Ampliada hasta 2019 la vida útil de la central nuclear de Garoña

Garoña - efimarketLa central nuclear de Garoña (Burgos) cuenta ya con la autorización en firme para funcionar otros seis años más, hasta 2019. Ayer se publicó la disposición que así lo establece en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

El Ministerio de Industria tomó esta resolución después de que el pasado 17 de febrero el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) informara públicamente de que no veía inconveniente en alargar la vida de esta central, que actualmente tenía autorización para operar hasta julio de 2013.

En la disposición del BOE se explica que, dado el elevado nivel de dependencia energética que tiene España del exterior, el suministro energético ha de basarse en la diversificación de sus fuentes de abastecimiento, utilizando todas las que estén disponibles y, en este sentido, la energía nuclear contribuye significativamente a esta diversificación. Hay que recordar, añade, que durante el año 2011 la electricidad de origen nuclear cubrió el 20% de la demanda eléctrica en España.

Por otro lado, señala que el sector eléctrico arrastra un déficit acumulado de aproximadamente 24.000 millones de euros y, dada su estructura de costes, se seguirían generando nuevos desajustes anuales superiores a los 4.000 millones de euros si no se toman medidas definitivas para resolver la actual situación.

Sin embargo, el Ministerio de Industria aclaró ayer que la ampliación de la vida útil de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) requiere de otros pasos, además de revocar el cierre de la planta. Las mismas fuentes han precisado que la revocación parcial de la orden ministerial por la que se acordaba el cierre de la central en 2013 es «un paso más» en el proceso, pero «no el último», pues con la revocación no se amplía de manera inmediata la vida útil de la central.

Según han apuntado las mismas fuentes ministeriales, el siguiente paso lo deben dar los propietarios de la central nuclear de Garoña que podrán solicitar, hasta el próximo 6 de septiembre, la renovación de la autorización de explotación por un nuevo periodo no superior a seis años.

Desde Efimarket nos unimos al grito de alarma generalizado frente a tan errónea decisión, que mantendrá activa a la central nuclear más antigua de España, poniendo en riesgo a la población en una situación en la que sólo gana la empresa propietaria, que sigue obteniendo enormes beneficios a costa de una instalación sobreamortizada, que por otro lado sólo aporta el 2% de la electricidad nacional.

Fuente: Cinco Días

El Gobierno fustigará de nuevo a las renovables con una tasa de 850 millones

El gobierno castiga con una tasa a las renovables - efimarketLa reforma energética que se aprobará en breve incluye una tasa a las energías renovables que proporcionará 850 millones al sistema eléctrico y se aplicará según la eficiencia de las plantas, es decir, a más eficiencia en la generación, menos tasa. Otra tasa gravará también a la energía hidráulica y la energía nuclear (tal y como se venía pidiendo desde varios asociaciones e interlocutores del sector de las renovables y afines) con lo que el coste de la reforma para las eléctricas tradicionales será de otros 1.900 millones.

Las espadas aun están en alto. Las empresas de los distintos sectores eléctricos intentan indagar sobre el contenido de la nueva reforma energética que el Gobierno prevé aprobar en el Consejo de Ministros esta semana o la siguiente, y que pinta mal para todos. Fuentes próximas al Ejecutivo dan por hecho que se va a aplicar una tasa a la producción hidráulica, a la nuclear y otra más a las energías renovables.

Estas mismas fuentes calculan que los ingresos por esta tasa a la generación verde será de unos 850 millones de euros y dependerá de la eficiencia de las plantas. Por tanto, el coste para cada tecnología dependerá del ratio de eficiencia que se aplique: si se mide la relación entre el precio del kilovatio y la producción, las más castigadas serían la fotovoltaica y la termosolar.

En el sector fotovoltaico calculan que los ingresos se reducirán entre un 14% (el caso de las plantas que se rigen por el real decreto 661) y el 20% (las posteriores a dicho decreto). A esto hay que añadir la actual moratoria, por la que estos productores ya han dejado de percibir parte de las primas que les corresponden durante un periodo revisable de 3 años.

En el sector eólico se oponen a un gravamen igual para toda la generación, pues el impacto en los resultados de las empresas renovables sería mucho mayor proporcionalmente que en los de las eléctricas tradicionales. El Gobierno opta por una tasa ante la dificultad jurídica de recortar las primas del régimen especial, ya que recortar primas plantearía un grave problema de inseguridad jurídica que afectaría negativamente a la inversión de capital extranjero en nuevas plantas solares y eólicas.

A la hidráulica y las nucleares todo indica que se les aplicará un gravamen distinto. Se calcula que de los 4.500 millones que el Gobierno pretende aportar al sistema eléctrico, entre recorte de costes, nuevas tasas y subidas de la luz, 1.900 millones de euros corresponderán a las utilities tradicionales.

Esta cifra incluiría también un ajuste de otros costes del sistema, como el de los pagos por capacidad. El ministro de Industria, José Manuel Soria, también ha apuntado la posibilidad de recortar la llamada interrumpibilidad, un precio especial de que disfrutan los grandes consumidores industriales a cambio de un servicio que no se ha activado desde mucho antes de que se desencadenase la crisis económica. Este consiste en que esos grandes consumidores pueden ser desconectados con preaviso en caso de que Red Eléctrica necesite gestionar una demanda superior a la energía disponible en ese momento en la red.

