eólica instalada a nivel mundial, 37 GW/año, siendo la energía renovable de mayor crecimiento.

Los aerogeneradores convierten la energía cinética del viento en energía eléctrica que vuelve a la atmosfera en forma de calor para regenerar parte de esta energía. Aunque se han realizado estudios acerca del impacto ecológico, estético y climático de los aerogeneradores, los estudios acerca del impacto climático a nivel global han sido escasos.  Aunque la generación y disipación de la energía cinética es un componente minoritario de los flujos energéticos contenidos en la atmosfera (≈0.3%), los vientos regulan las principales flujos energéticos contenidos en la misma mediante el transporte de calor y humedad. Por esta razón, la alteración de los flujos energéticos debido al uso de aerogeneradores podría tener efectos climáticos de cierta importancia.

En el año 2004 investigadores de la Universidad de Standford publicaron un estudio [1]  en el que concluyeron, a partir de modelos atmosféricos teóricos, que el uso a gran escala de aerogeneradores podría alterar el clima a nivel local y global debido a la extracción de energía cinética y a la modificación de la fluidodinámica de la atmosfera.

Sin embargo, un estudio publicado recientemente en Nature Climate Change [2] basado en nuevos modelos avanzados  de simulación atmosférica contradice estas conclusiones. En el articulo de Nature Climate Change se estiman los efectos climáticos globales (calentamiento superficial, medio y precipitaciones) en función del grado de aprovechamiento eólico. Los autores del estudio estiman que los aerogeneradores situados en la superficie terrestre podrían aprovechar un máximo de 400 TW desde el punto de vista de la geofísica atmosférica. Con este nivel de aprovechamiento se observarían consecuencias climáticas acusadas (aumento temperatura atmosférica superficial, descenso temperatura global en el orden de 1ºC y cambios del 10% en las precipitaciones).

Sin embargo, una extracción de energía eólica uniformemente distribuida con niveles de producción en el entorno de los del consumo mundial global actual (≈ 18TW) no tendría efectos significativos en el clima. Bajo estas condiciones de producción, la temperatura superficial atmosférica descendería 0.1 ºC y las precipitaciones lo harían en una cantidad aproximada del 1%.

De acuerdo a estas cifras y para hacernos una idea del potencial de aprovechamiento de la energía eólica sin tener efectos significativos en el clima, decir que la capacidad mundial actual instalada es de alrededor de 200.000 MW, un 1% de los 18 TW para los que el estudio no pronostica efectos climáticos de importancia.

Por lo tanto, la modificación en la geofísica de la atmosfera no será impedimento para el crecimiento de la energía eólica (al menos hasta el orden de las decenas de TW), hecho que dependerá de otros factores como el económico, la disponibilidad de terreno, ecología, o el impacto visual.

Referencias

[1] The influence of large-scale wind power on global climate, David W. Keith et al, PNAS, 2004 101(46) 16115

 [2] “Geophysical limits to global wind power”, K. Marvel et al, Nature Climate Change, 2012, DO: 10.1038

Fuente: MadrI+D

Año 2050: el 95% de la energía provendrá de fuentes renovables

Año 2050: el 95% de la energía provendrá de fuentes renovablesTodos sabemos que tarde o temprano las energías renovables serán la fuente de energía de la que se proveerá el mundo, porque le pese a quien le pese, son el futuro inexorable.

A día de hoy existen muchas dudas acerca del porcentaje que las energías renovables tendrán en el mix energético, o cuándo llegará ese momento de éxito de las energías limpias.

El hecho de que un buen día se utilicen energías limpias y seguras como alternativa a la quema del carbón y del petróleo, se ha convertido en un objetivo muy popular que se persigue con gran entusiasmo desde China a Europa, ó desde EEUU a América Latina.

En Países como España, en los que la Política Energética la dirige el Oligopolio Eléctrico, esta realidad se ha visto truncada por los intereses  de las empresas energéticas.

Es cierto que en el resto del Mundo las políticas no suelen ser muy transparentes, ya que intentan hacer creer al ciudadano que las energías renovables no tienen la fuerza suficiente como para sostener la carga central del mix energético.

