El cambio de hora: el supuesto ahorro que no convence a todos

Dos veces al año, los europeos estamos obligados a adelantar y atrasar los relojes para gastar menos en iluminación. La idoneidad del cambio de hora está avalada por varios estudios de la Comisión Europea, y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) estima que, solo en España, puede ahorrar hasta 300 millones de euros. Sin embargo, son muchas las organizaciones que cuestionan su eficacia. ¿Sirve realmente para algo que movamos las agujas del reloj?

El cambio de horario, tal como hoy lo conocemos, se remonta al año 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo. Entonces, algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz solar. Poco después, en 1981, se aplicaba ya como directiva en toda la UE.

Según el real decreto que transpone en España esta norma comunitaria, el horario de verano comienza el último domingo de marzo de cada año, a las dos de la madrugada. En ese momento, la hora oficial española se adelanta 60 minutos, por lo que ese día tiene una duración oficial de 23 horas. Ese periodo termina a las tres de la madrugada del último domingo de octubre, hora en la que los relojes se retrasan 60 minutos. Ese día (que en 2012 será el 28 de octubre) tiene, por lo tanto, una duración oficial de 25 horas.

Sin embargo, la idea no es nueva. La decisión de adelantar la hora oficial durante los meses con más horas de luz se ha adoptado en varias ocasiones en España desde las primeras décadas del siglo XX.

La primera norma publicada al respecto se remonta a abril de 1918, cuando se modificó la hora oficial “como medio de conseguir el ahorro de carbón”. Posteriormente, se aprobó el horario de verano mediante órdenes del Consejo de ministros. Tenía una vigencia anual, pero su frecuencia era irregular e intermitente, hasta que en el periodo comprendido entre 1950 y 1973 esta práctica fue abandonada por completo.

HASTA 300 MILLONES DE EUROS

Según un estudio realizado por la Comisión Europea en 1999, esta medida tiene impactos positivos sobre el ahorro y beneficia a sectores como el transporte y las comunicaciones, a la seguridad vial, las condiciones de trabajo, la salud, el turismo y el ocio.

Pero, ¿en qué medida nos ayuda a ahorrar? Según el IDAE, dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, el potencial de ahorro en iluminación en España puede llegar a representar un cinco por ciento de nuestro consumo eléctrico, lo que equivale a unos 300 millones de euros. De esa cantidad, 90 millones corresponden al potencial de los hogares, y suponen unos seis euros por hogar. Los 210 millones de euros restantes se ahorran en los edificios del sector servicios y en la industria.

Sin embargo, no son pocas las organizaciones que cuestionan las supuestas bondades de esta medida. Una de ellas es WWF, ONG ecologista que considera que el cambio de hora no tiene ningún impacto sobre el ahorro y la eficiencia.

Según Georgios Tragopoulos, técnico de Eficiencia Energética de esta organización, “son muchos los estudios que dudan de su eficacia”. “Cuando en otoño se retrasa el reloj, las empresas y familias que madrugan necesitan una hora menos de iluminación por lo que, si son negocios de horario matutino, el ahorro existe. Sin embargo, las familias se encontrarán con que la oscuridad llega a sus casas una hora antes de lo habitual, y gastarán por la tarde esa hora de iluminación ahorrada por la mañana”, afirma.

Por otra parte, lamenta que “tampoco dejan de gastar las empresas y oficinas que trabajan después de las seis de la tarde”. “Además”, añade, “muchos comercios abren a las diez de la mañana, por lo que no habrán ahorrado y requerirán una hora más de gasto por la tarde. A ellos, el cambio de hora les perjudica”.

Tragopoulos denuncia que “la única razón por la que se mantiene el cambio de hora es la inercia” y cree que mover las agujas del reloj “distrae de políticas más serias”. Por eso, apuesta por “cambios que hagan ahorrar todo el año”, como obligar a “rehabilitar energéticamente” los edificios.

Según calcula WWF, la rehabilitación de 400.000 viviendas al año hasta 2050 evitaría la emisión a la atmósfera de ocho millones de toneladas de CO2 y crearía 150.000 empleos hasta 2020. “Por un lado, combatiríamos el cambio climático y, por otro, crearíamos puestos de trabajo en un sector como el de la construcción, tan deprimido en este momento”, concluye.

Greenpeace, por su parte, ve “razonable” el cambio horario porque “contribuye al ahorro energético”, pero opina que “debería hacerse mucho más”. Así, esta organización cree que habría que adoptar compromisos de obligado cumplimiento e incluir los “costes reales” de la producción energética en los precios de la energía, “incluidos los ambientales”.

EL HORARIO DE CANARIAS, PARA TODA ESPAÑA

Ignacio Buqueras, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, tampoco ve con buenos ojos el cambio de horario vigente. Según declara, el adelanto y atraso de los relojes “tiene una repercusión pequeña en materia de ahorro energético”. En su opinión, “lo importante es que España, de una vez por todas, tenga el uso del tiempo que le corresponde de acuerdo con los meridianos”.

“En el año 1897”, explica Buqueras, “Washington acogió la primera conferencia mundial sobre horarios, en la que participaron 22 países. En esa reunión, el mundo se dividió en 24 meridianos. A Europa le correspondieron dos: el que pasa por Berlín y el que pasa por Londres. Y nosotros estamos más cerca de Londres que de Berlín”, continúa.