Otro de los pilares de la reforma, la subida del impuesto de hidrocarburos o el de la electricidad que grava la factura de la luz (el conocido como céntimo verde), está en entredicho ante la dificultad de establecer un vínculo entre los ingresos que se recauden y la financiación de costes del sistema eléctrico, como las primas de las renovables. La propuesta del ministro Soria y del jefe de la Oficina Económica de Presidencia, Álvaro Nadal, no ha sido bien recibida en Hacienda, y el Ministro Montoro ya dio muestras de desacuerdo la semana pasada..

Queda también por ver si el Gobierno aprueba una subida de los peajes de acceso, que financian el déficit de tarifa, entre otros, y que no fue incluida por problemas de procedimiento en la subida de la luz de casi el 4%que entró en vigor ayer. Esta subida es solo la parte correspondiente al precio de la energía, pero no incluye los peajes.

Para revisarlos, Industria debe remitir una propuesta de orden ministerial a la Comisión de la Energía (CNE), que debe emitir un dictamen preceptivo. Podría hacerlo bien entrado este mes de julio, con carácter retroactivo desde el día 1. Algo que ya hizo en abril respecto a las tarifas del segundo trimestre.

Las medidas no logran atajar el déficit tarifario

Aunque las medidas de la llamada reforma eléctrica van dirigidas a acabar con el déficit de tarifa, la hipoteca es tal y las circunstancias tan graves, que el Gobierno no podrá lograr su objetivo. Así, incluso contabilizando los 3.240 millones que el Gobierno inyectó al sistema el pasado 30 de marzo, vía recortes de gastos (1.700 millones) y subida de la tarifa (1.640 millones), el límite del déficit tarifario que la ley permite para este año, 1.500 millones, ya se ha superado. Sin contar estas medidas, el déficit de este año se situaría en 29.000 millones de euros.

Dos son las razones principales: que la caída de la demanda de electricidad está siendo mucho mayor de la prevista por el Gobierno para este año y que los Presupuestos del Estado no van a asumir los extracostes de los sistemas extrapeninsulares, que deberá cargar la tarifa y representan anualmente unos 1.800 millones.

Para el cálculo de estimación de la demanda para elaborar la orden de tarifas de enero, el ministerio tomó como referencia los datos del operador del sistema, REE, recogidos por la CNE. Sin embargo, el regulador energético ya ha advertido de este desfase en sus últimos dictámenes. La demanda en el primer semestre ha caído un 1,7%.

Pero lo que más agravará el déficit de tarifa es el coste de las extrapeninsulares de 2012 que sigue figurando en los Presupuestos (concretamente, un 75%) pero que irán a la tarifa y que aflorará el año que viene, cuando la CNE haga las liquidaciones correspondientes de este año.

La ley establece que en 2013 el déficit de tarifa será cero (el titulizable, se entiende) y dada la dificultad para cumplir este objetivo, en el sector piden que se prorrogue durante un año ese límite.

Las cifras

20% es el recorte de ingresos que representará la aplicación de la tasa a la generación para las fotovoltaicas más recientes.

1,7% es la caída de la demanda de electricidad en el primer semestre de este año que agravará el déficit de tarifa.

Fuente: Cinco Días

El gobierno sube el precio de la luz un 3,95% y el gas un 2,26%

El gobierno sube el precio de la luz un 3,95% y el gas un 2,26%

Aprovechando la euforia ciudadana por la participación y finalmente victoria de nuestra selección de futbol en la Eurocopa, el Gobierno, siempre certero escogiendo las fechas para los anuncios de sus reformas, ha aprobado una subida del precio de la luz, que siendo aparentemente tímida, es posible que se incremente en las próximas semanas. Explicamos el porqué de esta confusa circunstancia.

El recibo de la luz experimentará desde el día 1 de este mes un incremento del 3,95%. Sin embargo,esta podría no ser la única subida que se aplicará a los consumidores en el tercer trimestre que ahora se inicia. De hecho, lo único que ha hecho el Ministerio de Industria ha sido trasladar a través de una resolución el resultado de la subasta Cesur celebrada el martes, que se saldó con una subida del precio de la energía del 9,5% para el nuevo trimestre.

Teniendo en cuenta que el componente de la energía computa aproximadamente la mitad en la tarifa de último recurso (TUR), el aumento a aplicar es el citado 3,95%. Sin embargo, falta por ser revisada la parte regulada del recibo de la luz, los peajes de acceso que financian los costes del sistema (distribución, primas de las renovables y el agujero del déficit de tarifa, entre otros).

Es cierto que la ley no obliga al Gobierno a revisar todos los trimestres los peajes (sí es obligatorio, en cambio, llevar al recibo el resultado de la subasta trimestral), pero si lo hace estos deben recoger adecuadamente los costes. Y dada la abultada deuda del déficit de tarifa, la subida resulta inevitable, tal como ha determinado en una sentencia el Tribunal Supremo.

Además del compromiso de sufragar el déficit si este supera los 1.500 millones de euros (límite legal para este año), el Gobierno podría subir los peajes en julio para completar el paquete de medidas que componen lareforma energética prevista para el próximo viernes o el siguiente.

Pero ¿por qué Industria no ha realizado una única subida de la TUR desde el 1 de julio? Por razones de procedimiento. Para poder revisar los peajes de acceso o parte regulada de la tarifa, el ministerio debe remitir una propuesta de orden a la Comisión Nacional de Energía (CNE) y, previa consulta pública entre las asociaciones de consumidores, empresas y comunidades autónomas, realizar el correspondiente informe.

