La transformación verde o como convertir 10 millones de hogares en sostenibles

Casa verdePartamos de un dato objetivo: en nuestro país, alrededor del 60% de los hogares fueron construidos antes de 1980. O lo que es lo mismo, la mayor parte de estos fueron ejecutados en base a criterios bien económicos o bien de otra índole, pero en ningún caso, bajo preceptos de eficiencia energética. Resulta común encontrar edificios con aislamientos deficientes, con ventanas inadecuadas o con sistemas de calefacción desfasados que son propensos al despilfarro.

Entonces, ¿en que lugar nos deja esto? Pues bien, resulta que nuestro parque de viviendas presenta un amplísimo margen  de mejora, y ahí tenemos un campo en el que avanzar e invertir. Porque a la larga cualquier inversión en aspectos de eficiencia será rentable.

«Se puede y se deben transformar diez millones de viviendas construidas antes de 2001 en hogares de bajo consumo y baja emisión de gases de efecto invernadero»,  según Albert Cuchí, arquitecto y profesor de la Universidad Politécnica de Cataluña, tras la presentación del informe «Una visión-país para el sector de la edificación en España», en la versión local del Congreso Nacional de Medio Ambiente (Conama) organizado en Vitoria, capital verde europea de 2012. Cuchí y Peter Sweatman, director general de Climate Strategy&Partners, son los autores de este estudio que pretende ser una hoja de ruta para el nuevo sector de la vivienda.

Impulso al empleo

«Rehabilitar 10 millones de viviendas –prosigue Cuchí– generará hasta 130.000 empleos directos estables entre 2012 y 2050. Para ello, será necesario invertir 160.000 millones de euros (10.000 millones para rehabilitar entre 250.000 y 450.000 viviendas al año), que permitirán reducir el consumo de calefacción en un 80 por ciento y disminuir el consumo de energía para el agua caliente sanitaria en un 60 por ciento». Y he aquí un dato muy importante, ya que no solo se conseguirá reducir hasta alrededor de un 35% de emisiones procedentes de las viviendas, ya que además se fomenta la rehabilitación en lugar de la nueva construcción, con el asociado ahorro energético que esto conlleva. «El 50 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que se generan en un edificio se emite durante su construcción, el otro 50 por ciento durante toda la vida del edificio. De hecho, para construir un metro cuadrado se generan 700 kilos de CO2 en la producción de los materiales», recuerda Cuchí.

En cambio, «no hacer esta rehabilitación supondrá un coste de 300.000 millones de euros por el derroche energético (e importaciones de hidrocarburos) y generación de emisiones», afirma Cuchí siguiendo en la misma linea.

Algo que España no se puede permitir precisamente, ya que tenemos que incrementar en un 20 por ciento la eficiencia energética de aquí a 2020, según lo acordado en Europa. Así como reducir la huella de carbono del parque inmobiliario, hoy responsable del 40 por ciento del consumo de energía final y del 36 por ciento de las emisiones de CO2 en la UE. «De ahí que uno de los principales yacimientos de ahorro esté en la rehabilitación energética de los edificios», coincide Roberto Bermejo Gómez de Segura, profesor del Departamento de Economía aplicada de la Universidad del País Vasco.

Pero para promover la rehabilitación energética de los edificios, resulta vital un marco regulatorio adecuado. Y en España la normativa está preparada para hacer nuevos edificios, pero no para rehabilitarlos.  «Todos los mecanismos de financiación están hechos para edificios de nueva construcción», afirma Cuchí.

Una vez dados estos pasos, una opción para  avalar que los edificios están rehabilitados energéticamente es certificándolo. Lo que será un plus a la hora de poner en alquiler los pisos. Algo en lo que España lleva retraso respecto a nuestros vecinos europeos. De hecho, hace sólo unas semanas la Comisión Europea demandó a España ante el Tribunal de Justicia de la UE por incumplir la directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios, ya que en nuestro país los requisitos de entrega de un certificado de eficiencia energética se aplican únicamente a los edificios nuevos y a los existentes que hayan sufrido una importante renovación, en vez de hacerlo para todos los tipos de edificios, tal y como estipula la directiva europea.

El papel protagonista de las ESE

«España ha traspuesto dicha directiva dejando fuera al 90 por ciento del parque inmobiliario», explica Rafael Herrero, presidente de la Asociación de Empresas de Servicios Energéticos (Anese). Herrero recuerda que existen medidas para que la financiación de rehabilitación no suponga una derrama. «Una comunidad de vecinos o el dueño de un edificio puede elegir entre hacer con nosotros un contrato de ahorros compartidos o uno de ahorros garantizados para siete años. Una vez que identificamos qué medidas de ahorro hay que hacer, la comunidad va a un banco para pedir inversión. Después valoramos cuánto va a ahorrar, y es entonces cuando deciden si pagan la inversión con nosotros a través del ahorro o si pagan directamente la inversión, con lo que el cien por cien del ahorro se lo queda la comunidad», explica Herrero. Una opción muy óptima, siempre y cuando se supere el bache de pedir financiación al banco.

Otras fuentes para financiar el coste de la rehabilitación de viviendas consisten, según el informe, en:  maximizar el presupuesto nacional; asignar un valor a las reducciones de CO2, y reducir el riesgo asignado a los retornos de las inversiones en eficiencia energética.

De cualquier forma, lo importante es la generación de alternativas sostenibles al modelo económico tradicional de este país que en las últimas décadas se basó en el denominado boom inmobiliario que tanto daño ha hecho a nuestras, otrora boyantes, finanzas. Esperemos que la lección que bien aprendida y no caigamos en el mismo error, aunque ya se sabe: el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en el mismo ladrillo.