El Poder de las energías fósiles contaminantes no tienen límites por la cantidad de dinero e impuestos que generan y mueven. Los argumentos que los Políticos corruptos utilizan suelen centrarse en la necesidad de una mayor investigación de éstas, ó en que son muy caras como para aumentar su volumen, ó en que no dan la fiabilidad que han aportado las energías fósiles durante las últimas décadas.

En el caso de España, las razones políticas son más sorprendentes y denunciables. Injustamente se responsabiliza a las energías renovables del déficit de tarifa, a sabiendas de que en gran medida éste se ha generado por la moratoria nuclear, las ayudas al carbón, ó las subastas de la CESUR que son inflaccionistas… Razones absurdas como éstas, que hacen más dependientes a los Estados energéticamente, hacen que las energías renovables parezcan un espejismo, aunque poco a poco vayan tomando forma.

Parece que nadie cree que las energías renovables que existen actualmente: fotovoltaica, termosolar, eólica, biomasa, geotérmica, marina… puedan abastecer a todo el Mundo. Lo cierto es que ha llegado el momento de que empiecen a creer en el actual potencial de las energías limpias, porque eso es posible.

Es cierto que aún queda mucho camino por recorrer, como por ejemplo: en  mejorar la eficiencia de nuestros edificios, equipos, instalaciones, coches…, en mejorar el aprovechamiento de las materias primas, o mejorar las redes de energía a nivel mundial.

Pese a esto, recientemente se ha publicado en la revista “Energy Strategy Reviews “un estudio llamado “Transition to a fully sustainable global energy system” en el que se afirma que en menos de 40 años las energías renovables por sí solas podrían abastecer a toda la humanidad.

En este informe exactamente se dice que el sistema de energía mundial podría ser renovable, ya que es posible llegar a un 95% del consumo de energía procedente de estas fuentes limpias para el año 2050. Para conseguir este objetivo es necesario todavía combinar una eficiencia energética agresiva por el lado de la demanda con una oferta acelerada de la energía renovable a partir de todas las fuentes posibles. Es decir, es necesario un cambio de paradigma que mire a largo plazo, estrategias integradas y no solo pequeños encuentros y de forma gradual. Para ello se hace necesario efectuar progresos revolucionarios en las políticas públicas y en su nivel de despliegue.

Kornelis Blok, uno de los autores principales del informe, físico experimental y experto en energía renovable que además ayudó a movilizar la estrategia de energía limpia en los Países Bajos, afirma que es completamente posible utilizar las energías renovables dentro de los próximos 20 a 40 años para abastecer el mundo.

En este sentindo, este autor piensa que para que eso sea factible son necesarios fuertes incentivos  que incentiven las energías limpias, por ejemplo con: desgravaciones fiscales, normas establecidas por los Gobiernos…; políticas que desalienten la contaminación; y fomentar una visión de eficiencia, porque está a nuestro alcance un potencial mundial en energías renovables.

Este informe rompe con los convencionalismos de diversos sectores  y sus demandas, por ejemplo en el transporte, la industria y las edificaciones, como se puede apreciar en este gráfico donde se propone reemplazar los combustibles convencionales por las energías renovables.

El grafico muestra que:

-El gasoil se sustituirá por el biodiesel.

-Se usará más la energía solar local para por ejemplo calentar el agua a través de calentadores colocados en las azoteas de los edificios.

-Se utilizará menos carbón y más la energía procedente de parques eólicos.

Los autores del informe pronostican que en los países desarrollados la energía necesaria para producir  materiales como el acero y el papel se reducirá, al mismo tiempo que crecerá la recuperación de materiales. Asimismo consideran que la contaminación seguirá aumentando.

Por eso, se le da mucha importancia a la eficiencia energética de: edificios, coches, redes de energía…y a la premisa de que si queremos ser capaces de ejecutar todas nuestras cosas basándonos en las energías renovables, tenemos que reducir su demanda de energía.

-En el caso de los edificios, se deberían construir con una alta eficiencia y modernizar los antiguos.

