Impresionantes cifras las de Brasil. Cierto es que disponen de una de las regiones de la tierra más fértiles para la producción de biomasa, pero hay que reconocer que sólo con disponer del recurso, la electricidad no fluye de los campos a la red eléctrica. Brasil ha tenido que invertir fuertemente y durante décadas en políticas energéticas que favorecen la generación renovable.
Es conocida también la producción masiva de bioetanol para combustible de vehículos, disminuyendo así su dependencia del petróleo. Y lo mejor de todo es que de esta forma, además de reducir su dependencia energética exterior, genera puestos de trabajo e inversiones multimillonarias, en un país con gran crecimiento demográfico, que está siendo la gran locomotora americana a día de hoy.
Pero yendo al titular, hablemos exclusivamente de producción eléctrica, que es de lo que trata la noticia. Los datos preliminares del Informe de Balance Energético Nacional (BEN 2012) de la Empresa de Investigación Energética de Brasil (EPE) muestra que la friolera del 88,8% de la electricidad generada en Brasil durante 2011 provino de fuentes de energía renovables.
La energía eólica aumentó en un 24,2% en 2011. Esto era algo esperado, ya que se hizo evidente hacia mitad de 2011 que la energía eólica fue la forma más barata de electricidad nueva disponible, incluso más barata que el gas natural. También se realizaron grandes inversiones en proyectos de energía eólica en el país.
La electricidad generada a partir de biomasa de caña de azúcar disminuyó, pero se mantuvo en un nivel alto (44,1%), muy por encima del promedio mundial de 13,3%.
A continuación se muestra un poco más de información de la Secretaría Brasileña de Comunicación Social (SECOM):
La siguiente tabla muestra que la oferta interna de energía (la energía demandada total del país) en el 2011 subió un 1,3 por ciento en 2010, alcanzando 272,3 millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep). Al mismo tiempo, el Producto Interior Bruto creció un 2,7 por ciento, según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). El menor crecimiento de la demanda de energía en comparación con el PIB indica que Brasil gastó menos energía para producir la misma cantidad de bienes y servicios. La demanda de energía per cápita se situó en el 1,41 TOE en el año 2011, el aumento de aproximadamente el 0,5 por ciento desde 2011.
El consumo total de energía en Brasil, tanto por los individuos y las empresas, el aumento de un 2,6 por ciento respecto al año anterior, con un suministro interno correspondiente de 228,7 millones TOE, en 2011. Esto se asemeja a un equilibrio más estable entre la oferta y el consumo en 2011 hasta 43,7 millones TOE, en comparación con 2010, en la que el TEP fue de 45,4 millones de dólares.
Los resultados preliminares del Informe BEN 2012 están disponibles en www.ben.epe.gov.br .
Redacción Efimarket