Fuente: La Razón

Canadá se desmarca de Kyoto

Bola mundoEn los últimos días hemos estado hablando en Efimarket acerca de los intereses puestos en juego en la Cumbre de Durban. Siempre que tiene lugar un encuentro de esta alcurnia, las esperanzas depositadas son muchas y los protagonistas se suelen llenar la boca con buenos propósitos de cambio y de mejora.

Sin embargo, una gran cantidad de foros científicos, medioambientales y de derechos humanos habían expresado su excepticismo ante la señalada cumbre, y por desgracia, sus presagios se han visto confirmados por el triste hecho de que de nuevo la fuerza de los intereses del desarrollismo económico descontrolado se ha impuesto a la necesidad de un acuerdo internacional dictado por la ciencia y la justicia, que limitase los efectos devastadores de la especulación financiera, las consecuencias de la imposición de políticas ultraliberales y la explotación desaforada de los recursos naturales.

Como antes en Kioto, Bali y Copenhague, EEUU y China, los dos principales contaminadores del planeta, han vuelto a imponer un bilateralismo contaminador. Y esto no puede ser, o jugamos todos o se rompe la baraja.

Hay alternativas sociales y políticas al modelo económico dominante desde el fortalecimiento de los valores de la democracia y los derechos humanos frente a la codicia del máximo beneficio. Hay herramientas, tecnología y dinero para frenar el cambio climático, la crisis energética y alimentaria y otras plagas que asuelan a millones de seres humanos. Pero los poderosos lobbys capitalistas han sido de nuevo más fuertes.

Son los tristes resultados de una cumbre, de la que salimos sin una vinculación jurídica que obligue a los paises a cumplir con el protocolo de Kyoto. Una cumbre en la cual se dan interminables plazos para que los paises se lo piensen cuando realmente el tiempo de reacción se agota.

Canadá, el primero que da la espalda a Kyoto

Sin ir más lejos, Canadá ha sido el primero en anunciar que se retirará (a posteriori, ya que China y E.E.U.U ni siquiera forman parte del tratado) del Protocolo de Kioto contra el cambio climático, según ha confirmado el ministro de Medio Ambiente del país norteamericano, Peter Kent, quien ha admitido que, en época de crisis económica, no pueden permitirse pagar las multas que conlleva el incumplimiento en el recorte de las emisiones, de unos 14 millones de dólares canadienses (10,3 millones de euros).

Canadá invocara al derecho legal para retirarse de Kioto

«Como hemos dicho, Kioto está en el pasado para Canadá», ha dicho Kent tras volver a su país desde la ciudad sudafricana de Durban, donde precisamente se acordó una prórroga de este protocolo. «Vamos a invocar nuestro derecho legal para retirarnos de Kioto», ha declarado, aunque sin confirmar fechas.

El Gobierno canadiense, que teme fuertes multas en caso de seguir como parte firmante, mantiene que hace falta un tratado global para recortar la emisión de gases contaminantes a la atmósfera pero insiste en que tiene que cubrir a todos los países.

El Protocolo de Kioto, firmado por el «incompetente Gobierno liberal», como ha calificado Kent a la anterior administración, obliga a este país a reducir para 2012 en un 6 por ciento sus emisiones de dióxido de carbono, tomando como referencia los datos de 1990. Sin embargo, en 2009, las emisiones habían crecido un 17 por ciento sobre los datos de hace dos décadas.

Fuente: Noticias de Navarra

El primer taxi eléctrico

Taxi eléctricoEn Efimarket pensamos que el mundo es de los valientes, de los que se atreven a dar un paso al frente y apostar por la innovación y la sotenibilidad. Por eso nos alegramos de que cada vez haya más casos de personas que apuestan por la sostenibilidad y por un sistema de transporte mas respetuoso y menos contaminante como es el caso de Roberto San José, un taxista vallisoletano que presume de ser el dueño del primer taxi eléctrico en España.

“Cada día que pasa estoy más contento de haberme comprado un coche eléctrico”, asegura con rotundidad Roberto, que circula por las calles de Valladolid con su taxi 100% eléctrico desde hace dos meses. Mientras conduce su Nissan Leaf, un vehículo sorprendentemente silencioso (cuando está parado no hace ningún ruido), explica que la principal ventaja es el ahorro que ofrece, aunque también destaca la suavidad de la conducción y su comodidad.

El ahorro como principal argumento

“Antes gastaba unos 400 euros al mes en gasolina y ahora alrededor de 40 euros en electricidad, es un ahorro brutal”, remarca el taxista, quien añade que esta reducción de los gastos es especialmente importante en una época en la que “el trabajo ha bajado y los ingresos también”. Asimismo, recalca que un coche eléctrico también tiene menos gastos de mantenimiento porque “sólo hay que cambiar las zapatas, el filtro del polen y el del aire acondicionado”.

Todo eso hace que le compense haberse gastado 36.000 euros en su Nissan Leaf (6.000 financiados con subvenciones). “Igual es un poco más caro que otros coches, pero luego lo vas a amortizar porque no es algo para un año o dos, es para mucho más tiempo”, destaca. Así, indica que con el anterior taxi que conducía, sólo en 4,5 años se gastó “más de 30.000 euros en gasolina”.