– En el sector del transporte, las soluciones serían: la eficiencia, la electrificación y los biocombustibles, a lo que hay que añadir el coche eléctrico, más líneas ferroviarias de alta velocidad, una frecuencia menor de vuelos, todo ello alimentado con biocombustibles. Los autores auguran que en el futuro el negocio del transporte aéreo se eliminará por las teleconferencias de video de alta velocidad y los trenes de pasajeros.

Por el momento, se debería de duplicar cada tecnología renovable que tenemos, es decir, apostar porque los paneles solares no se limiten a espacios pequeños sino a campos gigantescos de espejos por ejemplo en el desierto, para que haya una gran concentración de luz solar que genere grandes cantidades de energía; del mismo modo, para los aerogeneradores que no solo deberían de estar en los campos y prados sino que habría que promover granjas eólicas en el mar.

Se piensa que la estrategia energética a seguir en las próximas décadas, será la siguiente:

En este gráfico se observa que son todas las energías renovables las que irán en aumento en detrimento de: la energía nuclear, el carbón, el gas natural y el petróleo de cara a 2050.

De convertirse ésta estrategia en una realidad, se obtendrían numerosos beneficios, como por ejemplo: cielos más limpios, se reducirían problemas respiratorios y de alergias, no se producirían más catástrofes ambientales a causa de los derrames de petróleo y se pondría freno al avance del cambio climático.

Es cierto que las predicciones de este estudio son bastante optimistas porque se basan en que la humanidad está dispuesta a movilizarse para hacer una transición ambiciosa y rápida; por lo tanto, es una tarea difícil pero posible.

Y ya no solo es difícil por que la humanidad se movilice para hacer esta transición sino que existen otras barreras como la falta de voluntad política y la oposición de las compañías de combustibles fósiles, no solo como habitualmente se piensa que son barreras tecnológicas.

Es una realidad, que hay muchas compañías que basan su actividad en el petróleo y en el carbón que luchan activamente contra políticas que podrían hacer más fácil el camino a las energías renovables. Estas compañías muchas veces aprovechan su influencia con el Gobierno para que estas políticas no salgan adelante. El caso español, es el mejor ejemplo.

Lo peor de todo es que los dirigentes políticos que deberían luchar por los intereses de los ciudadanos muestran una imagen pésima en este tema, cargada de: importación de más petróleo, carbón y gas; más contaminación de acuíferos, más degradación de hábitats, más destrucción de especies… Esta imagen además de ser pésima es anticuada, puesto que se sigue utilizando un modelo de energía que apenas se ha actualizado desde la revolución industrial, por lo que casi no habría de extrañarse de los derrames tóxicos y contaminantes nocivos derivados de plantas de energía oxidadas.

Por lo tanto, es hora de que se haga un balance serio sobre el posible futuro que todavía tenemos. Un futuro, limpio y seguro.

Fuente: Suelo Solar

Alemania tendrá 5 GW fotovoltaicos nuevos a finales de julio, y SIN déficit de tarifa

Alemania tendrá 5 GW fotovoltaicos nuevos a finales de julio, y SIN déficit de tarifaEl éxito de la fotovoltaica alemana demuestra que el déficit de tarifa alegado por los grupos políticos en España es una «pantomima» que sólo trata de beneficiar a los que realmente tienen la sartén por el mango: el oligopolio eléctrico.

La Agencia Federal de Redes alemana ha anunciado un total de 4,9 GW de nuevas instalaciones fotovoltaicas desde el principio del año en curso a 31 de julio. Esto representa casi el doble más que en el mismo periodo del año pasado. El año pasado, sólo 2.285 MW fotovoltaicos se registraron en el mismo período. El total de todas las instalaciones subvencionadas por los recursos energéticos renovables hasta 31 de julio 2012, ascendieron a 29,7 GW.

La citada Agencia alemana se ha encargado de registrar las nuevas instalaciones fotovoltaicas, ordenándolas de mes a mes, hasta final de 31 de julio, con indicación del lugar de instalación. Previamente, la Agencia sólo había publicado estimaciones de las instalaciones adicionales proporcionados por las autoridades competentes.

Este fuerte crecimiento de nuevas instalaciones fotovoltaicas en el primer semestre de 2012 tiene su base en los debates en curso sobre los subsidios solares y los períodos de transición creados en las enmiendas al actual marco regulatorio.

