Javier Anta, presidente de la Asociación de la Industria Fotovoltaica, habla en una entrevista acerca del nuevo decreto que regula el autoconsumo. Sabe que puede ser un paso adelante para su sector ya que piensa que el usuario de energía solar fotovoltaica será uno de los más beneficiados por el desarrollo del autoconsumo, al ser la tecnología más accesible y económica.
¿Qué significa el autoconsumo para la autonomía del usuario respecto a las eléctricas?
El decreto no regula el autoconsumo, sino el paso previo, las condiciones técnicas para instalar un generador en la red interior de un consumidor. Eso sí, establece un plazo de tres meses para diseñar las condiciones administrativas y económicas del consumo propio, con lo que será viable. Cuando lo sea, los autoconsumidores reducirán su factura de la luz, pero no se independizarán del sistema eléctrico, seguirán conectados a la red.
¿Cuál es el ahorro para el usuario?
Dependerá del modo en que se regule y del volumen de consumo, pero una vivienda unifamiliar puede autoconsumir entre el 60% y el 80% de su electricidad y una industria, entre el 40% y el 60%.
¿Existe ya una demanda de los usuarios para consumo propio de energía eléctrica?
Sí. Todavía solo es rentable para algunos usuarios, especialmente en zonas con alta irradiación, como Canarias, pero hay otra demanda, ideológica, de consumidores a los que no les importa pagar un poco más por electricidad limpia y renovable. En cualquier caso, como el coste del kW/h fotovoltaico sigue bajando y el coste del kW/h convencional sigue subiendo, lo que ahora es un nicho de mercado crecerá rápidamente. El autoconsumo fotovoltaico será rentable en todo el país en tres o cuatro años.
Se suele poner como ejemplo los modelos de Italia, Alemania o EE UU. ¿Se demuestra que les supone un ahorro?
Cada caso es distinto, pero si no hubiera ahorro no funcionaría. En Alemania no despegó en los primeros años porque no se contempló correctamente la fiscalidad. En Italia, en cambio, tiene mucho éxito porque es muy generoso: se abona cada kWh producido con una prima y se permite no pagar a la compañía eléctrica los kWh autoconsumidos. En EE UU el caso clásico es California; allí conviven el sistema de primas con el autoconsumo y con 1.000 MW de instalaciones fotovoltaicas en pequeños tejados. Un 30% ha rechazado la prima porque le renta más el autoconsumo.
¿Qué credibilidad dan a la medida, visto que se aprobó en el último Consejo de Ministros?
Es un modelo basado en el ahorro, directo para el consumidor e indirecto para todo el sistema, que es más eficiente. La coyuntura económica, que obliga a ahorrar imperiosamente, no puede hacer otra cosa que favorecer y acelerar su implantación. Confío en que la norma entre en vigor en cuanto se haya diseñado.
Fuente: Cinco Días