Pero la parte económica no es lo único que San José valora. “El balance es positivo cien por cien, la única pega es que tiene una autonomía de 120 kilómetros, que para un taxi es un poco limitada, pero es cuestión de organizarse y adaptar los horarios de trabajo y los descansos”, explica.

En su caso, indica que, en lugar de hacer jornadas tan prolongadas como antes, para dos horas a mediodía para comer, en las que aprovecha para cargar la batería en su casa, y hace lo mismo a la hora de cenar. “A diario no tengo ningún problema, aunque sí el fin de semana porque la jornada de trabajo es más larga pero me apaño parando más tiempo a la hora de cenar para que luego la batería aguante toda la noche”, señala. “Estoy haciendo las mismas carreras y los mismos kilómetros que con el otro coche, lo único que antes trabajaba más del tirón y ahora paro ratos más largos”, aclara.

San José explica además que “la autonomía es relativa” y que él ha llegado a recorrer 150 kilómetros en ciudad con una carga completa, ya que este tipo de vehículos lleva un sistema en las ruedas que permite que cuando el conductor deja de pisar el acelerador aproveche la inercia para cargar un poco la batería, de forma que se prolonga más allá de los 120 kilómetros iniciales.

Entre las ventajas de tener un vehículo cien por cien eléctrico, San José también menciona “la suavidad de la conducción” porque el coche “no pega tirones” y lo “sencillo” que es manejarlo porque “sólo tiene dos marchas, para adelante y para atrás”. “Yo lo veo ideal porque es cómodo y no pega botes”, remarca.

El Nissan Leaf puede alcanzar una velocidad máxima de 140 kilómetros por hora y tiene una potencia equivalente a 110 caballos. La vida útil de la batería, integrada en el vehículo, es de diez años, de los cuales en los cinco primeros está garantizado su rendimiento, y el sistema para recargarla es muy sencillo, basta con abrir una tapa y enchufar allí el cargador.

La hora de repostar

Respecto a los puntos de recarga instalados en varios puntos de Valladolid, explica que no le ha hecho falta usarlos. “Esos puntos están muy bien para una ciudad grande, donde no puedes ir a casa a comer, pero para una ciudad del tamaño de ésta o más pequeña, te apañas con el enchufe de casa”, señala.

San José indica que si está completamente agotada, la batería tarda en cargarse unas 5,5 horas, pero que se puede recargar de forma parcial en cualquier momento y las veces que se quiera, además de que se puede programar la carga y controlarla desde un teléfono inteligente o un ordenador, desde donde incluso se puede encender la calefacción del vehículo para que esté caliente al montarse en él.

El taxista reconoce que, en estos dos meses, su vehículo eléctrico ha llamado mucho la atención de los clientes. “La mayoría se cree al principio que es un híbrido, pero cuando llevan un rato se dan cuenta de que es un coche eléctrico, sobre todo por el silencio, y como es muy novedoso me preguntan mucho”, comenta con una sonrisa.

Fuente: REVE

PwC propone excluir a 19 millones de usuarios de la TUR

Torre eléctricaLa consultora PricewaterhouseCoopers ha elaborado recientemente un informe, que bajo el título «Diez temas candentes del sector eléctrico español para 2012» repasa la actualidad del sistema eléctrico y propone ideas que supuestamente servirán para reducir el déficit tarifario y normalizar la situación del sector.

Uno de los planteamientos a los que hace referencia dicho informe se basa en la propuesta de que se baje de los 10 kilovatios (kW) actuales a 3 kW el límite de potencia contratado para poder acogerse a la Tarifa de Último Recurso (TUR), lo que supondría que 19 millones de consumidores dejasen de tener un precio fijado por el Gobierno.

La medida, obviamente está de parte de la liberalización del mercado y reduciría el número de usuarios beneficiados por esta tarifa de los  24 millones actuales a 5 millones.

En su análisis del sector, PwC enfatiza en los problemas del sistema regulatorio español que «no ha demostrado ser seguro, por imprevisible, y porque algunas de las normativas que se aprueban no se cumplen» y en el organismo regulador que «ni es independiente ni ejerce las funciones que le deberían ser propias».

Para mejorar la situación actual, PwC ve «imprescindible» dejar las cosas claras acerca de cuáles son las competencias del Estado y de las Comunidades Autónomas en materia energética y dotar al organismo regulador (la Comisión Nacional de la Energía, CNE) de poder sancionador y de capacidad para fijar las tarifas.

Según la consultora, es la inseguridad jurídica la que ha llevado a acumular un déficit tarifario superior a los 28.000 millones y que debe atajarse con una política tarifaria «coherente» con el objetivo de acabar con este desequilibrio en 2013.

Fuertes subidas en el recibo

Esta política implicaría incrementar los peajes de acceso, que suponen alrededor de la mitad del recibo de la luz, en un 30 % en 2012 y un 17 % en 2013.

Lo que supondría un aumento del precio final de la electricidad para el cliente doméstico de un 23 % en 2012 y de un 18 % en 2013.

Desde el sector eléctrico, ya han apuntado a la necesidad de que la tarifa eléctrica suba al menos un 12 % en 2012 para ir reduciendo este desfase que se ha acumulado al ser los ingresos del sistema insuficientes para cubrir los costes.

En cuanto a la composición del mix energético, el informe advierte de que la penetración de la energía renovable prevista para el período 2011-2020 «es muy superior a las indicaciones de la Comisión Europea» y propone escenarios alternativos que permitirían ahorrar hasta 7.300 millones de euros en primas.