Por eso, el presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios considera que “nos corresponde el mismo meridiano y la misma hora que tienen Canarias, Portugal e Inglaterra”. “Toda España debería tener el horario de Canarias, todo el año”, insiste.

La Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles aboga también por introducir ciertos “hábitos” para dejar de despilfarrar energía, “empezando por algo tan sencillo como la pausa para el café que contemplan muchas empresas”. “La pausa para el café de 20-30 minutos que se concede se acaba convirtiendo en un descanso de 45 minutos y esto, junto a la comida, va prolongando la jornada”, señala.

Por otro lado, apuesta por no dedicar más de tres cuartos de hora al almuerzo, “tiempo más que suficiente para una sana dieta mediterránea”, y sugiere una jornada laboral que finalice en torno a las 16.30-17.00 horas.

La Comisión que lidera Buqueras asegura haber demostrado que aquellas empresas que optan por unos horarios racionales “han logrado tres cosas de singular importancia: aumentar la productividad, facilitar la conciliación de la vida laboral y personal del trabajador y, por último, reducir gastos, entre ellos, los energéticos”.

Fuente: lainformacion.com

España compra a Polonia 40 millones de euros en derechos de emisión por su incumplimiento de Kioto

España compra a Polonia 40 millones de euros en derechos de emisión por su incumplimiento de KiotoPudimos leer en noticias de la agencia EFE hace unos días que el ministro polaco de Medio Ambiente, Marcin Korolec, y el secretario de Estado de Agricultura español, Federico Ramos, firmaron un acuerdo por el que España compra a Polonia derechos de emisión de CO2 por un importe de 40 millones de euros con el objetivo de cumplir con el protocolo de Kioto.

La noticia, que se describe con un optimismo exagerado, como si España hubiera ganado la Eurocopa, indica que Polonia deberá dedicar ese dinero al desarrollo de proyectos en los sectores de biomasa, la generación eléctrica a partir de biogás, y la mejora de la red eléctrica para la interconexión de proyectos eólicos.

Tras la firma del documento el secretario de Estado español destacó que se trata de un acuerdo beneficioso para ambas partes, ya que «permite hacer frente a nuestros compromisos de Kioto, a la vez que Polonia recibe fondos para ser invertidos en iniciativas de reducción de emisiones».

«Esperamos que estos fondos también pueden ayudar a atraer inversiones privadas españolas en tecnologías bajas en carbono», como ya sucedió tras un acuerdo previo similar, añadió Ramos.

A esto se le llama hacer de las debilidades una virtud: de una «sanción» por no cumplir los compromisos de reducción de emisiones, saco tajada consiguiendo contratos para empresas españolas. No, si al final nos quieren vender la moto de que va a resultar más rentable no cumplir Kioto y todo…

Se trata de la octava venta que realiza Polonia de derechos de emisión desde 2009, aunque ésta es la más importante en valor y volumen. España ya ha acudido anteriormente a países como Hungría, Letonia y la República Checa para compensar con inversiones el aumento de sus emisiones por encima de los compromisos de Kioto. Y es que también en esto estamos a la cola de Europa, no solo en creación de empleo, educación y situación económica. «Al menos somos coherentes», imaginamos que dirán nuestros gobernantes.

Redacción Efimarket

Desarrollado un nuevo catalizador que permite transformar CO2 en materia prima industrial

Desarrollado n nuevo catalizador que transforma CO2 en materia prima industrialUn estudio en el que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha desarrollado un nuevo catalizador que permite la transformación de dióxido de carbono (CO2) en productos orgánicos aptos para el uso industrial. Los resultados han sido publicados en la revista Angewandte Chemie.

Los catalizadores son sustancias que aceleran las reacciones químicas sin alterar su composición. El catalizador desarrollado en este trabajo, basado en un complejo de iridio estable al aire, convierte de forma selectiva el CO2 en sililformiatos, unos derivados del ácido fórmico que contienen silicio. El ácido fórmico, tiene muchas aplicaciones en la industria química, en agricultura, en tecnología de los alimentos y en la fabricación de productos de cuero. Los sililformiatos se utilizan para la producción de polímeros de siliconas y como materia prima en síntesis orgánica.

«El desarrollo de nuevos procesos químicos selectivos y de alto rendimiento permitiría una mayor economía de recursos naturales, eliminar o disminuir en la medida de lo posible la producción de residuos, reciclar y transformar moléculas con un impacto ecológico negativo y minimizar el gasto energético», explica el investigador del CSIC Luis Oro, del Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea, centro mixto del CSIC y la Universidad de Zaragoza.

La reacción lograda por este estudio se produce a temperatura ambiente y presión atmosférica suave. Es muy selectiva, funciona sin disolvente y no origina residuos. Según el investigador del CSIC Francisco Fernández‐Álvarez, del mismo instituto zaragozano, «esta investigación puede suponer un avance importante para la transformación de CO2 en productos de interés industrial».

Fuente: MadrI+D

La extensión del hielo ártico alcanzó su mínimo histórico en 2012

deshielo articoEl deshielo del Océano Ártico registrado este año ha alcanzado el nivel más alto desde 1979, cuando empezaron a realizarse las mediciones. La extensión de hielo marino en 2012 es ya incluso menor que la de septiembre de 2007, cuando se registró el mínimo histórico.

Esta reducción ha sido confirmada por las imágenes de satélite captadas el 26 de agosto por un satélite de EEUU e interpretadas por la NASA y el Centro de Datos Nacional de Hielo y Nieve (NSIDC, en sus siglas en inglés).

Según revelan estas imágenes, el pasado 26 de agosto el hielo cubría 4,10 millones de kilómetros cuadrados, 70.000 kilómetros menos que la superficie registrada en septiembre de 2007 (que fue de 4,17 millones de km2).

Los investigadores de la agencia espacial estadounidense consideran estos datos particularmente preocupantes. Es decir, la capa de hielo previsiblemente se reducirá aún más. De hecho, el anterior récord se produjo el 18 de septiembre de 2007.

La capa de hielo que cubre el Océano Ártico crece durante el invierno y se deshiela parcialmente durante los veranos, en un proceso natural que actúa como regulador del clima mundial. Sin embargo, durante las tres últimas décadas los satélites que monitorizan el avance y el retroceso del hielo durante todo el año han observado una reducción de un 13% en la extensión de hielo durante los veranos.

Y no sólo disminuye la extensión. El espesor de la capa de hielo también se está reduciendo. Un fenómeno peligroso, ya que el hecho de que disminuya el grosor del hielo que no se derrite en verano ha contribuido, según los científicos, a que la extensión de la superficie helada este verano haya alcanzado el nivel más bajo de la historia. Y es que, según destacan, 2012 no ha sido particularmente caluroso en el Ártico, a diferencia del verano de 2007, cuando se registró el anterior récord.

«2007 fue un año mucho más cálido», ha recordado Joey Comiso, investigador del Centro epacial Goddard en Greenbelt, en una nota de prensa difundida por la agencia espacial estadounidense. Comiso advierte de las consecuencias que la reducción del espesor de la capa tendrá en el deshielo que se produce en verano.

El análisis comparativo de los datos muestra que, incluyendo este año, los seis registros más bajos han ocurrido en los últimos seis años (de 2007 a 2012).

Una vez que se completen los registros con los datos del mes de septiembre, los científicos de la NASA publicarán un informe completo sobre la temporada en el Ártico, que estará listo a principios de octubre.

La ruta ártica

Para los investigadores lo ocurrido en los últimos años muestra que el resultado de este año no es sólo un nuevo récord. Si contextualizamos la información recabada en los últimos años, se trata de un indicador de que el comportamiento de la capa de hielo del Ártico está cambiando.

Lo sabe bien el presidente ruso. Vladimir Putin ha visto rápidamente los beneficios comerciales ligados al deshielo, que está permitiendo por primera vez navegar por esta zona hasta ahora virgen. El pasado mes de julio promulgó una ley para regular por primera vez la navegación por la ruta marítima ártica, un trayecto que planea utilizar para transportar mercancías y que reduciría considerablemente el tiempo que se tarda ahora en ir desde Rusia a Asia cruzando por el canal de Suez. Para ello, planea construir infraestructuras y puertos en la costa ártica e invertir en potentes buques rompehielos.

Los conservacionistas también han mostrado su preocupación por las consecuencias que la retirada del hielo puede provocar en la migración de algunas especies animales por el impacto de estos cambios en la cadena alimentaria.

Fuente: El Mundo

¿Que es mejor: vitroceramica convencional, de inducción o gas?

¿Que es mejor: vitroceramica convencional, de inducción o gas?¿Cual de estos tres tipos de cocina es preferible desde el punto de vista ambiental: vitrocerámica convencional, de inducción o gas? Algunas comparativas de marcas de electrodomésticos dan como ganadora a la moderna placa de inducción. Sin embargo, si lo que se busca es reducir las emisiones de CO2 relacionadas con el cambio climático, lo mejor todavía sigue siendo el gas.

Según los datos de un fabricante, la vitrocerámica de inducción tardará menos de seis minutos en calentar 1,5 litros de agua de 15 a 90º C, mientras que la convencional necesitará algo menos de diez y la de gas cerca de once. Una de las grandes ventajas del sistema de inducción es su rapidez, lo que reduce mucho su consumo de energía.

Las vitrocerámicas son cocinas con una placa de vidrio entre la fuente de calor y la cacerola en la que se va a guisar. Las eléctricas convencionales utilizan una resistencia que calienta el cristal vitrocerámico y el cacharro con la comida.

En cambio, las de inducción transmiten el calor directamente al recipiente a través de un campo electromagnético sin necesidad de calentar antes el vidrio de en medio, lo cual convierte a estas placas en mucho más eficientes, en especial, en cocciones rápidas (como las frituras), en las que se nota más la ventaja de no tener que esperar a que se caliente primero la superficie intermedia.

En cuanto a las de gas, las tradicionales generan una llama sobre la que se pone directamente el cacharro de cocina.

Según datos de los fabricantes, para calentar 1,5 litros de agua hasta 80ºC se necesitarán unos 0,19 kWh con la inducción, unos 0,21 kWh con la vitrocerámica convencional y unos 0,29 kWh térmicos con la de gas. Sin embargo, como explica Cristina Cañada, del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), todo esto cambia cuando lo que se mide son las emisiones de CO2, pues resulta mucho más eficiente producir calor con gas que con electricidad.

De acuerdo a los datos del IDAE, en una cocina de gas natural se emiten unos 200 gramos de CO2 para generar cada kWh, mientras que la vitrocerámica convencional contribuye a producir 450 gramos por kWh y la de inducción 360 gramos por kWh. En las primeras se contabilizan las emisiones de quemar de forma directa el gas en las cocinas, mientras que en las otras hay que tener en cuenta el CO2 generado de media por el conjunto de centrales utilizadas en España para generar la electricidad con la que producir el calor necesario. Por tanto, en cuanto a emisiones, las cocinas tradicionales de gas aun van por delante.

Lo que también está muy claro es que las cocinas menos eficientes de todas son las vitrocerámicas eléctricas convencionales. Según el IDAE, el cambiar esta cocina por una de inducción supone una reducción del consumo de energía de cerca del 20%. El problema es el precio: Una vitrocerámica convencional eléctrica cuesta unos 300-350 euros, la mitad que una de inducción. Aunque existen ayudas del Ministerio de Industria, gestionadas por las Comunidades Autónomas, para estimular la sustitución de vitrocerámicas por otras más eficientes de inducción o de gas. “Uno de los requisitos es que la subvención no puede superar el 25% del precio de la venta al público de la cocina”, detalla Cañada.

En el balance ambiental de una cocina resulta determinante su consumo de energía para calentar los alimentos. Según datos del grupo BSH, más del 90% del impacto de una placa eléctrica se produce durante su uso, por los efectos derivados de la generación de la energía. Esto significa que su incidencia en el medio ambiente será muy distinta en función de cómo se produzca la electricidad en el país, pudiendo llegar a ser mejores que la de gas si sigue aumentando la participación de las energías renovables.

Y esta gran importancia de la etapa de uso supone también que puede variar mucho su impacto según cómo se cocine. Es decir, dependiendo de cómo se utilicen los focos de calor, los tiempos de los platos elaborados, el tipo de olla empleada…

Fuente: EcoLaboratorio

Año 2050: el 95% de la energía provendrá de fuentes renovables

Año 2050: el 95% de la energía provendrá de fuentes renovablesTodos sabemos que tarde o temprano las energías renovables serán la fuente de energía de la que se proveerá el mundo, porque le pese a quien le pese, son el futuro inexorable.

A día de hoy existen muchas dudas acerca del porcentaje que las energías renovables tendrán en el mix energético, o cuándo llegará ese momento de éxito de las energías limpias.

El hecho de que un buen día se utilicen energías limpias y seguras como alternativa a la quema del carbón y del petróleo, se ha convertido en un objetivo muy popular que se persigue con gran entusiasmo desde China a Europa, ó desde EEUU a América Latina.

En Países como España, en los que la Política Energética la dirige el Oligopolio Eléctrico, esta realidad se ha visto truncada por los intereses  de las empresas energéticas.

Es cierto que en el resto del Mundo las políticas no suelen ser muy transparentes, ya que intentan hacer creer al ciudadano que las energías renovables no tienen la fuerza suficiente como para sostener la carga central del mix energético.

El Poder de las energías fósiles contaminantes no tienen límites por la cantidad de dinero e impuestos que generan y mueven. Los argumentos que los Políticos corruptos utilizan suelen centrarse en la necesidad de una mayor investigación de éstas, ó en que son muy caras como para aumentar su volumen, ó en que no dan la fiabilidad que han aportado las energías fósiles durante las últimas décadas.

En el caso de España, las razones políticas son más sorprendentes y denunciables. Injustamente se responsabiliza a las energías renovables del déficit de tarifa, a sabiendas de que en gran medida éste se ha generado por la moratoria nuclear, las ayudas al carbón, ó las subastas de la CESUR que son inflaccionistas… Razones absurdas como éstas, que hacen más dependientes a los Estados energéticamente, hacen que las energías renovables parezcan un espejismo, aunque poco a poco vayan tomando forma.

Parece que nadie cree que las energías renovables que existen actualmente: fotovoltaica, termosolar, eólica, biomasa, geotérmica, marina… puedan abastecer a todo el Mundo. Lo cierto es que ha llegado el momento de que empiecen a creer en el actual potencial de las energías limpias, porque eso es posible.

Es cierto que aún queda mucho camino por recorrer, como por ejemplo: en  mejorar la eficiencia de nuestros edificios, equipos, instalaciones, coches…, en mejorar el aprovechamiento de las materias primas, o mejorar las redes de energía a nivel mundial.

Pese a esto, recientemente se ha publicado en la revista “Energy Strategy Reviews “un estudio llamado “Transition to a fully sustainable global energy system” en el que se afirma que en menos de 40 años las energías renovables por sí solas podrían abastecer a toda la humanidad.

En este informe exactamente se dice que el sistema de energía mundial podría ser renovable, ya que es posible llegar a un 95% del consumo de energía procedente de estas fuentes limpias para el año 2050. Para conseguir este objetivo es necesario todavía combinar una eficiencia energética agresiva por el lado de la demanda con una oferta acelerada de la energía renovable a partir de todas las fuentes posibles. Es decir, es necesario un cambio de paradigma que mire a largo plazo, estrategias integradas y no solo pequeños encuentros y de forma gradual. Para ello se hace necesario efectuar progresos revolucionarios en las políticas públicas y en su nivel de despliegue.

Kornelis Blok, uno de los autores principales del informe, físico experimental y experto en energía renovable que además ayudó a movilizar la estrategia de energía limpia en los Países Bajos, afirma que es completamente posible utilizar las energías renovables dentro de los próximos 20 a 40 años para abastecer el mundo.

En este sentindo, este autor piensa que para que eso sea factible son necesarios fuertes incentivos  que incentiven las energías limpias, por ejemplo con: desgravaciones fiscales, normas establecidas por los Gobiernos…; políticas que desalienten la contaminación; y fomentar una visión de eficiencia, porque está a nuestro alcance un potencial mundial en energías renovables.

Este informe rompe con los convencionalismos de diversos sectores  y sus demandas, por ejemplo en el transporte, la industria y las edificaciones, como se puede apreciar en este gráfico donde se propone reemplazar los combustibles convencionales por las energías renovables.

El grafico muestra que:

-El gasoil se sustituirá por el biodiesel.

-Se usará más la energía solar local para por ejemplo calentar el agua a través de calentadores colocados en las azoteas de los edificios.

-Se utilizará menos carbón y más la energía procedente de parques eólicos.

Los autores del informe pronostican que en los países desarrollados la energía necesaria para producir  materiales como el acero y el papel se reducirá, al mismo tiempo que crecerá la recuperación de materiales. Asimismo consideran que la contaminación seguirá aumentando.

Por eso, se le da mucha importancia a la eficiencia energética de: edificios, coches, redes de energía…y a la premisa de que si queremos ser capaces de ejecutar todas nuestras cosas basándonos en las energías renovables, tenemos que reducir su demanda de energía.

-En el caso de los edificios, se deberían construir con una alta eficiencia y modernizar los antiguos.

– En el sector del transporte, las soluciones serían: la eficiencia, la electrificación y los biocombustibles, a lo que hay que añadir el coche eléctrico, más líneas ferroviarias de alta velocidad, una frecuencia menor de vuelos, todo ello alimentado con biocombustibles. Los autores auguran que en el futuro el negocio del transporte aéreo se eliminará por las teleconferencias de video de alta velocidad y los trenes de pasajeros.

Por el momento, se debería de duplicar cada tecnología renovable que tenemos, es decir, apostar porque los paneles solares no se limiten a espacios pequeños sino a campos gigantescos de espejos por ejemplo en el desierto, para que haya una gran concentración de luz solar que genere grandes cantidades de energía; del mismo modo, para los aerogeneradores que no solo deberían de estar en los campos y prados sino que habría que promover granjas eólicas en el mar.

Se piensa que la estrategia energética a seguir en las próximas décadas, será la siguiente:

En este gráfico se observa que son todas las energías renovables las que irán en aumento en detrimento de: la energía nuclear, el carbón, el gas natural y el petróleo de cara a 2050.

De convertirse ésta estrategia en una realidad, se obtendrían numerosos beneficios, como por ejemplo: cielos más limpios, se reducirían problemas respiratorios y de alergias, no se producirían más catástrofes ambientales a causa de los derrames de petróleo y se pondría freno al avance del cambio climático.

Es cierto que las predicciones de este estudio son bastante optimistas porque se basan en que la humanidad está dispuesta a movilizarse para hacer una transición ambiciosa y rápida; por lo tanto, es una tarea difícil pero posible.

Y ya no solo es difícil por que la humanidad se movilice para hacer esta transición sino que existen otras barreras como la falta de voluntad política y la oposición de las compañías de combustibles fósiles, no solo como habitualmente se piensa que son barreras tecnológicas.

Es una realidad, que hay muchas compañías que basan su actividad en el petróleo y en el carbón que luchan activamente contra políticas que podrían hacer más fácil el camino a las energías renovables. Estas compañías muchas veces aprovechan su influencia con el Gobierno para que estas políticas no salgan adelante. El caso español, es el mejor ejemplo.

Lo peor de todo es que los dirigentes políticos que deberían luchar por los intereses de los ciudadanos muestran una imagen pésima en este tema, cargada de: importación de más petróleo, carbón y gas; más contaminación de acuíferos, más degradación de hábitats, más destrucción de especies… Esta imagen además de ser pésima es anticuada, puesto que se sigue utilizando un modelo de energía que apenas se ha actualizado desde la revolución industrial, por lo que casi no habría de extrañarse de los derrames tóxicos y contaminantes nocivos derivados de plantas de energía oxidadas.

Por lo tanto, es hora de que se haga un balance serio sobre el posible futuro que todavía tenemos. Un futuro, limpio y seguro.

Fuente: Suelo Solar

Las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE cayeron un 2,5 por ciento en 2011

Las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE cayeron un 2,5 por ciento en 2011Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en la Unión Europea cayeron un 2,5% en 2011 respecto al año anterior, según ha informado la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA, siglas en inglés), que destaca que esta mejora se produce a pesar de que ese año se incrementó el consumo de carbón y creció el Producto Interior Bruto (PIB) de la región.

Las emisiones de GEI cayeron aún más en los 15 Estados miembros que comparten un compromiso común respecto al Protocolo de Kyoto (EU-15), disminuyendo en un 3,5% entre 2010 y 2011. Basándose en estas estimaciones de la EEA, las emisiones de la UE en 2011 se sitúan  en aproximadamente un 17,5% por debajo del nivel de 1990. La EU-15 está en el 14,1% por debajo del nivel del año base del Protocolo de Kyoto.

Las principales razones de la disminución de las emisiones de GEI  fueron un invierno más suave en la mayor parte de la UE, que contribuyó a una menor demanda de calefacción de los hogares y un menor consumo de gas natural. Además, el consumo de energía renovable también siguió aumentando en 2011, lo que contribuyó a la disminución observada en las emisiones.

Por sectores, aquellos no incluidos en el régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea (EU ETS, siglas en inglés), redujeron sus emisiones alrededor de un 3,1%;  siendo los hogares y el sector servicios, los sectores que más contribuyeron a la reducción de emisiones de GEI. Asimismo, la EEA destaca que el sector transporte también contribuyó a esta mejora por cuarto año consecutivo. Mientras, los sectores que sí están incluidos en el EU ETS redujeron sus emisiones de efecto invernadero en 2011 en un 1,8%.

Detalles de las estimaciones de emisiones para el 2011 por parte de los Estados miembros se publicarán en un informe técnico de la EEA (EEA Technical Report). Este informe rastreará el progreso de los objetivos de mitigación de las emisiones de los gases de efecto invernadero bajo el protocolo de Kyoto y hasta 2020.

Fuente: MadrI+D

La eficiencia energética es lo más efectivo para reducir las emisiones de CO2

La eficiencia energética es lo más efectivo para reducir las emisiones de CO2En poco más de diez años, España ha logrado colocarse entre los líderes mundiales en energías renovables. El esfuerzo ha permitido que produzca una energía más limpia y ha reducido la dependencia energética del exterior.

Sin embargo, por el camino se ha olvidado otra ruta paralela hacia un estilo de vida sostenible: la de la eficiencia energética. Esa vía, que se construye a base de pequeños gestos como cambiar una bombilla, utilizar el transporte público o no pasarse con el aire acondicionado, puede ser, según un estudio que acaba de ver la luz, una forma más barata que las renovables para reducir las emisiones de CO2 y luchar contra el cambio climático.

En un artículo publicado la semana pasada en Energy Policy, un grupo de investigadores españoles liderados por Álvaro López-Peña, del Instituto de Investigación Tecnológica & Cátedra BP de Energía y Sostenibilidad de la Universidad Pontificia Comillas, señala que, según un análisis del periodo de 1996 a 2008, un enfoque dirigido a mejorar la eficiencia energética habría sido más barato que el apoyo a las renovables si el objetivo exclusivo hubiese sido reducir las emisiones de CO2. Los autores cuantifican el ahorro en 5.000 millones de euros anuales (2.100 millones en promoción de renovables y 2.900 en reducción de costes por alcanzar la demanda reducida).

A partir de estos datos, en el artículo se argumenta que, desde el punto de vista de la política energética, una conclusión natural sería que «las políticas de eficiencia energética deberían ser priorizadas por encima de las de promoción de las renovables». «Sin embargo», añaden, «también es evidente que la eficiencia energética no puede eliminar por completo el consumo de energía». Por lo tanto, si el objetivo es tener un sector energético con apenas emisiones de CO2, las renovables y los consiguientes incentivos para su desarrollo tecnológico también serán necesarias en una segunda etapa.

López-Peña puntualiza que el estudio no devalúa el valor de las renovables. «Lo que sí se trata de mostrar que la eficiencia energética brilla por su ausencia», comenta. En el artículo se explica que el análisis no ha tenido en cuenta a la hora de valorar estas energías verdes otras importantes ventajas para la sociedad «como la actividad industrial o el desarrollo tecnológico, que proporcionarán también beneficios a largo plazo».

Enrique Soria, director de la división de Energías Renovables del CIEMAT, Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas, está de acuerdo con los autores en que «se ha hecho muy poco por gestionar la demanda energética». «Es más fácil incrementar la generación a través de la tarifa que establecer esquemas eficaces para favorecer la eficiencia energética y no se ha sabido hacer», añade. No obstante, Soria defiende también las renovables. «Además de reducir las emisiones de CO2, han aportado otros beneficios como la creación de un sector industrial fuerte o la reducción de la dependencia energética del exterior», añade.

LA CLAVE ESTÁ EN LOS HOGARES

Para explicar la ineficiencia, López-Peña considera que “es mucho más complicado hacer políticas por el lado de la demanda que por el lado de la oferta. Es mucho más fácil desde el punto de vista político poner molinos y promocionar las renovables que decir a la gente que utilice menos el coche o que hagan obras en sus casas para aislarlas del frío conservar el calor”. Todo ello en un país “en el que, pese a ser un país templado, pasamos frío en verano y calor en invierno”, añade.

En opinión del autor del estudio, para incrementar la eficiencia energética en España, se debe centrar la atención en el transporte y en los hogares. «Para una familia, la energía no es un coste tan importante como sí lo es para las industrias que, al ser privadas y buscar maximizar beneficios, ya se preocupan de mejorar sus procesos», explica el autor del estudio. En este sentido, Soria reconoce que «no es fácil aplicar esquemas eficaces para favorecer la eficiencia energética», pero apunta hacia medidas como la «implementación de un sistema de generación distribuida»; sistemas de generación de energía domésticos, como pequeños molinos o paneles fotovoltaicos, que al estar más cerca del lugar donde se consume la electricidad mejoran la eficiencia al reducir pérdidas en la red de transporte.

Respecto al transporte, junto a fomentar el transporte público, a pie o en bicicleta, López-Peña indica que es necesario sustituir el transporte en camiones por carretera por el ferroviario, mucho más eficiente energéticamente. «Además, el tren puede ser eléctrico y permitiría introducir energías renovables», afirma. En esta misma dirección, Soria señala al coche eléctrico como una herramienta «para gestionar mejor la demanda al permitir la recarga en horas valle y el uso de renovables». En todos los casos, López-Peña cree que es necesario «que los precios que la gente paga por la energía reflejen sus costes, incluidos los externos, los ambientales».

Fuente: MadrI+D

Comprobado: fertilizar el mar reduce el CO2

fertilizar con hierro reduce el co2 - efimarketNada de sembrar vientos para recoger tempestades. Si lo que se quiere es disminuir los gases de efecto invernadero, una ayuda puede ser sembrar el mar con hierro para fertilizar las algas.  El ensayo del barco Polarstern, en el que participan investigadores españoles, parece que ha dado sus frutos, según pubica Nature.

La idea parece sencilla… pero es arriesgada: si las plantas son el mayor sumidero de CO2 del planeta (la Amazonia no se ha ganado su apodo de pulmón del planeta solo por el oxígeno que libera), hay que ir donde más masa verde se acumula: el mar. Las algas, sobre todo las diminutas que forman el fitoplancton, son la base de la cadena trófica marina. Y, como buenos vegetales, necesitan cantidades ingentes de carbono para sus estructuras, por pequeñas que sean.

En verdad su problema no es la falta de este compuesto. Con lo que producen los humanos, el aire está lleno (y su cantidad va en aumento). Pero ni el alga más modesta se conforma con solo carbono. Igual que el ser humano tiene unos requerimientos de minerales y otros productos, a su escala las algas también lo necesitan. Así que la idea del proyecto consiste en abonar el mar para que las algas, así estimuladas, atrapen el CO2 al proliferar. Dicho y hecho. En enero de 2009 comenzó la siembra de seis toneladas de sulfato de hierro en polvo (como el que se vende como abono para plantas) en un área de 300 kilómetros cuadrados del  océano Antártico.

Los resultados han sido positivos. Según publica Nature, por cada átomo de hierro, se absorbieron 13.000 de carbono. Gracias al número de Avogadro y unas pequeñas reglas de tres, la proporción se puede visualizar más fácilmente así: por cada gramo de hierro, 2,7 kilogramos de carbono. La mitad de esta cantidad acabó a más de mil metros de profundidad cuando las algas murieron. Es decir, se consiguió el propósito de retirarlo de la circulación.

Sin embargo, ni siquiera los autores del trabajo lo consideran definitivo. El propio Victor Smetacek, un biólogo marino del Alfred Wegener Institute de Berlín que dirigió el trabajo, admite que hay todavía incógnitas. Ya hay experiencias en las que arrojar fertilizantes —de manera involuntaria— al mar han causado un desastre. Es lo que sucede con los desiertos marinos, como el de la desembocadura del Misisipí, donde las algas, al crecer, consumieron todo el oxígeno del agua y la dejaron yerma para cualquier forma de vida.

Otro riesgo es que se creen plagas de algas (como las famosas mareas rojas o pardas) que acaben con otras formas de vida por liberación de tóxicos o pura competencia por los nutrientes. Además, la composición del fitoplancton podría cambiar al modificar artificialmente sus condiciones de vida, con consecuencias imprevisibles.

La solución, como en casi todo lo que empieza, está en seguir investigando.

Fuente: El País

Los aerogeneradores producen 20 veces más energía que la utilizada en su fabricación

parque eólico - efimarketEs un hecho. La energía eólica es hoy en día ya la tecnología que más energía produce respecto al coste energético y de emisiones que representa su fabricación y puesta en marcha. En el Blog de Efimarket ya comentamos hace tiempo que la energía eólica es más barata que la nuclear. Ahora nuevas investigaciones abundan en los beneficios de esta tecnología limpia.

Durante la última década, los ingenieros y los científicos han estudiado las dudas acerca de la eficiencia de los parques eólicos. Ellos han demostrado que los aerogeneradores producen mucha más energía de la que necesitan para su fabricación, y que a pesar de que el viento tiene una estacionalidad difícil de estimar (un aerogenerador viene a funcionar unas 2.000 h/año de media), aun así disminuyen de forma importante las emisiones de carbono.

En el cálculo de estos ahorros de emisiones de carbono, los investigadores han tenido que considerar algunos factores como la exactitud y utilización de los pronósticos meteorológicos, así como la eficiencia de centrales eléctricas de respaldo de parques eólicos. Se concluye finalmente que el viento no es «carbono cero», pero es muy bajo en emisiones.

La enegía nuclear no puede competir contra el viento

Para evaluar el ciclo de vida de un parque eólico hay que sumar la energía necesaria para extraer, refinar, procesar y transportar los materiales de un aerogenerador, y añadir la energía utilizada para mantener y desmantelar un parque eólico en el final de su vida. A continuación, se comparan esto con la energía producida.

Un estudio de la Universidad de Vermont de 2010 reunió a los datos de 119 parques eólicos y se encontró que, en promedio, producen casi 20 veces la energía utilizada para construirlos, dos veces mejor que el caso de las centrales de carbón (Kubiszewski et al, 2010 ).

De los 69 parques que también informaron de las emisiones de carbono, el promedio de emisiones fue de 25 gramos de CO2 por cada unidad de electricidad generada, con un 98% de ahorro en emisiones respecto las centrales de carbón de potencia media. Esto concuerda con las cifras reportadas por otros como Weisser, 2007 y Tremeac y Meunier, 2009.

Figura 1 – ‘Retorno de la Inversión de Energía’ (EROI) de diferentes tecnologías. Esta es la cantidad de energía que producen, dividido por la energía necesaria para hacerlo funcionar. Un valor de 10 significa que el que generan 10 veces más electricidad que la necesaria para su puesta en marcha. La energía eólica supera claramente al carbón, que necesita mucha energía para la minería y el transporte del combustible. Las cifras de Kubiszewski et al, 2010 .

Las centrales de respaldo reducen el ahorro, pero aun así la eólica gana por goleada.

Cuando el viento amaina las demás centrales de energía tienen que asumir la carga. Sabemos que los arranques y paradas de una central energética son ineficientes: muchos de nosotros experimentamos esto cuando tenemos que pagar la diferencia en gasolina entre la conducción por ciudad, con contínuas paradas y arranques, y la conducción en carretera, a velocidad casi constante y sin problemas.

Valentino et al, 2012 han calculado el impacto de este efecto  sobre una base de datos meteorológicos reales y previsiones de viento para 15 emplazamientos en el estado de Illinois, EEUU. La ineficiencia de los arranques y paradas de las centrales de respaldo de los parques eólicos  dan un buen mordisco a los ahorros que aporta la energía eólica, pero dado que las centrales eléctricas más contaminantes se apagan antes que las demás, el ahorro sigue siendo grandes. Si Illinois consiguiera el 10% de su electricidad del viento, el ahorro en emisiones de CO2 sería de alrededor del 11%. Los ahorros son más grandes que un 10% debido a una cuarta parte de la potencia instalada en el estado de Illinois es nuclear, y no puede apagarse.

A medida que se agregara más potencia eólica, el ahorro crecería, obviamente. Pero si Illinois consiguiera el 40% de su electricidad a partir del viento, las emisiones de CO2 se reducirían sólo el 33%, mientras los reactores nucleares tendrían que producir algo menos.

Figura 2 – Fracción de la electricidad eólica (izquierda) y reducciones de las emisiones de dióxido de carbono (derecha), el gas principal responsable del calentamiento global, para el Estado de Illinois. Cifras reportadas por Valentino y otros, 2012.

Pero ¿qué pasa con los periódicos que decían el viento no es tan bueno, bonito y barato?

Algunos think tanks y periódicos han sido críticos de la energía eólica basandose en los cálculos de un par de jubilados holandeses, los físicos De Groot y Le Pair, que le fueron reportados en un artículo en la red. En el artículo se dejaba claro que:

«¿Cuánto eficiencia se pierde de esta forma y qué cantidad de combustible adicional se requiere para el equilibrio entre la oferta y la demanda? En este artículo se intenta hacer una conjetura».

Estos físicos retirados supusieron que la energía eólica no reduce las emisiones de CO2, un resultado muy diferente de Valentino y otros, que hizo uso datos reales de las centrales eléctricas. De Groot y los resultados Le Pair eran muy diferentes, ya que asumen que las previsiones de viento no se utilizan para gestionar la demanda y que todas las las centrales de respaldo eran las menos eficientes posibles.

Se dejaba claro en el artículo que estos autores no tenían datos reales y mostraban la esperanza de contactar con expertos que tuviesen datos reales o que pudieran mejorar significativamente sus estimaciones. Por suerte, Valentino y otros han hecho precisamente, y se puede comprobar que el resultado no es tan malo como se temía, ya que la energía eólica SI reduce de manera significativa las emisiones de CO2.

Lecciones

La energía eólica es baja en emisiones pero no está libre de ellasSu mayor problema es la necesidad de centrales de respaldo, que queman combustibles fósiles y son ineficientes (sobre todo en arranques y paradas). Incluso teniendo en cuenta estos efectos todavía se ahorraría emisiones de carbono en un estado como Illinois, aunque el ahorro global final depende mucho de la gestión de la red eléctrica y el clima local.

Incluso en áreas tan grandes como Alemania o Illinois existen importantes variaciones en la velocidad del viento, y mediante la dispersión de los parques eólicos en zonas alejadas entre ellas y la vinculación de las redes, eléctricas se consiguen reducir las fluctuaciones y las ineficiencias locales puntuales. También el almacenamiento de energía es una opción (elevando agua en centrales hidráulicas de bombeo o en un futuro almacenando en forma de hidrógeno la energía excedentaria). Sin embargo, esta última solución comprendería una inversión en energía importante para construir y aumentaría el coste, reduciendo el EROI.

Los think tanks y medios de comunicación se hicieron eco de  una ‘conjetura’, al que llamaron un «nuevo informe» que mostraba falsamente que los parques eólicos no reducen emisiones de CO2. Gracias al trabajo de Valentino y otros sabemos que estos primeros cálculos estaban equivocados. Al decidir qué tecnologías energéticas utilizar debemos incluir todos los costes, y esas decisiones deben ser resueltas mediante el método científico adecuado, en lugar de basarse únicamente en una ‘conjetura’.

Fuente: Ciencia Escéptica