Compartimos hoy un gran artículo de nuestro compañero de batalla Xavier Cugat, autor del Blog (r)Evolución Energética, en el que detalla la burbuja de los ciclos de gas en España, los auténticos culpables del déficit de tarifa, junto a la falta de transparencia de los costes de generación y el sistema de subasta, ampliamente denostado tras los últimos acontecimientos. Os dejamos ya sin más con este interesante artículo, cuya opinión suscribimos al completo desde Efimarket: Continuar leyendo «El sistema gasista español, la burbuja que viene.»
Las renovables baten otro récord pese a las zancadillas del Gobierno
La ofensiva del Gobierno contra las energías renovables no parece tener efecto por el momento en la producción. Al calor de unas condiciones meteorológicas favorables, la electricidad sostenible ha estado muy cerca en este inicio de año de lo que sería un hecho histórico: cubrir la mitad de la demanda. Cerró febrero con una cuota récord del 46,8%, después de que en enero alcanzara el 43,9%, y la energía eólica ha sido en estos dos primeros meses del año la primera suministradora (26,2%), por delante de la nuclear (20%). «Todavía estamos a tiempo de conservar el liderazgo en este sector estratégico si el Gobierno rectifica sus ataques o los tribunales le hacen dar marcha atrás», indicaron a modo de valoración las empresas productoras. Continuar leyendo «Las renovables baten otro récord pese a las zancadillas del Gobierno»
Garoña y Almaraz pararán para ahorrarse 240 millones de las nuevas tasas eléctricas
La empresa titular de la central nuclear de Santa María de Garoña, Nuclenor, está planificando una parada ordenada del reactor para la segunda quincena de diciembre, según confirmaron fuentes de la compañía, que precisan que esta decisión obedece a la aprobación de la futura Ley de Medidas Fiscales de Sostenibilidad Energética.
En todo caso, indican que la planta se encuentra funcionando al 100% pero que planifica una parada ordenada del reactor para trasladar el combustible del núcleo a la piscina de almacenamiento. Para ello, se están estudiando diferentes escenarios pero, según subrayan, todavía no se ha tomado una decisión.
El motivo de esta medida es que la futura Ley de Medidas Fiscales de Sostenibilidad Energética, actualmente en trámite parlamentario en el Senado, prevé gravar la descarga final del núcleo tras el cese de actividad con 2.190 euros por kilogramo de elementos trasladados a la piscina de almacenamiento lo que, según explica Nuclenor, supondría para la compañía un coste de unos 150 millones de euros.
Además, precisan que esta decisión no tiene necesariamente por qué significar el cierre de la planta antes de julio de 2013, fecha hasta la que la compañía tiene autorización para operar, porque se podría tomar la decisión de volver a arrancar la central en enero.
Parada en Almaraz
Por otro lado, la central nuclear de Almaraz, situada en Cáceres, ha paralizado desde el pasado Jueves la recarga de su nuevo combustible, según ha podido saber la Cadena SER. Desde la tarde del pasado 5 de Diciembre, los trabajadores externos (que tenían previsto introducir las nuevas barras de uranio en el reactor número 1 de Almaraz) estaban preparados para realizar esta delicada operación de recarga, pero recibieron la orden de «no hacer nada» hasta nuevo aviso, algo que nunca había ocurrido hasta ahora en el sector nuclear de nuestro país.
La orden definitiva de parar esta recarga de combustible nuclear se espera que se adopte hoy, según ha reconocido el portavoz de esta planta nuclear, propiedad de las empresas eléctricas Iberdrola, ENDESA y GAS NATURAL.
Según los datos a los que ha tenido acceso la SER, Almaraz podría ahorrarse unos 90 millones de euros si, como tiene previsto, aplaza de Diciembre a Enero la operación de recarga del reactor de su Unidad número UNO, porque, sin las viejas barras de combustible, le saldría más barato el nuevo impuesto que pretende aprobar el gobierno por generación de residuos nucleares.
El portavoz de Almaraz, Aniceto González, ha advertido que esta paralización de las operaciones de recarga del combustible no está afectando a la seguridad de la Unidad I.
La recarga de combustible de la Unidad I comenzó el 10 de Noviembre y tendría que finalizar el 23 de Diciembre, pero ahora no se descarta que se prolongue hasta el mes de Enero del 2013. La parada para los trabajos de recarga y mantenimiento ha supuesto la contratación de más de 1.100 trabajadores adicionales procedentes de 70 empresas especializadas.