Sobre el peso de la nuclear, PwC defiende que España «no puede permitirse prescindir» de esta energía y que cualquier decisión sobre el alargamiento de la vida útil de las centrales debe tomarse atendiendo «exclusivamente» a criterios de seguridad.

Para PwC, las previsiones del Gobierno para el conjunto de las actividades del sector han quedado «obsoletas» por los efectos de la crisis económica y es necesario replantear todas las inversiones a corto plazo «para evitar costes adicionales innecesarios».

Fuente: Expansión.

Las eléctricas exigen a Rajoy subidas de al menos un 15% en la luz

BombillaEn Efimarket, tu portal de eficiencia energética, nos gusta tenerte informado de todos los temas que tengan que ver con el gasto energético del hogar y por eso seguimos muy de cerca los frentes de batalla abiertos entre las grandes compañias eléctricas y los nuevos productores de energías alternativas. La última noticia que nos ha llegado es la exigencia por parte de Unesa, la patronal de las eléctricas, de una subida de al menos un 15% en el recibo de la luz y una propuesta de moratoria para la energía solar. En Efimarket podrás encontrar trucos para el ahorro energético, cada vez más imprescindible visto el panorama de subidas y recortes que se nos avecina y herramientas que te ayudan a conocer y entender tu consumo para poder reducirlo.

Y es que las eléctricas reclaman importantes sacrificios -vía subida de tarifas- para remediar los males que amenazan sus cuentas. Unesa, que agrupa a las compañías, envió la pasada semana al Ministerio de Industria los cálculos sobre cómo le va a ir al sector eléctrico en 2012. Una vez más, las cuentas no salen. Por ello, para evitar que el sistema eléctrico continúe engordando el agujero negro del déficit (20.000 millones de euros), las grandes empresas consideran necesario que la parte regulada del recibo de la luz, la que decide el Gobierno, suba al menos un 30% el próximo año. En 2011, las tarifas domésticas han subido un 11,3%. El cálculo supone un empujón para que el nuevo Gobierno empiece a subir tarifas ya desde el mes de enero.

Como la parte regulada (las llamadas tarifas de acceso o peajes) para las que se pide un aumento del 30% supone aproximadamente la mitad del recibo, la propuesta de Unesa implica una subida mínima de la factura de la luz del 15% el próximo año. A ese porcentaje se añadiría el que resultara de las subastas de energía (Cesur) que determinan el precio trimestral de la energía y que supone la otra mitad del recibo.

Aunque los cálculos de Unesa se han enviado a un ministerio dirigido todavía por un ministro, Miguel Sebastián, del Gobierno socialista, el recado es para el nuevo Ejecutivo que debe formar el presidente electo Mariano Rajoy. Será al nuevo Ejecutivo al que le toque decidir este mismo mes qué hacer con la llamada tarifa de Último Recurso (TUR), que pagan más de 20 millones de usuarios.

En resumen los grandes números del sistema eléctrico que ha presentado Unesa para 2012 son: ingresos de 13.247 millones y costes de 18.517. Desfase resultante: 5.270 millones, cifra de déficit que, de cumplirse, superaría en 3.770 millones los 1.500 de déficit máximo que contempla el Real Decreto 6/2009. La cifra clave es la que se refiere a las primas que cobra el régimen especial (las renovables), que ascenderán en 2012 a 7.068 millones de euros, casi la mitad de los costes del sistema.

Los números de Unesa tienen, además, filo y punta. Porque señalan quién es, desde su punto de vista, el responsable del descuadre en los números del sistema eléctrico: el sector de las energías renovables. ¿Entero? No. Sobre todo el sector solar (fotovoltaico y termosolar) para el que las eléctricas, con Iberdrola a la cabeza, defienden una moratoria.

En 2011, según el informe 20/2011 de la Comisión nacional de la Energía (CNE), las renovables cobrarán en primas 6.624 millones. La mayor parte corresponderán al sector solar fotovoltaico (2.203 millones), seguido por el sector eólico (1.850 millones) y a la cogeneración (1.263 millones). A la solar termoeléctrica le corresponderán 391 millones y a la hidráulica 225 millones. El resto se lo reparten la biomasa y el tratamiento de residuos.

Las grandes empresas eléctricas destacan el incremento de primas que se registra cada año por el fomento de lo que definen como «energías inmaduras». Y tienen una espina clavada: los planes anunciados por Industria para que se construyan 40 nuevas plantas termosolares (hasta llegar a 2.500 megavatios). Su coste, aseguran las eléctricas, será de 2.000 millones al año.

Las críticas del sector eléctrico tradicional apuntan, sobre todo, a tres empresas, Abengoa, Acciona y ACS, que son las más activas en la construcción de plantas termosolares. El enfrentamiento es duro. Y Abengoa, que se siente aludida, ha entrado en el cuerpo a cuerpo, acusando a las grandes eléctricas de cobrar precios exorbitados por centrales (hidráulicas y nucleares) que están amortizadas.

Los números escuecen. Esta misma semana, en una entrevista publicada por El Economista, el consejero delegado de Abengoa, Manuel Sánchez Ortega, cifraba en 21.000 millones de euros los beneficios obtenidos por exceso por parte de las eléctricas desde 2005.

Frente a las acusaciones, las eléctricas manejan sus propios estudios. Conclusiones: la energía termosolar es la más cara de las tecnologías (nueve veces el coste de la eólica, según las empresas) y supone la próxima gran burbuja en el sistema. Con todos los números y los argumentos sobre la mesa, Unesa emplea también a su favor el arma jurídica: el Tribunal Supremo falló el mes pasado a favor de las empresas en el recurso que interpusieron contra la decisión de congelar los peajes en julio.