El afán de compensar el resultado de la Cesur con los peajes de acceso, y viceversa, para evitar subidas excesivas de la TUR, hace que el Gobierno espere al resultado de esta para abordar la revisión de dichos peajes. Pero como la Cesur suele celebrarse en la última semana del trimestre y el trámite de consulta a la CNE requiere de un plazo mínimo de dos semanas, el Ejecutivo se queda sin tiempo para revisar toda la TUR, en este caso, el 1 julio. Vamos, que no le ha dado tiempo.

La historia de la última revisión, la del 1 de abril, puede volver a repetirse. Industria aprobó entonces una resolución para llevar a la factura el precio de la electricidad de la subasta (que resultó negativa en aquel caso) y posteriormente remitió una propuesta de orden de peajes a la CNE, que se publicó en el BOE a finales de abril y aplicó, por primera vez en la historia, con carácter retroactivo desde el día 1 de ese mes. Una retroactividad que podría no ser legal, si bien no serán las empresas las que la denuncien, pues se benefician de las subidas. Fuentes del sector consideran que solo las asociaciones de consumidores podrían recurrir dicha retroactividad.

En aquel caso, la subida de los peajes fue del 25%, pues incorporaba una refacturación de los consumos desde octubre, de acuerdo con sendos autos del Supremo en que admitía las medidas cautelares solicitadas por las eléctricas.

La demanda se derrumba

Por otra parte, la demanda de energía eléctrica en la España peninsular descendió en junio un 1,8%respecto al mismo mes del año anterior, teniendo en cuenta los efectos del calendario y las temperaturas. Según datos de REE, la demanda bruta ha sido de 20.655 GWh, un 0,2 % superior a la de junio del 2011.

En el primer semestre la caída de la demanda, que se tradujo en descenso de los ingresos y agravamiento del déficit tarifario, cayó el 1,7% (127.473 GWh).

La tarifa del gas aumenta un 2,26% desde el día 1

La subida de la luz publicada el viernes en el BOE ha ido acompañada de la consiguiente revisión de la tarifa del gas natural, que se traduce en un alza media del 2,26% desde el 1 de julio. El ministerio que dirige José Manuel Soria se ha limitado a aplicar el resultado de la subasta del gas, a la que acuden las comercializadoras de último recurso para adquirir la energía que suministrarán a sus clientes en el siguiente trimestre, pero no los peajes. Según los distintos consumos, el gas sube el 1,69% en la TUR 1 (consumo de agua caliente y cocina) y del 2,16% en la TUR 2 (agua caliente, cocina y calefacción).

Por su parte, el presidente de la Fundación Renovables, Javier García Breva, denunció el viernes que los precios de la electricidad en el mercado subieron casi un 20% en los prolegómenos de la Cesur y cayeron en parecida proporción tras su celebración. «Se ha producido un escándalo que nadie quiere comentar en público», declaró García Breva a Europa Press, antes de lamentar que el Gobierno y la CNE no hayan reaccionado ante lo sucedido.

El presidente de la Fundación Renovables advirtió de la capacidad de influencia de las eléctricas en la subasta y considera que estas provocan una subida para compensar los recortes de la reforma energética.

Fuente: Cinco Días

Montoro no quiere que el ‘céntimo verde’ sufrague las primas renovables

Montoro-opone-centimo-verde-sufrague-primas-renovables - efimarketNi será un céntimo ni será verde. Hacienda debate con el resto de ministerios la posibilidad de que el recargo del impuesto de hidrocarburos, que incluye la reforma eléctrica de Industria, se destine a sufragar las renovables y frenar, así, el déficit de tarifa. La Ley Presupuestaria no permite, salvo mediante una cláusula de excepción, que la recaudación de un impuesto se vincule a un servicio.

La segunda fase de la reforma energética, cuya demora está creando gran incertidumbre en el sector, se está cociendo en el Ministerio de Hacienda, ya que buena parte de las medidas para acabar con el déficit de tarifa son de tipo fiscal. De hecho, la reforma, que ahora se anuncia para la primera quincena de julio, incluye un proyecto de ley que afecta a ciertos tributos y otro real decreto ley con nuevos recortes de los costes del sistema.

Entre las primeras medidas figura la aplicación de un recargo en el impuesto sobre hidrocarburos de cuatro céntimos por litro de carburante, que se destinaría a financiar las primas de las renovables, que representan un tercio de la tarifa eléctrica (unos 7.000 millones de euros) y a políticas de eficiencia energética. Sin embargo, esta idea del Ministerio de Industria no cuadra con la Ley General Presupuestaria, que establece que los ingresos tributarios deben destinarse, o están «afectados», al sostenimiento de los gastos públicos.

Así, para que la recaudación del céntimo verde se pudiera destinar a sufragar los costes de la tarifa eléctrica (las primas antes citadas), se debería incluir en el proyecto de ley «una cláusula de afectación», que es una excepción que permite la Ley Presupuestaria. Para poder vincular los ingresos a un servicio concreto sería necesaria una tasa y no un impuesto.

Según fuentes del sector, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, no es partidario de destinar la recaudación del céntimo verde a las renovables o la tarifa, con lo que el céntimo ya no sería verde. Otras fuentes apuntan a que el ministro solo rechaza que toda la recaudación prevista, unos 1.500 millones de euros, se destine al déficit del sistema eléctrico y quiere que una parte vaya a enjuagar el déficit público.

