Investigadores estadounidenses han desarrollado un proceso químico que, en solo unos minutos, logra convertir algas cosechadas -una pasta verde con la consistencia de un puré de guisantes- en petróleo crudo. En la naturaleza, este mismo proceso tarda millones de años. Una compañía de biocombustibles con sede en Utah ya está trabajando para construir una planta piloto donde desarrollar esta tecnología.
La idea de utilizar algas para producir petróleo no es nueva, pero el sistema empleado por el Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico (PNNL) resulta, según anuncia, más barata, rápida y eficiente. Durante el proceso, una suspensión viscosa de algas se echa en el extremo de un reactor químico. Una vez en funcionamiento, en menos de una hora sale petróleo crudo junto con agua y un chorro de material que contiene fósforo y que puede ser reciclado para cultivar más algas.
Con un refinado adicional convencional, el aceite de algas en bruto se convierte en combustible para aviones, gasolina o diesel. El agua residual también se procesa, para obtener gas y sustancias como potasio y nitrógeno, que, con el agua depurada, también pueden ser reciclados para hacer crecer más algas.
«El coste es el gran obstáculo para elaborar un combustible a base de algas», dice Douglas Elliot, responsable de la investigación. «Creemos que el proceso que hemos creado ayudará a que los biocombustibles de algas sean mucho más económicos». Según explican desde el PNNL, ese ahorro se consigue gracias a la combinación de varios pasos químicos en un solo proceso continuo, sobre todo por el uso de algas mojadas con un 80% o 90% de agua. La mayoría de los procesos actuales exigen secar las algas, lo que requiere mucha energía y es caro.
Una olla a presión
El sistema funciona a una temperatura de 350 grados Celsius y una presión muy alta de 206 bares. «Es como el uso de una olla a presión, solamente que las presiones y temperaturas que utilizamos son mucho más altos», apunta Elliott. En efecto, los científicos duplican el proceso natural de transformación de algas en petróleo que en el medio ambiente tarda millones de años, pero en el laboratorio es «mucho, mucho más rápido».
La investigación ha suscitado el interés de las compañías de biocombustibles. Una de ellas, Genifuel Corp, con base en Utah, ha decidido sacarlo adelante y ha obtenido una licencia para esta tecnología. Junto con los científicos del PNNL construyen una planta industrial para desarrollarla.
Vía ABC