Fuente: El País

El chiste de Durban

Cumbre DurbánPor fín. Durban llegó donde tenía que llegar, aunque solo hayan quedado satisfechos los paises más contaminantes. Lo que ha quedado claro es que poner freno al cambio climático no era lo más importante que se debatía estos días. Resulta que mantener las viejas posiciones de poder (caso de la UE y los E.E.U.U.) o intentar alcanzarlas (caso de Brasil, China y demás economías emergentes) es lo que más preocupaba estos días a los dirigentes que se han dado cita en la ciudad sudafricana. Al final, en todos estos días de reuniones, de tiras y aflojas, el resultado ha sido una hoja de ruta difusa y poco concreta, que desde luego solo sirve para salvar la cara de los paises más fuertes y que en ningún caso deja satisfechos a los que realmente apuestan por poner una solución dentro de este embrollo de dimensiones cada vez más mastodónticas que es el cambio climático.

Desde Efimarket, levantamos la voz para protestar en contra de los paises que quieren alcanzar el poder y el desarrollo (pseudodesarrollo más bien) basado en el uso indiscriminado de combustibles fósiles y que luego acuden a este tipo de cumbres a intentar salvar su reputación apoyandose los unos en los otros y sometiendo a su tiranía a los paises más pobres.

Las reacciones ante los resultados no se han hecho esperar y a nosotros nos ha parecido acertadísimo el análisis en forma de ‘chiste’ que Juan Carlos Atienza nos cuenta en su magnífico blog de  el diario Público:

Érase un ecologista, un europeo, un chino, un indio y un americano en la cumbre del clima para salvar al planeta.

El ecologista toma la palabra en nombre de todos los seres vivos del planeta y anuncia, posando su mano sobre 5.000 kg de estudios científicos, que si no reducimos inmediatamente, y de forma muy significativa, nuestras emisiones, a este planeta no lo va a reconocer ni la madre que lo parió. Además aclara, que como este es un problema que debe gestionarse en cada uno de los países hace falta un acuerdo legal, justo y vinculante, que garantice que todos los países cumplan, y que no suponga condenar a los países pobres a seguir siendo pobres.

El europeo, haciéndose claramente el indignado, alude a la responsabilidad de todos para arreglar este desaguisado y a la falta de voluntad de americanos, chinos e indios para solucionarlo, sin admitir que los que lo iniciaron y azuzaron fueron los propios europeos. Al europeo le gusta el papel de conciencia del mundo, pero tras su discurso lleno de reproches hacia los demás, esconde que lo que está dispuesto a hacer no es suficiente para solucionar el problema, y que está cómodo pensando que algunas cosas de las que pide, y no le gustaría hacer, no saldrán por bloqueo de otros.

El chino comienza diciendo que el problema no lo crearon ellos y que tienen el mismo derecho a ser tan desarrollados como los europeos o los americanos. Al ecologista ni siquiera le han escuchado ya que su sistema de traducción tiene un sofisticado software que elimina los mensajes subversivos y los envía a la carpeta de Spam. Además, los chinos no necesitan nada que les vincule, ya que ellos, harán más que nadie por el clima, de hecho ya lo hacen, pero no les gusta mucho hablar de lo que hacen dentro de su país.

El indio recuerda al ecologista y al europeo que un indio emite 20 veces menos que un europeo, y 30 veces menos que un americano, por lo que no se siente responsable del cambio climático. Lo que no tiene en cuenta es la población que tiene India o China y que el planeta no se puede permitir que tanta población emita siquiera un cuarto que los americanos. Como mucho, ellos están dispuestos “a firmar un acuerdo que no sea vinculante pero que tenga la posibilidad de vincular, si todos se ponen de acuerdo, a algún tipo de medida en la que nadie esté a disgusto y que no les equipare en obligaciones con Estados Unidos”. En este punto los traductores se han hecho un lío y le dicen al ecologista: “estáis jodidos”, al europeo: “va ser que no les interesa vuestra propuesta” y al chino: “creo que el indio es de vuestra cuerda, aunque no estoy del todo seguro”.

El americano, con aire salvador, dice que el cambio climático es un grave problema que tiene a su país dividido: sus científicos dicen que es culpa del hombre, y el Tea Party que es un castigo divino del que el hombre no tiene la culpa, y poco puede hacer por evitarlo. En cualquier caso, América es una gran nación que tiene una máxima: “Yes, we can”. Pero aunque ellos saben que pueden, lo que no tienen muy claro es si les conviene en este momento meterle mano. Vamos que se lo piensan de aquí al 2020 y luego ya les contarán a los demás lo que han decidido.

Al final, deciden dejar de lado a ecologistas y científicos, que tan poco comprenden a los gobernantes, y aprobar algo que permita al europeo, al chino, al indio y al americano quedar bien en sus países. Para ello lo importante es que el texto sea lo suficientemente ambiguo para que les sirva a todos. Bueno, a todos no, al planeta no le viene bien, pero eso no es lo importante, el día que lo necesitemos buscaremos otro planeta para vivir. Sí, yes we can.

Ahora se preguntará el lector dónde está la gracia del chiste. Lo cierto es que no la tiene, pero en mi descargo, ya avisé en el título que el chiste era malo.

Fuente: Blog Pluma y Conservación.