Lo cierto es que la falta de acuerdo sobre el destino de los ingresos por la subida del impuesto de hidrocarburos y el de la electricidad, que también se incrementará, es la que está retrasando la reforma energética. Y es que la decisión no está solo en manos de Hacienda o de la propia Oficina Económica de Moncloa, sino del resto de ministerios, a los que se les está consultando.

Además, el impuesto de la electricidad está transferido a las comunidades autónomas, por lo que habría que crear dos tramos para que el Estado y, a través de él el sistema eléctrico, pueda disponer de ese dinero.

Otro problema añadido es que, aunque el proyecto de ley incluyese la citada excepción, esta podría ser anulada a la primera de cambio en cualquier ley de presupuestos en beneficio de las cuentas públicas, provocando una gran inseguridad en la tarifa eléctrica. Así lo demuestra la única experiencia de apoyo de los Presupuestos a los gastos del sistema eléctrico: aunque una ley obliga desde 2009 a que las cuentas públicas financien los extracostes de las extrapeninsulares de la tarifa, Economía y Hacienda han eliminado año tras año esta obligación.

La reforma que plantea Industria prevé que el sistema eléctrico, entre recorte de costes y aumento de ingresos, obtenga unos 4.500 millones de euros.

Las eléctricas tienen una deuda de 73.000 millones

El ministro de Industria, José Manuel Soria, ha repetido una y otra vez que el esfuerzo para acabar con la lacra del déficit de tarifa recaerá sobre los consumidores, el Estado y las compañías del sector. En el primer caso, con subidas de tarifas; en el segundo, con un recorte de los costes de los peajes de acceso que cobran las eléctricas y mediante tasas a la generación que recaudará el sistema eléctrico y, en el tercero, a través de los Presupuestos del Estado. En plena crisis, el Gobierno ha optado por aumentar o crear impuestos, pero el problema está servido, pues el déficit público compite duramente con el de tarifa, y la recaudación obtenida por esta vía iría a sufragar el primero.

La incertidumbre y los rumores sobre estas medidas afectan negativamente al sector. Precisamente ayer, Unesa, la patronal de las cinco grandes eléctricas, que son las que financian el déficit, remitió un comunicado en el que exigían al Gobierno que haga pública cuanto antes la reforma, para evitar «la difícil situación en que se encuentran en los mercados internacionales». Las agencias de rating han rebajado la calificación de las eléctricas hasta situar a algunas en perspectiva negativa. En este sentido, Unesa reclama que el déficit «sea soportado por todos los que cobran de la tarifa», máxime cuando la reforma de marzo «recayó únicamente en los consumidores y en las compañías de Unesa». La deuda de sus asociadas es de 73.000 millones (44.000 por la actividad eléctrica en España), lo que dificulta las inversiones.

Unesa denuncia la grave e «incoherente» situación que se ha producido con los impuestos ecológicos que aplican las autonomías y rechaza que se paguen primas a dos tercios de la fotovoltaica, a 450 euros/MWh en 25 años, cuando hay plantas en proyecto con prima cero.

 

Las cifras

1.500 millones son los ingresos previstos por Hacienda por el recargo de cuatro céntimos por litro en el impuesto de hidrocarburos.

4.500 millones es lo que el Gobierno prevé obtener con las medidas de la reforma eléctrica que se aprobará en julio.

 

Fuente: Cinco Días

El Gobierno aprobará el viernes la reforma energética, aumentando además el precio de la luz

reforma energetica - efimarketEl Gobierno aprobará el viernes de esta semana tanto la reforma energética, con la que espera solucionar el problema del déficit de tarifa, como la revisión del precio de la luz para el tercer trimestre del año, en la que los ingresos del sistema eléctrico deberán ser suficientes para cubrir los costes, lo que implicará seguramente una nueva subida del recibo de la luz en julio.

En su reforma energética, el Gobierno incluirá medidas para detener el crecimiento del déficit de tarifa y, por otro lado, dar una solución a la deuda acumulada de 24.000 millones, que deben devolver los consumidores.

La absorción del desajuste obliga a nuevos esfuerzos a los tres principales actores del sector, que son los consumidores, las empresas y el Estado. Los consumidores ya han soportado subidas del 60% en el recibo en los últimos cinco años, mientras que las eléctricas ven amenazados sus ‘rating’ por la deuda que financian y el Estado no tiene capacidad para contribuir a la solución.

Aun así, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo ha advertido de que las medidas adoptadas en marzo fueron insuficientes y de que hay que poner coto a un problema que crece a un ritmo anual de 4.000 millones. Hace apenas tres meses, Industria elevó un 7% las tarifas para asumir las sentencias del Tribunal Supremo y recortó costes por 1.700 millones de euros.

Entre las medidas que estudia ahora el Gobierno figura la de gravar los combustibles con un ‘céntimo verde‘ para financiar las renovables, lo que procuraría ingresos suficientes para aliviar el coste de las primas que, a través de la tarifa, se dedican a estas tecnologías.

El ministro José Manuel Soria también ha aludido a un aumento en la «imposición indirecta a la generación», mientras que en su departamento se trabaja en una reducción a entre 3 y 5 kilovatios (kW) del umbral de potencia con derecho a tarifa regulada, lo que obligaría a más de 9 millones de consumidores a salir al mercado libre.

Las eléctricas, que temen mayores recortes en partidas como la distribución, advierten de que, de los 18.500 millones de costes del sistema, 10.050 millones son subvenciones (7.600 millones en primas, 1.900 millones en extrapeninsulares, 500 millones para grandes consumidores y 400 millones del decreto del carbón), y que es ahí donde se debe recortar. Mientras, los operadores petrolíferos critican el ‘céntimo verde’ y recuerdan la alta fiscalidad que ya soportan los combustibles.