A pesar de la buena noticia, hay que recordar que a partir del pasado 1 de abril, el Gobierno Federal Alemán efectuó drásticos recortes para las nuevas instalaciones fotovoltaicas que se fueran a proyectar en las azoteas, y se fijaron períodos de transición para las plantas más grandes. Probablemente sea por estos motivos por lo que se ha dado un fuerte aumento de instalaciones fotovoltaicas.

Fuente: Suelo Solar

El gas asfixia el sistema eléctrico y a las renovables

El gas asfixia el sistema eléctrico y a las renovablesLa organización ecologista WWF, que publicó ayer su último Observatorio de la Electricidad, propone el abandono definitivo del carbón, al que acusa de ser el principal responsable del formidable incremento de emisiones de CO2 que ha experimentado el sistema eléctrico peninsular en el mes de junio. Según WWF, esas emisiones crecieron un 27,78% con respecto a las de junio de 2011 (6.399.454 toneladas de CO2 este mes de junio; 4.621.493, el mes de junio del año pasado). Por otro lado, el gobierno quiere recaudar con la tasa fotovoltaica que está preparando 550 millones de euros, y tiene previsto destinar este año 570 millones de euros en incentivos a fondo perdido al gas.

Con presupuesto del Ministerio de Economía y del Ministerio de Medio Ambiente, España ha invertido en los últimos cinco años, 770 millones de euros para la adquisición de créditos de carbono. El motivo ha sido que el país ha emitido más CO2 del que se comprometiera a emitir cuando ratificó el Protocolo de Kioto y, para compensar esos excesos, se ha visto obligado a adquirir créditos en los mercados internacionales de carbono. A pesar de ese enorme desembolso, la cantidad de créditos adquiridos es «claramente inferior a las necesidades reales», según el gobierno, por lo que la sangría de recursos económicos va a continuar.

Es más, necesariamente va a incrementarse ese desembolso (dinero que se vuelve humo), pues las emisiones ya se han incrementado, según el último Observatorio de la Electricidad de WWF, boletín mensual en el que la organización ecologista recoge las magnitudes clave de la energía eléctrica en España y en cuya última entrega, la relativa al mes de junio, WWF propone «abandonar definitivamente» el carbón, a la par que recuerda que la Comisión Europea ha criticado duramente al ejecutivo español por haber suspendido las ayudas a las renovablesen la «Evaluación del programa nacional de reforma y del programa de estabilidad de España para 2012«. Así, y según ese documento, «la suspensión de las ayudas a las energías renovables desalienta la inversión en el sector y hará difícil que España alcance sus objetivos energéticos y climáticos en el marco de la Estrategia Europa 2020». Más aún: la Comisión apunta en su «Evaluación…» que, con una menor proporción de energías renovables, la dependencia de España de la energía importada crecerá por encima de la tasa actual, que se sitúa en el 79%, valor que es ya muy superior a la media de la UE, que está en el 54%.

Gas subvencionado

Lejos del discurso ecologista, y asimismo del europeo, la administración de Rajoy no solo sigue subvencionando al carbón (el ministro de Industria, José Manuel Soria, ha prometido al sector 655 millones de euros este año), sino que también está subvencionando (con 26.000 euros por megavatio de potencia) a las centrales térmicas de gas natural. La subvención asciende a, concretamente, 26.000 euros por megavatio instalado durante diez años. Pongamos un ejemplo: el presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, y el presidente de Endesa, Borja Prado, inauguraron el 30 de marzo de 2011 la central de ciclo combinado Besòs 5, que, según Endesa, «tiene una potencia de 859 MW y ha supuesto una inversión de 436 millones de euros«.