Movilidad sostenible en París

Coche eléctricoQue los vehículos eléctricos son el futuro es algo que venimos comentando desde hace tiempo en Efimarket. Que la crisis económica empieza a ser acuciante para algunos paises europeos es algo que los informativos se encargan de recordarnos a cada minuto, y que hay paises que están dispuestos a dar un paso al frente para hacer de los malos tiempos una oportunidad de mejora es algo de lo que nos alegramos y que sin duda es un paso importante para salir de esta situación económica incierta. Es una de las dos opciones que se plantean ante una situación así: optar por políticas de corte conservador y con el ahorro y la reducción de gastos como estandarte o arriesgar con inversiones valientes pero de alto valor añadido.

En Efimarket siempre apostaremos por la eficiencia energética y por el ahorro, aunque también por las inversiones arriesgadas pero ambiciosas que buscan el camino de la sostenibilidad y el uso eficiente de los recursos. Por eso aplaudimos medidas como la tomada por el ayuntamiento de París, que ha anunciado el estreno de su servicio de alquiler de automóviles eléctricos con 300 unidades disponibles, mientras España presume de haber alcanzado la venta de 300 piezas a finales de 2011 y ponemos a tu disposición una amplia gama de productos relacionados con la eficiencia energética y la movilidad sostenible. Aunque los números pudieran sugerir otra cosa, la diferencia es tan significativa en concepto como en ambición.

El estreno oficial del servicio eléctrico se ha producido en los primeros días de este mes de diciembre. Son ni más ni menos que trescientos coches eléctricos puros, con batería de lítio-polímero, con una autonomía de hasta 250 kilómetros, una velocidad punta de 130 kilómetros por hora y capacidad para cuatro personas. El régimen de alquiler es similar al del “bicing”, el alquiler de bicicletas que poco a poco ha ido consolidándose en distintas ciudades europeas. Pero lo más importante es que el servicio de recarga (unas cuatro horas) y el de mantenimiento está suficientemente repartido por la ciudad para facilitar el éxito del servicio, aunque uno lo que más destacaría es el diseño de su plan de negocio: el “bluecar”, como se denomina el coche, está pensado para ser negocio en el largo plazo, un tiempo en ningún caso inferior a los diez años.

La apuesta francesa, que irá incrementando la flota de vehículos disponibles en función de la demanda y de las distintas fases promocionales, contrasta largamente con los planes de los países del entorno francés. De hecho, en París entienden que se trata de la primera experiencia mundial de estas características y ciertamente, poco o nada hay comparable en el mundo. En España, sin ir más lejos, apenas hay 300 unidades matriculadas, en su mayor parte a cargo de administraciones y de grandes empresas para fines promocionales.

Uno podría achacar a los efectos de la crisis esta diferencia conceptual. Y muy probablemente, razón no le faltaría. En tiempos de contención del gasto público y de reducción del déficit, aventurarse con una aventura experimental podría ser visto como un despilfarro con aires de locura. Pero también podría intentarse una lectura inversa.

El experimento parisiense supone un desembolso inicial de unos 230 millones de euros a los que habría que añadir otros 80 anuales a cargo del mantenimiento de la flota. En una primera fase va a generar unos mil puestos de trabajo directos y se estima que cada vehículo eléctrico puede permitir que dejen de circular cinco convencionales. Si la apuesta resulta exitosa, en poco tiempo debería dejar de circular por París y sus ciudades adyacentes algo más de 22.000 vehículos con motor de explosión.

Visto así, la apuesta significa mucho más que el cambio de un tipo de coche por otro. En primer lugar, demostraría que la tecnología del vehículo eléctrico ya está suficientemente madura para afrontar sin problemas un circuito urbano amplio; en segundo lugar, disminuiría de forma significativa la contaminación ambiental derivada de la combustión de gasóleo y gasolina; y en tercer lugar, la contaminación sónica también se vería reducida.

Desde otra perspectiva, demostraría la viabilidad de un tipo de vehículos hoy demasiado caros para el bolsillo de a pie. Si el coche es viable, su producción masiva es más creíble y, en consecuencia, que sea más asequible para el público general sería mucho más esperable.

En cualquier caso, no nos vamos a engañar. La apuesta eléctrica de París es tan llamativa como arriesgada, puesto que en paralelo hay que introducir la cultura de alquiler y hacer que alquilar sea fácil para el usuario. Y eso es todo un reto, aquí, en París o en cualquier ciudad del mundo. Y tal vez sea el talón de Aquiles de esta novedosa experiencia.

Pese a ello, y como sucede en tantos casos, la diferencia estriba en si seguir un modelo conservador (como sería el caso español) o arriesgado e incentivador (el que va a seguir París).

Y de paso, decidir si hay algo más detrás de esta estrategia primera. Por ejemplo, posicionarse a nivel internacional en cuanto a modelo, incentivar al sector de la automoción para que apoye este tipo de iniciativas y, en definitiva, dar un empujón público al sector privado para que el vehículo eléctrico vaya consolidándose poco a poco como alternativa. Por supuesto, también al de la producción e ingeniería eléctrica para facilitar puntos de recarga accesibles.

Dicho de otro modo: la apuesta de París, si se consolida y extiende, puede provocar la ignición de uno de los grandes motores de cambio de modelo económico siguiendo un modelo en el que el sector público actúa de animador y cómplice del privado, pero en el que es este último quien finalmente asume el reto y el grueso del riesgo económico. Seguir criterios conservadores, como hace la mayor parte de Europa, tal vez signifique quedarse rezagado en un cambio que empieza a verse inevitable.

Fuente: Madri+d

La paradoja de Durban

Puerto explotación carbónComo ya sabeis, en Efimarket, tu portal de eficiencia energética, estamos muy atentos al devenir de la cumbre climática que estos días se celebra en Durban. La política energética mundial a corto y medio plazo y el futuro del Medio Ambiente están en juego y sin embargo nos seguimos encontrando paradojas tan curiosas como la del puerto Richards Bay, el mayor puerto exportador de carbón del mundo, y que se encuentra a tan solo 170 kilómetros de Durban.

Podría ser una visita obligatoria para los 15.000 negociadores de 195 países congregados en la Cumbre del Clima de Durban (Suráfrica). Pero no lo es. La mayor parte, de hecho, ni siquiera sabe que existe, pese a encontrarse a tan sólo dos horas en coche por la autopista de cuatro carriles que atraviesa Zululandia. Es Richards Bay, el mayor puerto de exportación de carbón del mundo, una gigantesca lanzadera de calentamiento global a todo el planeta, incluida España. Su eslogan no engaña: «Carbón para el mundo, crecimiento para la nación».

Su eslogan no engaña: «Carbón para el mundo, crecimiento para la nación».

Cada año, Richards Bay es capaz de exportar 91 millones de toneladas de carbón, el combustible más dañino para el clima del planeta. Emite el doble de CO2 que el gas natural. Cuando los negociadores de Durban hablan en abstracto de reducir las emisiones, se refieren a eliminar el carbón. Pero más de 700 buques surcan anualmente las aguas surafricanas, infestadas de tiburones blancos, para cargar sus tripas de carbón y llevarlo a los confines del globo. La española Gas Natural Fenosa compró en 2007 el 64% de Kangra Coal, una empresa que cuenta con una participación del 2,3% en Richards Bay y exporta 1,9 millones de toneladas anuales de carbón.

Visitar el puerto de Richards Bay es darse de bruces con la realidad, disfrazada a menudo de verde en cumbres como la de Durban. Los principales emisores de CO2 del mundo llevan cinco años anunciando supuestos esfuerzos para reducir sus gases de efecto invernadero. Sin embargo, en este lustro, el carbón ha pasado de producir el 25% de la energía primaria del planeta a rozar el 30% actualmente. Y Richards Bay ha crecido. En 2005, sólo exportaba 70 millones de toneladas. «Todos los socios deben unirse a la fiesta», declamó el 4 de febrero de 2010 el director ejecutivo de la terminal, Raymond Chirwa, poco después de anunciar su intención de multiplicar aún más sus exportaciones.

El paraiso de la antracita

En el puerto no quieren testigos incómodos, a sabiendas de que, a 170 kilómetros, hay centenares de periodistas medioambientales de todo el planeta. Sortear el primer control de seguridad del puerto es sencillo. Una barrera se alza y deja paso a 12 kilómetros de carretera en obras, con raíles en paralelo sobre los que ruedan cientos de vagones de mercancías desde las minas del interior. Y por aquí y por allá, gigantescas montañas de hulla y antracita. Pero, al llegar a la terminal de carbón, prohibido el paso. Una portavoz de Richards Bay insta a «intentarlo en enero», alegando «motivos de seguridad» y subrayando que «no suele haber visitas para periodistas».

Mientras en Durban negocian cómo acabar con el carbón, Richards Bay crece a espaldas del planeta. Y con el puerto se expande todo el sector. Los principales bancos del mundo prestaron 232.000 millones de euros a la industria del carbón entre2005 y 2010, según un informe presentado al comienzo de la cumbre por ONG ambientalistas. Los bancos más generosos con este combustible fósil fueron JP Morgan Chase, con 16.500 millones de euros; Citi, con 13.700 millones; y Bank of America, con 12.600 millones, según el estudio. «Curiosamente, casi todos los 20 bancos asesinos del clima de nuestro ranking han hecho declaraciones sobre su compromiso en la lucha contra el cambio climático», criticó Yann Louvel, de BankTrack, una ONG que vigila las actividades de los bancos.

Las palabras van por un lado y los hechos por otro. También en Richards Bay. En su página web, la terminal de carbón afirma estar «trabajando en armonía con el medio ambiente». Ningún portavoz quiso detallar en qué consiste exactamente ese compromiso.

«Richards Bay, alimentada con las minas de carbón que siguen abriéndose, es el símbolo del cinismo de los gobiernos en Durban», opina Ferrial Adams, responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace Suráfrica. Su país, anfitrión de la cumbre del clima, produce el 93% de su electricidad con carbón. China, el 80% e India, el 70%. EEUU, pese a su potente parque atómico, el 45%. En España, el mineral sólo cubrió el 8% de la demanda eléctrica en 2010, cayendo un 34% respecto a 2009.

Coste económico vs. coste ambiental

Soltar el lastre del carbón es la monumental tarea que tienen sobre la mesa en Durban, donde ayer las negociaciones seguían bloqueadas principalmente por EEUU. Y ese desafío cuesta billones de euros, como ha dejado claro el presidente surafricano, Jacob Zuma. «El mayor escollo es financiero», explicó el fin de semana en la cumbre. «Los costes de las energías renovables son mayores que los de las no renovables, que en el caso de Suráfrica es el carbón. Objetivos de energías renovables supondrían un incremento de 660 millones de dólares anuales en nuestra factura energética», aseguró Zuma.

China consumió 2.500 millones de toneladas de carbón más que E.E.U.U, que es el segundo mayor consumidor.