Fuentes: Cadena SER y Cinco Días
Demostrado: el apagón nuclear alemán ya genera beneficios económicos y medioambientales
El desastre de Fukushima no provocó la decisión de Alemania de abandonar la energía nuclear, sólo aceleró un proceso que estaba en marcha desde hacía al menos una década, según varios expertos. Los alemanes han conseguido desligar su crecimiento económico del suministro energético y la dependencia atómica.
Cuando la canciller alemana, Angela Merkel, anunció el cierre de ocho centrales nucleares y la revisión del resto, sólo habían pasado cuatro días del accidente de Fukushima, sucedido el 11 de marzo de 2011. Aún se desconocían las dimensiones del desastre y muchos vieron en el apagón nuclear germano una decisión precipitada, cuando no una “estupidez” de los políticos, como titularía la revista Forbes. Sin embargo, los alemanes son demasiado serios y lo que menos hay en el adiós de Alemania a la energía nuclear es precipitación. Llevaban tres décadas preparándose para un abandono que ya les está dando beneficios económicos y medioambientales.
En una serie especial, el Bulletin of Atomic Scientists (BoAS) ha reunido a una serie de expertos para analizar el desmantelamiento de las centrales nucleares alemanas y su impacto sobre la economía y la vida de los alemanes. Según el plan anunciado por Merkel, aprobado por el parlamento federal alemán en julio de 2011, a las ocho plantas cerradas se le irán añadiendo las otras nueve que siguen operativas de forma paulatina. Para 2022, Alemania ya no tendrá energía nuclear. Otras fuentes, en especial las renovables, tendrán que tomar el relevo. Y esa transición tendrá que hacerse sin poner en peligro la economía del país.
“La decisión alemana de conseguir un futuro sin nucleares fue de todo menos precipitada e irreflexiva”, escribe el editor del BoAS, John Mecklin, en la presentación de los cinco artículos que forman esta edición especial. La decisión de Merkel, una pronuclear en el pasado reciente, bebe en realidad de un poso histórico que nace con las primeras movilizaciones contra la instalación de centrales nucleares en los años 70 y se realimenta con Chernóbil. Fukushima sólo da la puntilla a un cadáver andante. Mucho antes del tsunami que golpeó las centrales japonesas, en Alemania había consenso político y social contra lo nuclear.
Ya en 2002, gobernando una coalición de socialdemócratas y verdes, se aprobó una ley que incluía la prohibición de construir nuevas centrales y limitar la producción eléctrica de las existentes. Con el cambio de gobierno, en 2005, los conservadores no cambian la legislación. A lo más que llegó Merkel fue a ampliar la vida útil de los reactores, medida que anuló tras Fukushima. Hoy, el 90% de la población germana es favorable al apagón nuclear.
De hecho, el gobierno de Merkel aprobó la energiewende, un ambicioso plan para pasar toda la economía alemana a una estructura energética baja en emisiones y sin usar la energía nuclear. Como destaca el profesor de la Universidad Libre de Berlín, Lutz Mez, “la energiewende ha desligado el crecimiento económico del suministro energético”. Alemania es de los pocos países industrializados que ha reducido sus emisiones. Sus necesidades de energía primaria han pasado de 14.905 petajulios (unidad para medir energía) en 1990 a 13.374 en 2011. En ese mismo periodo, las emisiones de CO2 han pasado de 1.042 millones de toneladas a 800 millones de toneladas.
El desmantelamiento nuclear no afecta al crecimiento económico
¿Ha perjudicado esta reducción del consumo energético a la economía alemana? En absoluto. El Producto Interior Bruto (PIB) de Alemania fue de 1,8 billones de euros en 1990. En 2011 ya era de 2,44 billones de euros, un aumento del 36%. Y todo eso, con una reducción de la energía de origen nuclear, que ha pasado del 11,2% hace 22 años, al 8,8% del año pasado. De hecho, aunque el consumo de electricidad ha aumentado, las centrales nucleares han reducido a la mitad sus aportaciones hasta el 17,6%. Una cuarta parte de la electricidad del primer semestre de 2012 ya procedía de energías renovables.
Porque esa es otra de las singularidades del apagón nuclear: su vinculación a la lucha contra el cambio climático. Alemania, cuarta potencia económica y sexto emisor de CO2, se ha propuesto para 2020 reducir sus emisiones en un 40% con respecto al nivel de 1990. Y, para 2050, están confiados en bajarlas hasta el 95%.