Un megavatio de carbón, casi una tonelada de CO2

Pues bien, si multiplicamos 859 MW por 26.000 euros y por diez años, la cantidad obtenida supera los 220 millones de euros, es decir, más del 50% de la inversión que declara Endesa. ¿Conclusión? Los consumidores pagan a Endesa más de la mitad de lo que cuesta levantar la central de ciclo combinado, o sea, que son inversores (en una cantidad superior al 50%) en la sombra: inversores en la sombra… aunque no, desde luego, propietarios de ese 50%. Por lo demás, cada megavatio hora eléctrico generado en una central térmica de ciclo combinado de gas natural emite 0,37 toneladas de CO2, según datos de Red Eléctrica de España (REE). En el caso del carbón, ese factor de emisión es mucho mayor. Según REE, un megavatio hora generado en una central térmica de carbón emite 950 kilos de CO2 (0,95 ton).

Los consumidores están pagando a las eléctricas sin saberlo más de la mitad de lo que cuesta levantar las centrales de ciclo combinado

Dinero que se volatiliza

¿Segunda conclusión? Mientras que, por una parte, los consumidores –vía tarifa (los 26.000 euros salen de ahí)– estamos financiándole a multinacionales como Endesa o Gas Natural Fenosa la construcción de centrales de gas, por otra estamos pagando multas multimillonarias porque emitimos más CO2 (por culpa del gas) de lo que debemos. ¿Segunda conclusión bis? Mientras que, por una parte, los contribuyentes –vía presupuestos generales del estado– estamos subvencionando la quema de carbón, por otra, estamos pagando multas multimillonarias porque emitimos más CO2 (por culpa del carbón) de lo que debemos. Según el gobierno, concretamente, España ha pagado hasta 770 millones de euros durante los últimos cinco años: 770 millones de euros convertidos en humo (en junio, según WWF, el carbón produjo en España 5.434.000 megavatios hora, MWh).

Con retroactividad

El colmo del surrealismo de la política energética española asoma llegado el turno de la solar fotovoltaica (FV). El gobierno no solo no incentiva la inversión en FV con 26.000 euros por megavatio de potencia instalado, sino que, antes al contrario, ha puesto en riesgo a los inversores al legislar con retroactividad. A saber. El ejecutivo había creado un marco muy concreto: el kilovatio generado en una instalación solar fotovoltaica –y en tanto en cuanto era un kilovatio limpio (no emisor de CO2)– merecía un premio, lo llamaron tarifa regulada. El ejecutivo establecía además un precio asimismo muy concreto para esa tarifa, un precio que reconocía esa singularidad específica: la electricidad FV, a diferencia de la convencional, no ensucia, es limpia. Y los inversores, a la luz de ese marco, avalado por el gobierno, diseñaron su hoja de ruta.

Seis mil euros de regalo en el último minuto

A saber: invierto tanto; mi instalación genera tanto; el gobierno avala que el precio que recibiré por cada kilovatio que yo inyecte en la red eléctrica será tanto (gracias a ese aval, por cierto, me ha prestado el banco); dado lo dado puedo devolver mi crédito en tales plazos; amortizo mi inversión en tales otros y, finalmente, obtengo el beneficio que persigo como inversor. Y así estaba todo hasta que… el 23 de diciembre de 2010, apareció en el Boletín Oficial del Estado el Real Decreto-ley (RDL) 14/2010, obra él del ministro de Industria Miguel Sebastián (que fue por cierto quien estableció los 26.000 euros de incentivo al gas; antes eran solo 20.000). El caso es que la norma en cuestión establecía una “limitación de las horas equivalentes de funcionamiento de las instalaciones fotovoltaicas hasta el 31 de diciembre de 2013”.

Prima solar hasta cierto punto

O sea, que lo de antes (la legislación previa) seguía siendo válido, sí, pero solo hasta cierto límite, o hasta cierta “limitación” (por usar la terminología BOE). El RDL de Sebastián decía así: «las horas equivalentes de referencia para las instalaciones de tecnología solar fotovoltaica acogidas al régimen económico establecido en el Real Decreto 661/2007, de 25 de mayo, por el que se regula la actividad de producción de energía eléctrica en régimen especial, serán 1.250 en las instalaciones fijas, 1.644 en las instalaciones con seguimiento a un eje y 1.707 en las instalaciones a dos ejes.» Y, así, una vez superado el límite de horas equivalentes, el importe a percibir por megavatio hora producido por cada instalación fotovoltaica empezaba a ser el precio correspondiente al mercado diario de casación.