Suráfrica, con 141 millones de toneladas quemadas, fue el sexto país que más carbón consumió en 2010, según la Asociación Mundial de Carbón. Si se extrapolan los cálculos de Zuma a China, hay que temblar. El gigante asiático devoró 2.500 millones de toneladas de carbón, el triple que EEUU, segundo mayor consumidor. Adams, de Greenpeace, recuerda además el precio en vidas del carbón. «En Suráfrica, los mineros acaban teniendo problemas de salud relacionados con su trabajo», lamenta. La Asociación Nuclear Mundial, que agrupa a las empresas que producen el 90% de la energía atómica mundial, es la más descarnada a la hora de criticar los peligros del carbón. Entre 2000 y 2008, más de 4.000 mineros murieron cada año sólo en China.

Los lobbies mundiales del carbón luchan en los pasillos de Durban para frenar un acuerdo global de reducción de emisiones. El año que viene, la batalla de la cumbre del clima se celebrará en Qatar, un país productor de petróleo con las mayores emisiones per cápita del mundo. Un digno sucesor para Durban.

Fuente: Público

Las diputaciones se suben al carro del ahorro energético en los hogares

Enchufe verdeLas ayuntamientos, diputaciones y demás organismos oficiales se suman a las campañas de ahorro y eficiencia energética y lo hacen promoviendo el ahorro en los hogares. El último ejemplo nos llega desde Huelva, donde la Diputación, a través de su Área de Energías Renovables, ha puesto en marcha en los municipios de Almonte, Bollullos, Cortegana y Trigueros, un proyecto piloto que pretende fomentar el ahorro energético en 62 hogares de estos cuatro municipios.

Según ha informado el ente provincial en una nota, para ello se van a llevar a cabo estudios o auditorías energéticas en una serie de viviendas seleccionadas que tendrán como objetivo reducir las emisiones de CO2, en un 5,2 por ciento y disminuir entre un seis por ciento y un diez por ciento el consumo energético en el hogar. En Efimarket te proponemos que hagas tu propia auditoría energética online para que tengas consciencia del gasto energético en tu hogar.

Dichas acciones están incluidas en los planes municipales de energía sostenible y tienen el objetivo de fomentar entre la ciudadanía la cultura del ahorro energético y poner en valor su contribución personal en la lucha por la reducción de emisiones a la atmósfera, principal compromiso adquirido por los consistorios onubenses con la firma del Pacto de Gobiernos Locales (Covenant of Mayors).

El proyecto de auditorías energéticas en hogares tendrá una duración de un año y se iniciará en el mes de diciembre con una invitación formal a la ciudadanía para que se sume a la iniciativa. Las viviendas seleccionadas serán objeto de un estudio en el que sus propietarios serán parte activa, dado que recibirán una serie de talleres formativos e informativos para ayudarles a aplicar consejos prácticos y sencillos para ahorrar energía y contribuirán con sus opiniones al desarrollo de una Guía Práctica para el Ahorro Energético.

Además algunas de las viviendas participarán en una experiencia demostrativa para analizar su grado de eficiencia energética actual de acuerdo con sus criterios de construcción y se propondrán medidas que permitan mejorar sus condiciones y eficiencia.

Entre los resultados esperados a corto plazo, reducir un 10% los consumos energéticos en los hogares seleccionados y un 5% las emisiones de gases de efecto invernadero y a medio plazo desarrollar un modelo de Ordenanza sobre edificación sostenible que sea de aplicación en los municipios de la provincia.

Fuente: Ecoticias

La crisis nos recuerda la importancia del ahorro

Hucha cerditoDesde que los agentes económicos han dicho que con mucha probabilidad acabaremos entrando en recesión este mismo año y que aquello de los brotes verdes era sencillamente mentira, los hogares españoles consideran fundamental el incrementar, en la medida de lo que puedan, sus ahorros porque se presumen tiempos muy complicados por venir.

Es por esta razón que desde el Banco de España, que periódicamente saca un boletín económico, se destaca que se está percibiendo un incremento de la tasa de ahorro de los hogares españoles, cosa que aplaudimos desde Efimarket.

Además incluye dicho boletín que se prevé que la tasa de ahorro de los hogares podría situarse, pasada la crisis, en términos y niveles superiores a los que se tenían antes del 2007, a comienzos de la misma. Y es que parece que la gente ve como una especie de escarmiento lo ocurrido y considera que la única forma en el futuro de prevenirse de un caso similar es la de incrementar la cifra de dinero ahorrado.

En Efimarket nos preocupamos por la eficiencia energética en los hogares y pymes y ponemos a tu alcance productos y consejos que harán que que tu ahorro económico se incremente a la vez que tus hábitos de consumo se vuelven más responsables y respetuosos con el Medio Ambiente.

La tecnología juega a nuestro favor y tenemos que aprovecharla y esto se nota por ejemplo en los nuevos tipos de bombillas y tubos eficientes que te permiten ahorrar hasta un 80% de energía respecto a las convencionales. Efimarket también pone a tu disposición una amplia gama de productos para la medición y el control de tu consumo, y es que ser consciente de lo que uno gasta es el primer paso para el ahorro. Te sorprenderás cuando veas el gasto energético de tu casa cuando estás fuera y piensas que todo está apagado.

En resumidas cuentas, desde Efimarket te invitamos a que no te quedes fuera de esta nueva corriente ahorradora con la que todos ganamos y que ha de ser nuestra filosofía personal de ahora en adelante. Tenemos que ser conscientes de lo necesario que es hacer un buen uso de los recursos. No podemos esquilmar el planeta.

Fuente: Diario Información