SUBASTA ELÉCTRICA.

Al margen de las decisiones que adopte el Gobierno, los expertos advierten de que será necesario elevar los ingresos del sistema y de que, para ello, no solo se elevará previsiblemente la fiscalidad, sino también la tarifa eléctrica.

El alcance de la próxima revisión tarifaria a partir del 1 de julio dependerá en parte de la próxima subasta de electricidad entre comercializadoras de último recurso (Cesur), que se celebrará este martes y que servirá para fijar el término correspondiente a la energía dentro de la tarifa de la luz.

El resultado de estas subastas tiene un peso cercano al 50% sobre la Tarifa de Último Recurso (TUR), mientras que el otro 50% corresponde a los peajes eléctricos, que sufragan los costes regulados del sistema eléctrico.

La anterior subasta, celebrada en marzo, se cerró con bajadas del 7%, si bien la TUR subió finalmente un 7% para recoger un incremento de peajes cercano al 23% con el que el Gobierno cumplía las sentencias del Supremo y garantizaba el equilibrio entre costes e ingresos.

Fuente: Europa Press

El otro rescate: la reforma eléctrica

reforma electrica - efimarketReproducimos a continuación el interesante artículo de Carmen Monforte publicado en el diario económico Cinco Días el pasado viernes. En el nos descubre el oscuro panorama oculto tras la nube de humo de las noticias económicas, pero que sin embargo tiene un paralelismo curioso. De hecho, el enorme déficit tarifario eléctrico se asemeja en cuanto a dimensiones a la deuda de la banca debida a la burbuja inmobiliaria. Pero ya sin más os dejamos con el magnífico artículo.

Según el diccionario de la RAE, una reforma es «aquello que se propone, proyecta o ejecuta como innovación o mejora en algo». Si nos atenemos estrictamente a este significado, la llamada reforma eléctrica no puede ser considerada como tal (ni la aprobada en marzo ni la segunda fase prevista para este mes), sino como una sarta de medidas para que los consumidores eléctricos, los contribuyentes y, en menor medida, las compañías del sector paguen pura y simplemente el déficit de tarifa acumulado, que rondaría este año los 29.000 millones de euros. Pero sin una verdadera reforma que racionalice el sistema a través de una revisión profunda de los costes y de las subvenciones del cambalache en que se ha convertido la tarifa de acceso, el mal de fondo persistirá. Díganlo Soria o Montoro.

Y es que se veía venir: el déficit acumulado en la última década, que se podría haber evitado con subidas asumibles en años de bonanza económica, y que habrían puesto coto al descontrol de la demanda y del exceso de capacidad, lo tendrán que pagar los consumidores en el peor de los momentos posibles, con el fantasma de un rescate a España rondando en el ambiente. La oportunidad se perdió hace tiempo, tanto para los consumidores como para las grandes eléctricas, que financian la deuda en tanto se tituliza en el mercado.

Además de las subidas de impuestos y de los recortes salariales o sociales de todo tipo aprobados y previstos para equilibrar las cuentas públicas que sangran por el lado de los ingresos, los ciudadanos van a tener que afrontar el pago de un déficit tarifario que poco o nada tiene que ver con la actual crisis financiera, sino con políticas electoralistas aplicadas en los últimos años. Ningún Gobierno se atrevió a subir suficientemente las tarifas para cubrir de verdad los costes reconocidos por ley ni tampoco a recortar dichos costes, a lo que se oponían los distintos grupos de presión.

El resultado: una deuda disparatada de los consumidores con las eléctricas, a la que estas tienen derecho y que han reclamado por vía judicial (solo la que ha excedido los límites legales). Así, solo por las refacturaciones de consumos desde octubre impuestas por el Tribunal Supremo al Gobierno, la tarifa de acceso subió en abril un 25%, un coste que se fraccionará en los recibos de la luz hasta finales de año. También las eléctricas, que aceptaron en su día el endiablado sistema consistente en esconder las subidas debajo de una alfombra y aplazar su pago a través de un sistema de titulización que, al contar con el aval del Estado, se ha dado de bruces con la crisis de la deuda soberana que dificulta la colocación de la deuda eléctrica.

En dos fases

Así las cosas, el Gobierno aprobó el 30 de marzo un real decreto-ley con medidas con las que el sistema eléctrico lograba 3.240 millones de euros. De estos, 1.640 millones corren por cuenta de los clientes (una subida de las tarifas de 1.580 millones y un recorte de los pagos por interrumpibilidad de la gran industria de 60 millones) y otros 940 millones por las eléctricas, que verán recortados los ingresos por la actividad de distribución en 690 millones. La cantidad restante, 660 millones, procede de supuestos remanentes del Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE) y de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), entre otros.

Consciente de que estas medidas apenas sirven para cubrir el descontrol del déficit de este año, el Ministerio de Industria prometió un segundo capítulo de «reformas» a aprobar en la segunda quincena de junio que irá acompañada, con total seguridad, de una nueva subida de la tarifa de acceso y, muy probablemente, de la tarifa de último recurso o TUR (la primera es la mitad de la segunda, que se completa con el precio de la energía).