Lo que dicta el mercado es dictadura

¿Conclusión? Si hasta el día de antes, algunos megavatios FV habían llegado a percibir hasta 470 euros (gracias a la prima), a partir de la entrada en vigor de ese RDL, algunos megavatios FV –generados más allá de la hora 1.250, allende la hora 1.644 ó después de la hora 1.707, según correspondiera– percibirían 45, 50 ó los euros que dictase el mercado. En fin, que a la característica incertidumbre de la meteorología, se sumaba (se ha sumado) la hasta entonces exorcizada incertidumbre de los mercados. ¿Por qué? Pues porque el precio en el mercado se fija hora a hora, es decir, que un mes puede tener 744 precios distintos de la energía, precios que además pueden variar muy mucho, pero que en todo caso giran en torno a los cincuenta euros, lejos, muy lejos, los 470 euros a partir de los cuales el inversor fotovoltaico (ese al que no le dieron 26.000 euros por megavatio instalado) había redactado su hoja de ruta.

El gobierno le pedirá 500 millones a la FV… ¿para dárselos al gas?

Seguramente 470 euros era una cantidad muy inflada, y seguramente justo es, muy justo, el ajustarla al tan traído y tan llevado «beneficio razonable», pero, de ahí, a cobrar diez veces menos… hay un abismo, o diez. El caso es que el sector las ha estado pasando canutas (el RDL susodicho habría supuesto, según la patronal FV,un recorte de 2.200 millones de euros) y ahora se enfrenta a otra andanada: un impuesto –el 19%– al megavatio hora generado (es el más alto de todos los impuestos energéticos que está preparando el gobierno y pretende recaudar con él 550 millones de euros). A que no sabes cuánto ha presupuestado el gobierno este año como incentivo a la inversión en gas (los famosos 26.000 euros por megavatio)… Sí: 570 millones de euros.

Fuente: energías-renovables.com

La energía eólica podría proporcionar toda la demanda mundial de energía

energia eolicaEl viento que sopla en la Tierra es suficiente para cubrir las necesidades energéticas de todo el mundo. Es la conclusión de dos estudios  publicados esta semana que utilizan complejos modelos numéricos para calcular cuánta energía pueden producir las turbinas eólicas llevada a su límite teórico.

El primero de estos estudios, publicado ayer en Nature Climate Change y liderado por Kate Marvel del Laboratorio Nacional de Lawrence Livermore, calculó que sería posible extraer hasta 400 Teravatios (TW) de potencia del viento que sopla a pocos metros del suelo y cientos de turbinas suspendidas en el aire que aprovechasen las fuertes corrientes de las grandes altitudes.

En un segundo estudio, elaborado por dos científicos de las universidades de Delaware y Standford (EEUU), los autores utilizan otro modelo para llegar a cifras algo distintas pero igualmente elevadas de 250 TW.

Ambos artículos se ocupan también de una preocupación surgida de otros modelos planteados por investigadores como Alex Kleidon, del Instituto Max Planck para Biogeoquímica de Jena (Alemania). Según el investigador, aunque sería posible extraer aun más energía eólica, hacerlo tendría graves consecuencias sobre el planeta, comparables a doblar las emisiones de dióxido de carbono. Los nuevos estudios aseguran que es posible instalar un número de turbinas suficiente para cubrir al menos la mitad de las necesidades energéticas mundiales sin afectar al clima ni agotar la energía eólica.

Consecuencias para el clima

El grupo de Lawrence Livermore estima que las instalaciones eólicas suficientes para cubrir las necesidades energéticas globales solo afectarían la temperatura terrestre en 0,1 grados, y las precipitaciones, en un 1%. Por su parte, el equipo formado por Mark Jacobson y Cristina Archer hace una propuesta algo menos ambiciosa y calcula el número de generadores necesarios para cubrir algo más de la mitad de la demanda energética mundial. Con cuatro millones de turbinas de 5 MW sería posible, según ellos, proporcionar 7,5 TW de potencia (este grupo estima la demanda energética mundial en poco más de 10 TW) sin efectos negativos sobre el clima.