“A diferencia de otros muchos países, donde hay una gran división sobre si el apoyo a las renovables tiene sentido desde un punto de vista económico, en Alemania hay un relativamente gran acuerdo sobre su papel crítico en el futuro del país”, razona Miranda Schreurs, también de la Universidad Libre de Berlín. Precisamente, una de las razones del consenso político de los alemanes sobre el apagón nuclear es que ha venido generando una industria alternativa muy pujante. El sector eólico, por ejemplo, daba trabajo a 27.000 personas (entre directos e indirectos) en 2000. Cuando Fukushima, trabajaban 370.000 sólo en la eólica.
Bueno para el medio ambiente, bueno para la economía, pero también bueno para el bolsillo de los alemanes. En el último de los trabajos publicados por el BoAS, el investigador del Instituto de Ecología Aplicada y uno de los miembros del Grupo de Expertos del Energy Roadmap 2050 de la Comisión Europea, Felix Matthes, analiza los diferentes escenarios de precios finales de la electricidad en una Alemania sin nucleares. En el escenario más probable, el recibo de la luz podría subir unos cinco euros por megavatio-hora durante algunos años alrededor de 2022, fecha en la que se apagará la última central nuclear alemana. Sin embargo, también existe la posibilidad de que no suba el precio. También estima que el impacto negativo del cierre de todas las centrales en favor de las renovables sobre el PIB podría suponer el 0,3% en los años anteriores a 2030. Muy poco, si se compara con los riesgos de otro Fukushima.
Visto en esmateria.com
El gas asfixia el sistema eléctrico y a las renovables
La organización ecologista WWF, que publicó ayer su último Observatorio de la Electricidad, propone el abandono definitivo del carbón, al que acusa de ser el principal responsable del formidable incremento de emisiones de CO2 que ha experimentado el sistema eléctrico peninsular en el mes de junio. Según WWF, esas emisiones crecieron un 27,78% con respecto a las de junio de 2011 (6.399.454 toneladas de CO2 este mes de junio; 4.621.493, el mes de junio del año pasado). Por otro lado, el gobierno quiere recaudar con la tasa fotovoltaica que está preparando 550 millones de euros, y tiene previsto destinar este año 570 millones de euros en incentivos a fondo perdido al gas.
Con presupuesto del Ministerio de Economía y del Ministerio de Medio Ambiente, España ha invertido en los últimos cinco años, 770 millones de euros para la adquisición de créditos de carbono. El motivo ha sido que el país ha emitido más CO2 del que se comprometiera a emitir cuando ratificó el Protocolo de Kioto y, para compensar esos excesos, se ha visto obligado a adquirir créditos en los mercados internacionales de carbono. A pesar de ese enorme desembolso, la cantidad de créditos adquiridos es «claramente inferior a las necesidades reales», según el gobierno, por lo que la sangría de recursos económicos va a continuar.
Es más, necesariamente va a incrementarse ese desembolso (dinero que se vuelve humo), pues las emisiones ya se han incrementado, según el último Observatorio de la Electricidad de WWF, boletín mensual en el que la organización ecologista recoge las magnitudes clave de la energía eléctrica en España y en cuya última entrega, la relativa al mes de junio, WWF propone «abandonar definitivamente» el carbón, a la par que recuerda que la Comisión Europea ha criticado duramente al ejecutivo español por haber suspendido las ayudas a las renovablesen la «Evaluación del programa nacional de reforma y del programa de estabilidad de España para 2012«. Así, y según ese documento, «la suspensión de las ayudas a las energías renovables desalienta la inversión en el sector y hará difícil que España alcance sus objetivos energéticos y climáticos en el marco de la Estrategia Europa 2020». Más aún: la Comisión apunta en su «Evaluación…» que, con una menor proporción de energías renovables, la dependencia de España de la energía importada crecerá por encima de la tasa actual, que se sitúa en el 79%, valor que es ya muy superior a la media de la UE, que está en el 54%.
Gas subvencionado
Lejos del discurso ecologista, y asimismo del europeo, la administración de Rajoy no solo sigue subvencionando al carbón (el ministro de Industria, José Manuel Soria, ha prometido al sector 655 millones de euros este año), sino que también está subvencionando (con 26.000 euros por megavatio de potencia) a las centrales térmicas de gas natural. La subvención asciende a, concretamente, 26.000 euros por megavatio instalado durante diez años. Pongamos un ejemplo: el presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, y el presidente de Endesa, Borja Prado, inauguraron el 30 de marzo de 2011 la central de ciclo combinado Besòs 5, que, según Endesa, «tiene una potencia de 859 MW y ha supuesto una inversión de 436 millones de euros«.
Un megavatio de carbón, casi una tonelada de CO2
Pues bien, si multiplicamos 859 MW por 26.000 euros y por diez años, la cantidad obtenida supera los 220 millones de euros, es decir, más del 50% de la inversión que declara Endesa. ¿Conclusión? Los consumidores pagan a Endesa más de la mitad de lo que cuesta levantar la central de ciclo combinado, o sea, que son inversores (en una cantidad superior al 50%) en la sombra: inversores en la sombra… aunque no, desde luego, propietarios de ese 50%. Por lo demás, cada megavatio hora eléctrico generado en una central térmica de ciclo combinado de gas natural emite 0,37 toneladas de CO2, según datos de Red Eléctrica de España (REE). En el caso del carbón, ese factor de emisión es mucho mayor. Según REE, un megavatio hora generado en una central térmica de carbón emite 950 kilos de CO2 (0,95 ton).
Los consumidores están pagando a las eléctricas sin saberlo más de la mitad de lo que cuesta levantar las centrales de ciclo combinado
Dinero que se volatiliza
¿Segunda conclusión? Mientras que, por una parte, los consumidores –vía tarifa (los 26.000 euros salen de ahí)– estamos financiándole a multinacionales como Endesa o Gas Natural Fenosa la construcción de centrales de gas, por otra estamos pagando multas multimillonarias porque emitimos más CO2 (por culpa del gas) de lo que debemos. ¿Segunda conclusión bis? Mientras que, por una parte, los contribuyentes –vía presupuestos generales del estado– estamos subvencionando la quema de carbón, por otra, estamos pagando multas multimillonarias porque emitimos más CO2 (por culpa del carbón) de lo que debemos. Según el gobierno, concretamente, España ha pagado hasta 770 millones de euros durante los últimos cinco años: 770 millones de euros convertidos en humo (en junio, según WWF, el carbón produjo en España 5.434.000 megavatios hora, MWh).
Con retroactividad
El colmo del surrealismo de la política energética española asoma llegado el turno de la solar fotovoltaica (FV). El gobierno no solo no incentiva la inversión en FV con 26.000 euros por megavatio de potencia instalado, sino que, antes al contrario, ha puesto en riesgo a los inversores al legislar con retroactividad. A saber. El ejecutivo había creado un marco muy concreto: el kilovatio generado en una instalación solar fotovoltaica –y en tanto en cuanto era un kilovatio limpio (no emisor de CO2)– merecía un premio, lo llamaron tarifa regulada. El ejecutivo establecía además un precio asimismo muy concreto para esa tarifa, un precio que reconocía esa singularidad específica: la electricidad FV, a diferencia de la convencional, no ensucia, es limpia. Y los inversores, a la luz de ese marco, avalado por el gobierno, diseñaron su hoja de ruta.
Seis mil euros de regalo en el último minuto
A saber: invierto tanto; mi instalación genera tanto; el gobierno avala que el precio que recibiré por cada kilovatio que yo inyecte en la red eléctrica será tanto (gracias a ese aval, por cierto, me ha prestado el banco); dado lo dado puedo devolver mi crédito en tales plazos; amortizo mi inversión en tales otros y, finalmente, obtengo el beneficio que persigo como inversor. Y así estaba todo hasta que… el 23 de diciembre de 2010, apareció en el Boletín Oficial del Estado el Real Decreto-ley (RDL) 14/2010, obra él del ministro de Industria Miguel Sebastián (que fue por cierto quien estableció los 26.000 euros de incentivo al gas; antes eran solo 20.000). El caso es que la norma en cuestión establecía una “limitación de las horas equivalentes de funcionamiento de las instalaciones fotovoltaicas hasta el 31 de diciembre de 2013”.
Prima solar hasta cierto punto
O sea, que lo de antes (la legislación previa) seguía siendo válido, sí, pero solo hasta cierto límite, o hasta cierta “limitación” (por usar la terminología BOE). El RDL de Sebastián decía así: «las horas equivalentes de referencia para las instalaciones de tecnología solar fotovoltaica acogidas al régimen económico establecido en el Real Decreto 661/2007, de 25 de mayo, por el que se regula la actividad de producción de energía eléctrica en régimen especial, serán 1.250 en las instalaciones fijas, 1.644 en las instalaciones con seguimiento a un eje y 1.707 en las instalaciones a dos ejes.» Y, así, una vez superado el límite de horas equivalentes, el importe a percibir por megavatio hora producido por cada instalación fotovoltaica empezaba a ser el precio correspondiente al mercado diario de casación.
Lo que dicta el mercado es dictadura
¿Conclusión? Si hasta el día de antes, algunos megavatios FV habían llegado a percibir hasta 470 euros (gracias a la prima), a partir de la entrada en vigor de ese RDL, algunos megavatios FV –generados más allá de la hora 1.250, allende la hora 1.644 ó después de la hora 1.707, según correspondiera– percibirían 45, 50 ó los euros que dictase el mercado. En fin, que a la característica incertidumbre de la meteorología, se sumaba (se ha sumado) la hasta entonces exorcizada incertidumbre de los mercados. ¿Por qué? Pues porque el precio en el mercado se fija hora a hora, es decir, que un mes puede tener 744 precios distintos de la energía, precios que además pueden variar muy mucho, pero que en todo caso giran en torno a los cincuenta euros, lejos, muy lejos, los 470 euros a partir de los cuales el inversor fotovoltaico (ese al que no le dieron 26.000 euros por megavatio instalado) había redactado su hoja de ruta.
El gobierno le pedirá 500 millones a la FV… ¿para dárselos al gas?
Seguramente 470 euros era una cantidad muy inflada, y seguramente justo es, muy justo, el ajustarla al tan traído y tan llevado «beneficio razonable», pero, de ahí, a cobrar diez veces menos… hay un abismo, o diez. El caso es que el sector las ha estado pasando canutas (el RDL susodicho habría supuesto, según la patronal FV,un recorte de 2.200 millones de euros) y ahora se enfrenta a otra andanada: un impuesto –el 19%– al megavatio hora generado (es el más alto de todos los impuestos energéticos que está preparando el gobierno y pretende recaudar con él 550 millones de euros). A que no sabes cuánto ha presupuestado el gobierno este año como incentivo a la inversión en gas (los famosos 26.000 euros por megavatio)… Sí: 570 millones de euros.
Fuente: energías-renovables.com
Las nucleares, responsables de un aumento de 4.000 millones del déficit de tarifa
Lo dice ANPIER (la Asociación Nacional de Productores e Inversores de Energías Renovables), que difundió hace unos días un comunicado en el que asegura que, según sus cálculos, desde que se instaurara la moratoria nuclear, «las grandes compañías eléctricas españolas han recibido más de 4.000 millones de euros por la moratoria, lo que supone, aproximadamente, un 17% del déficit de tarifa acumulado, que asciende a 24.000 millones de euros«.
Cuatro mil millones por no producir ni un kilovatio
Esta Asociación señala en el comunicado que ha hecho público hace unas horas, que «el gobierno debería revisar las ayudas millonarias que cada año reciben estas empresas eléctricas en concepto de la llamada moratoria nuclear» y que «contribuyen a engrosar el déficit de tarifa» (en 2011 fueron concretamente 64 millones de euros; en total, desde que fue puesta en marcha la moratoria, 4.000, según Anpier). Por otra parte, la asociación solicita «que se aproveche la nueva ordenación del sector para diseñar un nuevo modelo energético basado en las energías renovables«. Anpier hace pública esa petición al gobierno «tras el anuncio de que no se solicitará la renovación de la licencia de explotación de la central nuclear de Garoña, perteneciente a las empresas Iberdrola y Endesa». En España, las propietarias de las seis centrales nucleares (ocho reactores, en total) son Endesa, Iberdrola, Gas Natural y HC Energía.
Con respecto a la «necesidad» de las compensaciones que determinó el gobierno para las eléctricas en concepto de moratoria nuclear, Anpier señala en su comunicado que ya Juan Manuel Eguiagaray, ministro de Industria y Energía desde 1993 hasta 1996, afirmó en su momento que «es conocido que, en pleno proceso de transición a la democracia, el sector público hubo de rescatar financieramente a las empresas eléctricas del país, que se habían embarcado en un proceso de inversión faraónico, derivado de una planificación delirante, en absoluta contradicción con las necesidades constadas de la demanda eléctrica en España» (publicado en Cuadernos de Energía, edición número 21, editado por el Club Español de la Energía). Por cierto, que el apunte delator –y revelador– de Eguiagaray lo recogimos meses después en la edición 78ª de Energías Renovables, concretamente en Otro reportaje sobre el debate nuclear.
Por fin, Anpier señala en su comunicado –también con respecto a la moratoria– que la Unión Europea, «muy pendiente de la nueva reforma del sector», ha advertido recientemente que «una competencia insuficiente en el sector energético ha contribuido a la constitución del déficit tarifario al favorecer una compensación excesiva de algunas infraestructuras, tales como centrales nucleares» (dictamen del Consejo sobre el programa de estabilidad de España para 2012-2015, págína 26). Léase asimismo sobre el particular La UE imputa «costes ocultos» y «compensaciones excesivas» a Unesa.
Fuente: energias-renovables.com