No en vano, el martes de la semana que viene se celebra la subasta Cesur, en la que se determinará dicho precio en la factura del tercer trimestre. En función del resultado de la puja, el Gobierno jugará con una subida de tarifas, que introducirá en el proyecto de ley de la falsa reforma que se prevé aprobar en el Consejo de Ministros del viernes 29. A falta de un borrador y en medio de la confusión que generan las declaraciones del ministro de Industria, José Manuel Soria, todo apunta a que las medidas con las que el Gobierno pretende frenar el déficit de tarifa serán, esencialmente, de tipo fiscal. De hecho, quienes más trabajan estos días en el proyecto son los técnicos del Ministerio de Hacienda, señalan fuentes del sector.

Las medidas tributarias se centran en la aplicación del llamado céntimo verde (entre cuatro y cinco por litro de carburante) como un recargo del impuesto de hidrocarburos. Por esta vía se prevé recaudar unos 1.500 millones de euros que, en teoría, irían destinados a costear la promoción (primas) de las energías renovables. Sin embargo, la medida encierra un peligro: al ir a a las arcas públicas, y dados los graves problemas presupuestarios, no hay seguridad jurídica de que se destine a la tarifa.

Otra medida, la más confusa de todas es «el incremento de la imposición indirecta a la generación», según palabras de Soria. Dado que el ministro descartó que se tratara del IVA, solo cabría pensar en el de la electricidad, que ingresan las comunidades autónomas. Sin embargo, este tributo no grava la generación sino el consumo. En este punto de la madeja, hay quien considera que Soria se refería a los peajes que, desde diciembre de 2010, tienen que pagar las generadoras por usar las redes eléctricas. Sin embargo, ni es un impuesto indirecto ni se puede incrementar, pues lo que ahora pagan las compañías (0,5 euros por MW) es un límite fijado por la Unión Europea.

Negra situación financiera

Con todo, lo que preocupa a las empresas es la tercera medida que, sin concretar, consistiría en una tasa general sobre la producción, que variaría según las distintas tecnologías. Las empresas, que siguen lamentando la falta de interlocución con un Gobierno autista, consideran que este recorte de ingresos supondría «la puntilla» para un sector cuyas calificaciones crediticias rozan, según los casos, el bono basura o están en perspectiva negativa.

Ello, unido a la paralización de las titulizaciones de la deuda tarifaria, agravará la situación de uno «de los pocos sectores que aún se estaba librando de la crisis», como subrayó en su día el alto ejecutivo de una de las eléctricas.

Fuente: Cinco Días

La UE imputa «costes ocultos» y «compensaciones excesivas» a las eléctricas españolas

dependencia energetica de España - efimarketLa Comisión Europea (CE) acaba de publicar su «Evaluación del programa nacional de reforma y del programa de estabilidad de España para 2012», un documento que efectivamente evalúa las reformas emprendidas por Mariano Rajoy desde su llegada al poder y que, lógicamente, también repasa las medidas que, en materia de política energética, ha ido alumbrando el ejecutivo español. En ese documento, la CE no considera responsables del déficit de tarifa a las energías renovables y sí señala, sin embargo, «costes ocultos» en la tarifa y asimismo «compensaciones excesivas» que estarían beneficiando a las grandes eléctricas y engordando artificialmente el déficit tarifario.

Es posible decirlo más alto, pero va a ser difícil decirlo más claro. El veredicto está muy claro: «la suspensión de las ayudas a las energías renovables desalienta la inversión en el sector y hará difícil que España alcance sus objetivos energéticos y climáticos en el marco de la Estrategia Europa 2020«. Más aún: la Comisión apunta a que, con una menor proporción de energías renovables, la dependencia de España de la energía importada crecerá por encima de la tasa actual, que se sitúa en el 79%, valor que es ya muy superior a la media de la UE, que está en el 54%. La trascendencia de ese incremento de la dependencia está fuera de toda duda: España importó en 2011 petróleo y gas (en la imagen, buque metanero) por valor de más de 53.000 millones de euros.

La Comisión también critica claramente las trabas burocráticas que padecen las renovables españolas y propone simplificar «los complejos procedimientos de autorización y planificación» y suprimir «otros obstáculos al desarrollo de las energías renovables», todo lo cual –considera la CE– puede «contribuir a reducir el coste de estas energías» (sobre el particular, véase el informe PV Legal).

Pero la evaluación de la CE no se limita a las energías renovables, sino que también aborda las convencionales y, ahí, las conclusiones son muy distintas. Hasta el punto de que el documento de la Comisión se muestra particularmente duro cuando habla de los «costes ocultos» del sistema eléctrico, que asegura se derivan «del apoyo a ciertas actividades reguladas», actividades que la CE cita explícitamente. A saber: las «subvenciones ineficientes y perjudiciales para el medio ambiente concedidas a las minas de carbón», en primer lugar, y, en segundo, la «rentabilidad del transporte y la distribución en función del valor neto de los activos utilizados».

No deja títere con cabeza

A la luz de lo dicho, la evaluación concluye que el sistema de tarificación de la electricidad en España es «ineficiente y presenta un nivel de competencia insuficiente». La Comisión señala que esa competencia insuficiente en el sector energético «ha contribuido, al menos en parte, a la constitución del déficit tarifario, al favorecer una compensación excesiva de algunas infraestructuras, tales como centrales nucleares y grandes centrales hidroeléctricas, ya amortizadas, o al mantener la concesión de subvenciones ineficientes y perjudiciales para el medio ambiente a las minas de carbón«. Para colmo, apunta la CE, «estas medidas no se han traducido en menores precios». Y un apunte para contextualizar: las propietarias de la inmensa mayoría de las centrales térmicas que queman carbón en nuestro país, de las grandes presas hidroeléctricas y de todas las centrales nucleares de España son Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, E.On y EDP, compañías eléctricas todas integrantes únicas de la Asociación Española de la Industria Eléctrica, la gran patronal Unesa).