Para realizar sus cálculos, el equipo que hoy publica su artículo en PNAS introdujo un modelo de tierra, mar y aire (GATOR-GCMOM) en el que se extrajo la energía a los 100 metros de altura a los que estarían situadas en realidad las turbinas. Según este modelo, esa extracción de energía a esa altura determinada no agotaría la energía del aire de la atmósfera por encima y por debajo de ese nivel y no provocaría los efectos sobre el clima calculados por Kleidon en un análisis que tomaba como referencia la extracción de aire a ras de suelo.

“No decimos que haya que poner turbinas por todos los lados, pero hemos mostrado que no existe ningún obstáculo fundamental para obtener la mitad o, incluso, varias veces la demanda energética mundial del viento hacia 2030″, dice Jacobson. El espacio cubierto por los molinos, no obstante, sería descomunal. Si su propuesta se llevase a cabo, se instalarían dos millones de turbinas en el mar y las restantes sobre tierra. Solo estas últimas ocuparían un territorio similar al de España y Alemania juntas.

Los resultados de estos dos estudios contradicen las estimaciones presentadas en otros no tan optimistas respecto al potencial de la energía eólica. Es el caso de un artículo publicado por investigadores de la Universidad de Valladolid, con el investigador Carlos de Castro a la cabeza. Este estudio se afirma que muchos de los estudios que obtenían unos resultados de energía potencial eólica tan optimistas estaban mal planteados. Medían la velocidad del viento en distintos puntos del planeta y después evaluaban dónde se podían colocar molinos y cuánta energía se podía sacar de ellos. Este planteamiento olvidaría, según el equipo español, la extracción de la energía cinética del viento que suponen los molinos eólicos, violando el principio de conservación de la energía. Aplicando esta y otras limitaciones, los autores de este análisis consideran que no sería posible obtener más de 1 TW de la energía eólica de todo el planeta. De este modo, la energía eólica no superaría nunca el 10% del consumo actual de energía fósil.

Tras ver el nuevo estudio, De Castro considera que, pese a la mejora de los modelos empleados por los autores, la aplicación práctica de estos cálculos sigue siendo poco realista. “Yo podría llegar a estar de acuerdo con los límites geofísicos que ellos dan para la energía eólica, pero otra cosa es cómo llevas esto a la realidad”, explica. “Alcanzar la concentración de molinos que ellos proponen sería imposible sin reducir la eficiencia mínima que suelen exigir las compañías para instalar”, añade. “Al final, se trataría de obligar a las empresas a que instalasen sus turbinas en determinados lugares sin pensar en la rentabilidad, o llenar de molinos un desierto como el Sáhara, sin tener en cuenta las grandes dificultades tecnológicas de llevarlo a cabo”, señala el investigador de la Universidad de Valladolid.

La discusión entre estos grupos, forma parte del debate sobre cómo hacer la transición energética. Aunque De Castro está completamente de acuerdo en la necesidad de abandonar los combustibles fósiles por las renovables, cree que esa metamorfosis no puede ser tan rápida como creen Jacobson y Archer. “Por un lado, creo que las energías renovables no nos permitirán continuar con los niveles de consumo energético actuales y por otro, creo que la transición requerirá muchos años”, dice De Castro.

Archer, por su parte, considera que la celeridad del cambio depende solo de voluntad política: “El mundo produjo unos 800.000 aviones en 5 o 6 años durante la Segunda Guerra Mundial, así que producir cuatro millones de turbinas eólicas no es técnicamente difícil 70 años después”.

Vía esMateria

La eficiencia energética es lo más efectivo para reducir las emisiones de CO2

La eficiencia energética es lo más efectivo para reducir las emisiones de CO2En poco más de diez años, España ha logrado colocarse entre los líderes mundiales en energías renovables. El esfuerzo ha permitido que produzca una energía más limpia y ha reducido la dependencia energética del exterior.

Sin embargo, por el camino se ha olvidado otra ruta paralela hacia un estilo de vida sostenible: la de la eficiencia energética. Esa vía, que se construye a base de pequeños gestos como cambiar una bombilla, utilizar el transporte público o no pasarse con el aire acondicionado, puede ser, según un estudio que acaba de ver la luz, una forma más barata que las renovables para reducir las emisiones de CO2 y luchar contra el cambio climático.

En un artículo publicado la semana pasada en Energy Policy, un grupo de investigadores españoles liderados por Álvaro López-Peña, del Instituto de Investigación Tecnológica & Cátedra BP de Energía y Sostenibilidad de la Universidad Pontificia Comillas, señala que, según un análisis del periodo de 1996 a 2008, un enfoque dirigido a mejorar la eficiencia energética habría sido más barato que el apoyo a las renovables si el objetivo exclusivo hubiese sido reducir las emisiones de CO2. Los autores cuantifican el ahorro en 5.000 millones de euros anuales (2.100 millones en promoción de renovables y 2.900 en reducción de costes por alcanzar la demanda reducida).

A partir de estos datos, en el artículo se argumenta que, desde el punto de vista de la política energética, una conclusión natural sería que «las políticas de eficiencia energética deberían ser priorizadas por encima de las de promoción de las renovables». «Sin embargo», añaden, «también es evidente que la eficiencia energética no puede eliminar por completo el consumo de energía». Por lo tanto, si el objetivo es tener un sector energético con apenas emisiones de CO2, las renovables y los consiguientes incentivos para su desarrollo tecnológico también serán necesarias en una segunda etapa.

López-Peña puntualiza que el estudio no devalúa el valor de las renovables. «Lo que sí se trata de mostrar que la eficiencia energética brilla por su ausencia», comenta. En el artículo se explica que el análisis no ha tenido en cuenta a la hora de valorar estas energías verdes otras importantes ventajas para la sociedad «como la actividad industrial o el desarrollo tecnológico, que proporcionarán también beneficios a largo plazo».

Enrique Soria, director de la división de Energías Renovables del CIEMAT, Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas, está de acuerdo con los autores en que «se ha hecho muy poco por gestionar la demanda energética». «Es más fácil incrementar la generación a través de la tarifa que establecer esquemas eficaces para favorecer la eficiencia energética y no se ha sabido hacer», añade. No obstante, Soria defiende también las renovables. «Además de reducir las emisiones de CO2, han aportado otros beneficios como la creación de un sector industrial fuerte o la reducción de la dependencia energética del exterior», añade.

LA CLAVE ESTÁ EN LOS HOGARES

Para explicar la ineficiencia, López-Peña considera que “es mucho más complicado hacer políticas por el lado de la demanda que por el lado de la oferta. Es mucho más fácil desde el punto de vista político poner molinos y promocionar las renovables que decir a la gente que utilice menos el coche o que hagan obras en sus casas para aislarlas del frío conservar el calor”. Todo ello en un país “en el que, pese a ser un país templado, pasamos frío en verano y calor en invierno”, añade.

En opinión del autor del estudio, para incrementar la eficiencia energética en España, se debe centrar la atención en el transporte y en los hogares. «Para una familia, la energía no es un coste tan importante como sí lo es para las industrias que, al ser privadas y buscar maximizar beneficios, ya se preocupan de mejorar sus procesos», explica el autor del estudio. En este sentido, Soria reconoce que «no es fácil aplicar esquemas eficaces para favorecer la eficiencia energética», pero apunta hacia medidas como la «implementación de un sistema de generación distribuida»; sistemas de generación de energía domésticos, como pequeños molinos o paneles fotovoltaicos, que al estar más cerca del lugar donde se consume la electricidad mejoran la eficiencia al reducir pérdidas en la red de transporte.

Respecto al transporte, junto a fomentar el transporte público, a pie o en bicicleta, López-Peña indica que es necesario sustituir el transporte en camiones por carretera por el ferroviario, mucho más eficiente energéticamente. «Además, el tren puede ser eléctrico y permitiría introducir energías renovables», afirma. En esta misma dirección, Soria señala al coche eléctrico como una herramienta «para gestionar mejor la demanda al permitir la recarga en horas valle y el uso de renovables». En todos los casos, López-Peña cree que es necesario «que los precios que la gente paga por la energía reflejen sus costes, incluidos los externos, los ambientales».

Fuente: MadrI+D