En medio del clima de tensión ante la decisión del nuevo Gobierno de prolongar la vida de la central nuclear de Santa María de Garoña, en Efimarket nos gustaría hacer una reflexión acerca de cuanto hay de cierto en la afirmación por parte de los defensores de las formas de producción de electricidad convencionales de que la energía nuclear es más barata que las energías renovables.
El actual Ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, justificó la medida de la prorroga a Garoña basándose en la afirmación de que la energía nuclear producía con un menor coste. Esta afirmación es un poco tramposa, porque lógicamente, ahí no se están teniendo en cuenta los costes de implantación de la central. De hecho, llevamos bastante tiempo escuchando a gente bastante desinformada hablando a colación del tema en diferentes medios informativos y mesas redondas de debate.
Si hacemos un análisis de los costes de producir energía eléctrica podríamos llegar a conclusiones bastante sorprendentes.
Veamos: el coste de instalación de una central se cifra en 4000 millones de € por cada Gigavatio por los 950 millones de € del coste instalación de un Gigavatio de energía eólica.
De acuerdo que hay una diferencia de horas de funcionamiento, y es por ahí que se escudan muchos detractores cuando afirman que la eólica no vale cuando no hay viento, pero si hacemos números, una nuclear funciona unas 7.750 horas anuales, que son todas las horas del año menos las requeridas por paradas técnicas. Mientras tanto, un parque eólico produce durante, en el peor de los casos, 2200 horas anuales. Sin embargo, como podemos instalar con la misma inversión 4,21 Gigavatios de eólica por cada Gigavatio de nuclear haciendo un sencillo cálculo, vemos que obtenemos para una misma inversión:
Nuclear: 1Gw x 7750h = 7750Gwh
Eólica: 4,21Gw x 2200h = 9262Gwh
Es decir, que con una misma inversión producimos un 19,5% más de energía con la fuerza del viento, que para más inri es un combustible limpio, gratis e inagotable. De hecho, en este sencillo análisis no se han tenido en cuenta gastos de combustible (uranio que importamos) y de gestión de residuos que decantarían más todavía la balanza a favor de la eólica.
Si hacemos una comparativa similar entre la nuclear y la energía fotovoltaica, vemos que la energía proveniente del sol si que es más cara que la nuclear, aunque no cien veces más cara como hemos llegado a escuchar en alguna declaración.
La energía fotovoltaica tiene un coste de instalación de 2600 millones de € y unas 1600 horas de producción en algunos sitios del levante. Con estos datos vemos que con una misma inversión en energía solar produciríamos sobre el 33% de lo que produciríamos con la nuclear. De todas formas, esta tecnología tiene la ventaja de presentar un amplio margen de mejora que le hace ir recortando diferencias a grandes pasos con sus competidoras. De hecho se espera que en 3 o 4 años la energía solar equipare su competitividad a la de las otras formas de producción.
Aparte de este pequeño análisis, cabe destacar que ni la solar ni la eólica tienen los riesgos que conlleva la nuclear, y es que parece que la memoria del hombre es muy corta y miramos el reciente desastre de Fukushima desde la distancia y la indiferencia, como si hubiesen pasado mil años de aquello y como si no nos pudiera pasar nunca a nosotros.
La conclusión que se puede extraer de todo esto sin miedo a equivocarnos ha de ser que las energías renovables son la apuesta de futuro, y en el caso de la eólica de presente, y que con ello haríamos de nuestro sistema energético un sistema independiente y seguro, pasando a depender de combustibles gratuitos, limpios y ubicuos.
En Efimarket, basamos nuestra política en el ahorro y la eficiencia energética y apostamos por un mundo mejor donde sea posible aprovechar como es debido el poder infinito que nos ofrecen el sol y el viento.
Fuente: Noticias Positivas