Cómo define el déficit la CE

En su informe, la Comisión explica el déficit de tarifa del siguiente modo: «España ha limitado tradicionalmente los precios finales de la electricidad para una serie de grupos de consumidores en el marco de un sistema de tarifas reguladas. Las tarifas no siempre cubren los costes, lo que implica que el sistema genera un déficit tarifario a expensas de la empresa suministradora del servicio. Dado que los costes de generación y los costes regulados (por ejemplo, costes de transporte y distribución) aumentan más deprisa que las tarifas, el déficit ha aumentado significativamente en los últimos años, habiendo alcanzado un importe acumulado de 24.000 millones de euros (equivalentes a más del 2% del PIB)». Sobre los costes del sistema, vénase páginas seis y siete del Informe sobre el Sector Energético Español de la Comisión Nacional de Energía.

La explicación de la CE continúa así: «dos terceras partes de este importe (aproximadamente 17.000 millones de euros) están garantizadas por el gobierno, lo que ha permitido a las empresas suministradoras su cobertura. En 2009, el gobierno revisó íntegramente el sistema de tarificación con el fin de garantizar que los precios de la electricidad cubrieran todos los costes. Sin embargo, se siguió permitiendo a los hogares de bajo consumo, que representaban el 83% de los consumidores, disfrutar de precios de la electricidad que no reflejaban todos los costes del sistema (entre los elementos integrantes de los costes totales se incluye la producción, el transporte y la distribución de electricidad y diversas medidas de política energética), mediante la aplicación de la tarifa de último recurso (hogares con una capacidad de consumo limitada a 10 kW). Como consecuencia de ello, el déficit tarifario siguió acumulándose».

Qué es la Tarifa de Último Recurso, TUR

El uno de julio de 2009 entró en vigor un nuevo sistema de tarifas eléctricas en el que coexisten, por un lado, el mercado libre, y por otro, una tarifa fijada por el gobierno: la denominada Tarifa de Último Recurso. La TUR es el precio regulado por el gobierno para el suministro obligatorio a los clientes que no quieren o no pueden buscar otras ofertas en el mercado. Según el gobierno, la TUR «se configura como una tarifa refugio y está reservada para los consumidores que tienen una potencia contratada inferior a 10 kW, segmento en el que se encuentran prácticamente todos los consumidores domésticos». El ejecutivo eligió cinco empresas, denominadas comercializadoras de último recurso, para dar servicio a los clientes con derecho a la TUR. Esas cinco empresas son filiales de las mismas que integran Unesa. A saber: Endesa Energía XXI, Iberdrola Comercialización de Último Recurso, Gas Natural, HC-Naturgás Comercializadora Último Recurso y E.ON Comercializadora de Último Recurso.

Fuente: Energías Renovables

El sector de la biomasa crea la plataforma Probiomasa

El sector de la biomasa advierte de la «crítica» situación que atraviesa y, para defender su continuidad y promover la utilización de esta fuente de energía, ha creado la nueva plataforma Probiomasa.

En un comunicado, la nueva plataforma pide al Gobierno que apueste por el desarrollo de la biomasa y considere estratégica esta tecnología, por ser la que más empleo y riqueza genera en el medio rural, la que más impuestos paga, la que más residuos valoriza y la que más emisiones de CO2 evita.

Además, Probiomasa asegura que esta actividad es la aporta una mayor estabilidad al sistema eléctrico y no tiene relación con la aparición del déficit de tarifa. Además, es 100% gestionable.

Los productores de biomasas agroganaderas están representados por las organizaciones profesionales agrarias ASAJA, COAG y UPA, así como por las cooperativas agro-alimentarias.

Además, los productores de biomasas forestales están representados por la asociación COSE, que agrupa a las asociaciones de propietarios forestales privados de cada una de las comunidades autónomas.

Junto a esto, los productores de energía renovable a partir de la valorización de las biomasas están representados por APPA Biomasa, que es la patronal empresarial del sector de la biomasa en España, y por ADAP, que defiende los intereses de los productores de biogás de España.

Desde Efimarket damos la enhorabuena por esta inicativa y esperamos que sirva para seguir difundiendo las bondades de esta fuente de energía límpia y renovable, con la que además podemos reducir nuestro consumo energético de calefacción en nuestros hogares.

Fuente: El Economista

El Ministro Soria advierte sobre los riesgos que implica el enorme déficit de tarifa eléctrico

El ministro de Industria, José Manuel Soria, ha defendido el real decreto ley que recoge la última subida de la luz y que recorta 1.700 millones de euros a operadores del sistema eléctrico, porque el déficit de tarifa, que asciende a 24.000 millones de euros, de los que 17.000 millones están titulizados con el aval del Estado, «puede convertirse más pronto que tarde en un problema financiero».

Este fue uno de los principales argumentos que esgrimió durante su intervención en el debate de convalidación del real decreto con el que el Gobierno pretende reducir el déficit de tarifa para cumplir con los autos y resoluciones del Tribunal Supremo que obligan a que este saldo no supere los 1.500 millones en 2012 y sea cero en 2013.

«Es un problema estructural al que hay que poner coto», recalcó Soria, quien explicó que el principal objetivo del Gobierno es evitar que el déficit se siga multiplicando año tras año, como ha ocurrido desde 2004.

Según explicó Soria, la decisión del Gobierno de subir la Tarifa de Ultimo Recurso (TUR) de la luz del 7% a partir del 1 de abril, que reportará 1.382 millones de euros, y los recortes a operadores del sistema permitirán tapar un agujero de 3.150 millones de euros.

En este punto, el ministro de Industria ha señalado que la subida de la luz afecta a todo tipo de consumidores, y ha recalcado que de haber recaído todo el ajuste del déficit sobre los consumidores, la factura de la luz habría de haber subido hasta un 40%, algo que consideró «insostenible».

Dentro del sector del gas, Soria advirtió de que en 2011 se ha generado un «incipiente» déficit que asciende a 300 millones de euros, que han motivado en el marco del decreto recortes en la suspensión de tramitación de nuevas instalaciones de gas natural, de nuevas regasificadoras o de autorizaciones administrativas a gasoductos planificados.

Fuente: El Economista

El enésimo engaño del recibo de la luz

El enésimo engaño del recibo de la luz - Juan Torres LópezReproducimos íntegro el artículo de opinión aparecido en Público.es firmado por el Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla Juan Torres López, en el que hace un repaso rápido y ameno de la «historia» del oligopolio eléctrico y las razones por las que nos han ido subiendo a todos el precio de la electricidad de forma imparable en los últimos años.

«Una de las características más importantes de nuestra economía, y de la que no se suele hablar, es la gran influencia y poder político que los grandes grupos financieros y empresariales tienen sobre las instituciones. No es que eso sea algo propio solamente de nuestro país, pero sí es verdad que aquí está muy agudizado porque esos grupos se formaron en la dictadura y eso les dotó de una fuerza y de unos privilegios especialmente considerables.

Esos grupos extienden sus redes en toda la economía española pero tienen su asiento principal en los grandes sectores estratégicos, en la banca, la energía, las telecomunicaciones o los medios de comunicación, entre otros, tejiendo así una compleja red de intereses que les permite controlar mucho más de lo que a simple vista parece y que penetra en las propias administraciones públicas e incluso en las más altas magistraturas e instituciones del Estado.

El caso del sector eléctrico es paradigmático y ahora se vuelve a poner de evidencia cuando el gobierno de Rajoy vuelve a subir el recibo de la luz.

En la anterior etapa de gobierno de Aznar se reconoció un llamado “déficit de tarifa” que ha ido creciendo año tras año y que está proporcionando a las compañías eléctricas grandes beneficios a costa de los consumidores de luz.

A la opinión pública se le está diciendo desde entonces que las eléctricas tienen unos costes muy elevados y que la tarifa que pagamos es insuficiente para compensarlos porque los gobiernos la mantienen demasiado baja por razones de interés social. Pero a la sociedad no se le informa que desde que Aznar (más tarde asesor externo de Endesa) lo reconoció, ese déficit está trucado. No es la diferencia entre la tarifa y los costes reales que soportan las empresas sino con los muy sobrevalorados que se inventan y que los sucesivos gobiernos (y los jueces que resuelven  las demandas de las eléctricas) aceptan sin problema.

Para lograr ese efecto las compañías recurren a diferentes procedimientos: asignar a la electricidad mucho más barata que producen centrales ya amortizadas los costes de otras más caras, aplicar el de la franja horaria de mayor precio, o registrar costes de inversiones realizadas o de otros gastos muy por encima de los realmente soportados.

Esa constante sobrevaloración es lo que permite hablar de déficit pero se trata, como acabo de señalar, de un déficit ficticio. Y que, además, no es la única circunstancia que vienen permitiendo a las compañías eléctricas obtener enormes beneficios en España, casi 29.000 millones de euros desde 2005.

Además de ello, facturan a los consumidores por tener derecho a conectar la potencia contratada (lo que no están en condiciones de asegurar porque la red es deficiente en muchos puntos) o los llamados costes de transición a la competencia, un invento de las propias compañías que les ha supuesto mas de 9.000 millones de ingresos extras, además de inflar el precio del alquiler de los nuevos equipos de medida, entre otros.

Y mientras las empresas eléctricas obtienen beneficios extraordinarios mediante estos procedimientos espurios, los consumidores de luz españoles hemos de pagar un recibo que es el tercero más caro de Europa, solo superado por el de Chipre y Malta.

Durante años, los gobiernos se vienen limitando a aceptar las condiciones que les ponen las grandes compañías eléctricas, en cuyas asesorías o consejos de administración entran y salen los mismos que antes o luego han de tomar decisiones sobre las tarifas y las condiciones de su negocio, como el mencionado Aznar, de Guindos, Elena Salgado o Felipe González, entre otros, en un vaivén vergonzoso e inmoral al que nadie pone coto.

Si en España hubiese una verdadera democracia las televisiones estarían explicando a la gente por qué suben tanto sus recibos de la luz y quién y por qué se lucra con ello. Y los gobiernos, en lugar de rendirle pleitesía, habrían disuelto ya el oligopolio eléctrico, nacionalizado las empresas y evitado el engaño. En lugar de eso, Rajoy vuelve a subir la luz y encima su gobierno afirma que está reduciendo los costes del sistema, como si hubiera tomado alguna medida encaminada a evitar su sobrevaloración artificial.»

Juan Torres López, Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla