Las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE cayeron un 2,5 por ciento en 2011

Las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE cayeron un 2,5 por ciento en 2011Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en la Unión Europea cayeron un 2,5% en 2011 respecto al año anterior, según ha informado la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA, siglas en inglés), que destaca que esta mejora se produce a pesar de que ese año se incrementó el consumo de carbón y creció el Producto Interior Bruto (PIB) de la región.

Las emisiones de GEI cayeron aún más en los 15 Estados miembros que comparten un compromiso común respecto al Protocolo de Kyoto (EU-15), disminuyendo en un 3,5% entre 2010 y 2011. Basándose en estas estimaciones de la EEA, las emisiones de la UE en 2011 se sitúan  en aproximadamente un 17,5% por debajo del nivel de 1990. La EU-15 está en el 14,1% por debajo del nivel del año base del Protocolo de Kyoto.

Las principales razones de la disminución de las emisiones de GEI  fueron un invierno más suave en la mayor parte de la UE, que contribuyó a una menor demanda de calefacción de los hogares y un menor consumo de gas natural. Además, el consumo de energía renovable también siguió aumentando en 2011, lo que contribuyó a la disminución observada en las emisiones.

Por sectores, aquellos no incluidos en el régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea (EU ETS, siglas en inglés), redujeron sus emisiones alrededor de un 3,1%;  siendo los hogares y el sector servicios, los sectores que más contribuyeron a la reducción de emisiones de GEI. Asimismo, la EEA destaca que el sector transporte también contribuyó a esta mejora por cuarto año consecutivo. Mientras, los sectores que sí están incluidos en el EU ETS redujeron sus emisiones de efecto invernadero en 2011 en un 1,8%.

Detalles de las estimaciones de emisiones para el 2011 por parte de los Estados miembros se publicarán en un informe técnico de la EEA (EEA Technical Report). Este informe rastreará el progreso de los objetivos de mitigación de las emisiones de los gases de efecto invernadero bajo el protocolo de Kyoto y hasta 2020.

Fuente: MadrI+D

La energía eólica podría proporcionar toda la demanda mundial de energía

energia eolicaEl viento que sopla en la Tierra es suficiente para cubrir las necesidades energéticas de todo el mundo. Es la conclusión de dos estudios  publicados esta semana que utilizan complejos modelos numéricos para calcular cuánta energía pueden producir las turbinas eólicas llevada a su límite teórico.

El primero de estos estudios, publicado ayer en Nature Climate Change y liderado por Kate Marvel del Laboratorio Nacional de Lawrence Livermore, calculó que sería posible extraer hasta 400 Teravatios (TW) de potencia del viento que sopla a pocos metros del suelo y cientos de turbinas suspendidas en el aire que aprovechasen las fuertes corrientes de las grandes altitudes.

En un segundo estudio, elaborado por dos científicos de las universidades de Delaware y Standford (EEUU), los autores utilizan otro modelo para llegar a cifras algo distintas pero igualmente elevadas de 250 TW.

Ambos artículos se ocupan también de una preocupación surgida de otros modelos planteados por investigadores como Alex Kleidon, del Instituto Max Planck para Biogeoquímica de Jena (Alemania). Según el investigador, aunque sería posible extraer aun más energía eólica, hacerlo tendría graves consecuencias sobre el planeta, comparables a doblar las emisiones de dióxido de carbono. Los nuevos estudios aseguran que es posible instalar un número de turbinas suficiente para cubrir al menos la mitad de las necesidades energéticas mundiales sin afectar al clima ni agotar la energía eólica.

Consecuencias para el clima

El grupo de Lawrence Livermore estima que las instalaciones eólicas suficientes para cubrir las necesidades energéticas globales solo afectarían la temperatura terrestre en 0,1 grados, y las precipitaciones, en un 1%. Por su parte, el equipo formado por Mark Jacobson y Cristina Archer hace una propuesta algo menos ambiciosa y calcula el número de generadores necesarios para cubrir algo más de la mitad de la demanda energética mundial. Con cuatro millones de turbinas de 5 MW sería posible, según ellos, proporcionar 7,5 TW de potencia (este grupo estima la demanda energética mundial en poco más de 10 TW) sin efectos negativos sobre el clima.

Para realizar sus cálculos, el equipo que hoy publica su artículo en PNAS introdujo un modelo de tierra, mar y aire (GATOR-GCMOM) en el que se extrajo la energía a los 100 metros de altura a los que estarían situadas en realidad las turbinas. Según este modelo, esa extracción de energía a esa altura determinada no agotaría la energía del aire de la atmósfera por encima y por debajo de ese nivel y no provocaría los efectos sobre el clima calculados por Kleidon en un análisis que tomaba como referencia la extracción de aire a ras de suelo.

“No decimos que haya que poner turbinas por todos los lados, pero hemos mostrado que no existe ningún obstáculo fundamental para obtener la mitad o, incluso, varias veces la demanda energética mundial del viento hacia 2030″, dice Jacobson. El espacio cubierto por los molinos, no obstante, sería descomunal. Si su propuesta se llevase a cabo, se instalarían dos millones de turbinas en el mar y las restantes sobre tierra. Solo estas últimas ocuparían un territorio similar al de España y Alemania juntas.

Los resultados de estos dos estudios contradicen las estimaciones presentadas en otros no tan optimistas respecto al potencial de la energía eólica. Es el caso de un artículo publicado por investigadores de la Universidad de Valladolid, con el investigador Carlos de Castro a la cabeza. Este estudio se afirma que muchos de los estudios que obtenían unos resultados de energía potencial eólica tan optimistas estaban mal planteados. Medían la velocidad del viento en distintos puntos del planeta y después evaluaban dónde se podían colocar molinos y cuánta energía se podía sacar de ellos. Este planteamiento olvidaría, según el equipo español, la extracción de la energía cinética del viento que suponen los molinos eólicos, violando el principio de conservación de la energía. Aplicando esta y otras limitaciones, los autores de este análisis consideran que no sería posible obtener más de 1 TW de la energía eólica de todo el planeta. De este modo, la energía eólica no superaría nunca el 10% del consumo actual de energía fósil.

Tras ver el nuevo estudio, De Castro considera que, pese a la mejora de los modelos empleados por los autores, la aplicación práctica de estos cálculos sigue siendo poco realista. “Yo podría llegar a estar de acuerdo con los límites geofísicos que ellos dan para la energía eólica, pero otra cosa es cómo llevas esto a la realidad”, explica. “Alcanzar la concentración de molinos que ellos proponen sería imposible sin reducir la eficiencia mínima que suelen exigir las compañías para instalar”, añade. “Al final, se trataría de obligar a las empresas a que instalasen sus turbinas en determinados lugares sin pensar en la rentabilidad, o llenar de molinos un desierto como el Sáhara, sin tener en cuenta las grandes dificultades tecnológicas de llevarlo a cabo”, señala el investigador de la Universidad de Valladolid.

La discusión entre estos grupos, forma parte del debate sobre cómo hacer la transición energética. Aunque De Castro está completamente de acuerdo en la necesidad de abandonar los combustibles fósiles por las renovables, cree que esa metamorfosis no puede ser tan rápida como creen Jacobson y Archer. “Por un lado, creo que las energías renovables no nos permitirán continuar con los niveles de consumo energético actuales y por otro, creo que la transición requerirá muchos años”, dice De Castro.

Archer, por su parte, considera que la celeridad del cambio depende solo de voluntad política: “El mundo produjo unos 800.000 aviones en 5 o 6 años durante la Segunda Guerra Mundial, así que producir cuatro millones de turbinas eólicas no es técnicamente difícil 70 años después”.

Vía esMateria

Soria deja via libre a una nueva subida de la luz en octubre

Soria deja via libre para una nueva subida de la luzLeíamos ayer en El Economista que el Ministro de Industria, Energía y Turismo no descarta una nueva subida del precio de la luz en octubre, aunque ha matizado, que de producirse, vendrá determinada por la subasta de energía en el mercado.

En este sentido, ha asegurado que el Gobierno no subirá la parte regulada del recibo eléctrico en octubre, por lo que el precio final de la luz dependerá del coste de la energía que arroje la subasta entre operadores que se celebrará este mes.

Ya hemos explicado muchas veces en el Blog de Efimarket que la tarifa de último recurso (TUR), que se revisa cada trimestre (en abril subió el 4% y en julio el 7%), resulta de la suma de dos componentes: los peajes -que retribuyen los costes regulados del sector y que fija el Gobierno-, y el precio de la energía que resulta de las subastas denominadas Cesur.

Así, Soria ha explicado que las variaciones en la factura de la luz van a estar condicionadas por quienes ofrecen al mercado energía frente a los que compran, quienes podrán fijar un precio mayor o menor del que ofrecieron antes. «Si sube, si baja, o se mantiene en el mes de octubre va a depender únicamente del mercado, por lo que el Gobierno no va a interferir con más medidas».

Estas declaraciones no hacen más que dar vía libre a las compañías eléctricas para que sigan manipulando de forma velada las subastas CESUR. En los pasados meses se ha investigado por parte del Gobierno y la CNE los sospechosos aumentos en los precios de la subasta (hasta un 30% en algunos casos) días antes de la misma, así como su posterior descenso, pero no se ha podido demostrar la relación directa de las compañías energéticas con este fenómeno, culpable en parte de que el precio de la electricidad en España sea tan elevado.

Guerra a las gasolineras

Por otro lado, el ministro ha anunciado este lunes que convocara «a lo largo de esta semana» a los máximos responsables de la industria petrolera para expresarles la preocupación del Ejecutivo por el incremento del precio de los carburantes, al tiempo que ha solicitado la colaboración del sector que «no puede quedar al margen» de los sacrificios que se están emprendiendo.

El Ministro ha asegurado también en Televisión Española que se reunirá con las petroleras españolas para tratar la «desproporcionada» subida en el precios de los carburantes.

Asimismo, el titular de la cartera de Industria ha asegurado que el Gobierno está «muy preocupado» por la situación del sector, dado que «no puede admitir –como ocurrió en agosto– que cinco décimas del IPC se atribuyeran al precio del combustible».

Y aqui tenemos otro sector en el que no paran de engañar al ciudadano, ya que, al igual que ocurre con la electricidad, las gasolinas en España son las más caras de España, una vez eliminada la parte de impuestos incluida en el precio. ¿Como puede ser que en uno de los países más empobrecidos de Europa actualmente, tengamos al mismo tiempo la electricidad y las gasolinas más caras? Es difícil de entender tal desaguisado, si no se asume que durante los últimos 20 años los políticos que hemos sufrido han dedicado más esfuerzos a perpetuarse en el poder que a resolver los verdaderos problemas de los ciudadanos.

Redacción Efimarket

Garoña y el «ya no te ajunto» de las eléctricas al Gobierno del PP

garoñaEsta semana pasada conocimos que la empresa propietaria de la central nuclear de Garoña, Nuclenor (participada al 50% por Endesa e Iberdrola),  no ha solicitado a tiempo el permiso de renovación para poder seguir explotando esta central hasta 2019.

El portavoz adjunto del Partido Popular en el Congreso, Rafael Hernando, tachó de «irresponsabilidad» y de «incomprensible» la decisión de la empresa, ya que según dijo, renunciar al permiso de explotación es una «frivolidad absolutamente incomprensible» por parte de Endesa y de Iberdrola, más aun cuando ambas empresas solicitaron al Gobierno la derogación de la orden ministerial con la que el Gobierno socialista propuso el cierre de esa central nuclear para 2013.

Aunque desde Nuclenor no se ha dado una explicación formal sobre el cambio de opinión, Hernando tachó de «sorprendente» que la marcha atrás de Nuclenor se pudiera justificar por la existencia de incertidumbres regulatorias. «Sería muy preocupante que eso se pueda interpretar como un chantaje contra el Gobierno, lo cual sería muy grave», dijo.

Y tan grave. Pero no ya por el chantaje en si, sino por las implicaciones que tiene todo este asunto. Resulta que el Gobierno anda preparando su cacareada reforma energética, que ha enfrentado a los responsables de la cartera de Industria y Hacienda, disputa en la que ha tenido que mediar la vicepresidenta Sáenz de Santamaría para que no llegara la sangre al río. Y precisamente en esa reforma van incluidas algunas medidas impositivas a la actividad de la energía hidráulica y nuclear.

Pues bien, vistas las orejas del lobo, ahora resulta que Endesa e Iberdrola se piensan lo de mantener a Garoña abierta, porque claro, no es lo mismo si ahora vienen y nos ponen un impuesto a nuestra maravillosa producción nuclear. Cuánta codicia esconde el sector energético, que parece venir a usar el «así no juego», que solíamos usar de niños, cuando alguien imponía alguna regla o condición en el juego que no nos favorecía.

Y cuan traicionados se han sentido los gobernantes del PP, que habían hecho suya la causa de las todopoderosas eléctricas (donde más de uno sueña con un retiro dorado tras su paso por la política), y que ahora han quedado en evidencia, sufriendo de la ya demostrada en el pasado insolidaridad de estas empresas.

Cuando las cosas vienen mal dadas y se viven tiempos difíciles, es cuando se demuestra quien es amigo de verdad y quien no. Y en estos momentos, las compañías eléctricas y el Gobierno parece estar revisando su  tratado de «amistad», dados los últimos malos gestos que han estado protagonizando.

Desde nuestra humilde tribuna esperamos que estas circunstancias ayuden a que el Gobierno se tome en serio su responsabilidad sobre el tema y deje de tener en cuenta tanto a las empresas energéticas, que siempre caen de pie, como los gatos (siguen con enormes beneficios a pesar de la crisis) y empiecen a pensar un poco más en los ciudadanos, que a parte de pagar la electricidad más cara del mundo, acecha sobre nuestras cabezas la enorme losa del déficit tarifario.

Redacción Efimarket

 

La voluntad de los autoconsumidores

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Hoy compartiremos la opinión de Ana Marco, que recientemente publicó este artículo en la revista online Energías Renovables, y que disecciona y critica con buena pluma el futuro decreto del balance neto. Como muchos sabeis, el sector fotovoltaico no espera que el nuevo decreto sea muy favorable al autoconsumo y sin embargo sí mucho a las compañías eléctricas. Pero sin más os dejamos con este interesante artículo.

«Va a ser difícil impedir la proliferación de pequeñas instalaciones domésticas de producción para  autoconsumo. Se ve que va a ser difícil porque todos los argumentos y argucias disuasorias que se han ido utilizado chocan una y otra vez con la voluntad inamovible de las personas convencidas de que todos debemos colaborar para cambiar este modelo depredador que nos está devorando.

Primero pretendían que no nos enteráramos. En verano del 2009 nadie conocía en España el sistema de medición neta cuando ya era utilizado en la mayor parte de los países desarrollados e incluso sin desarrollar. Me refiero a un sistema en el que las distribuidoras eléctricas pagan por la energía excedentaria que se vierte a sus redes ya que los beneficios que proporciona son indudables (reducen pérdidas e inversiones).

Despues intentaron convencernos de que éramos inversores: se hablaba de que las pequeñas instalaciones no eran rentables y no merecía la pena fomentarlo porque nadie querría instalarlo ¡como si el ciudadano pensara en la rentabilidad cuando se compra una lavadora o un coche o cuando lo que quiere es luchar contra el cambio climático!

Luego salió el borrador de Balance Neto donde ya nos dijeron que de pagar al autoproductor nada de nada, que eso era hacer negocio sin ser empresa y que sería mucho mejor regalar la electricidad excedente anual a las compañías eléctricas, que ellas sí saben cómo hacer negocio (hay que reconocer que en esto no les falta razón). Y los ciudadanos, erre que erre: Que no nos importa, que aún regalando la energía a las eléctricas vamos a ponernos nuestras plaquitas fotovoltaicas en casa y aportar nuestro granito de energía a la civilización frente a la barbarie.

Por cierto que ahí seguimos, esperando que el borrador se convierta en Real Decreto de una vez y a ver cómo sale porque ahora, en el colmo del cinismo y  dando por supuesto que los ciudadanos somos completamente idiotas, se está discutiendo qué peajes tendremos que pagar por disfrutar del famoso «balance neto» argumentando  incluso insolidaridad por parte del autoconsumidor frente al déficit de tarifa.

Mientras tanto muchos, hartos de esperar, han decidido montarse su pequeños kits solares de autoconsumo y regalar, con plena consciencia, toda la energía que no consuman instantáneamente al sistema eléctrico. ¿Y qué hacen algunas eléctricas? Pues han colocado un contador que en vez de restar la electricidad que generan, o al menos no contarla, la suman a la consumida. Sí, cobran la electricidad que les están regalando como si la estuvieran suministrando.

Ante el evidente «error de programación del contador» se impone solicitar la verificación al Servicio de Industria de la Comunidad Autónoma que es quien tiene la responsabilidad de que la medida sea correcta y sirva de base a la facturación como marca el RD 1955/2000 en su articulo 96: «Comprobación de los equipos de medida y control. 1. Tanto las empresas distribuidoras y, en su caso, las comercializadoras o el operador del sistema, como los consumidores, tendrán derecho a solicitar, del órgano de la Administración competente donde radique la instalación, la comprobación y verificación de los contadores, interruptores de control de potencia (ICP) y otros aparatos que sirvan de base para la facturación, cualquiera que sea su propietario«.

Y puesto que la única función del contador eléctrico es medir los consumos producidos para servir de base a la facturación y para cumplir esa función el usuario carga con el coste pagando un precio de alquiler, o bien adquiriendo el contador en propiedad para evitar el alquiler, todo lo demás sobra. Es decir que si quieren ponernos un contador nuevo que mide un montón de cosas, discrimina las medidas por horas, etc., (o sea un artilugio para ofertar servicios comerciales además de controlar nuestros hábitos en la intimidad del hogar), debe ser algo que demande el cliente, no algo que impone la eléctrica, aumentando además el alquiler. En definitiva, el mínimo que necesita la distribuidora es la lectura de la energía para poder facturar la energía que nos suministra, por tanto ese es el contador que nos tendrá que poner, las sofisticaciones, y más si hemos de pagarlas, deberían preguntar si las queremos o preferimos tener nuestro propio sistema para gestionar el consumo.

Aunque hasta ahora la Administración parece preferir alinearse con las poderosas eléctricas en vez de con los ciudadanos a los que administra, la voluntad de los autoconsumidores va por delante de las leyes y mas temprano que tarde conseguirá que prime el bien común frente a los intereses económicos de algunos.»

La eficiencia energética es lo más efectivo para reducir las emisiones de CO2

La eficiencia energética es lo más efectivo para reducir las emisiones de CO2En poco más de diez años, España ha logrado colocarse entre los líderes mundiales en energías renovables. El esfuerzo ha permitido que produzca una energía más limpia y ha reducido la dependencia energética del exterior.

Sin embargo, por el camino se ha olvidado otra ruta paralela hacia un estilo de vida sostenible: la de la eficiencia energética. Esa vía, que se construye a base de pequeños gestos como cambiar una bombilla, utilizar el transporte público o no pasarse con el aire acondicionado, puede ser, según un estudio que acaba de ver la luz, una forma más barata que las renovables para reducir las emisiones de CO2 y luchar contra el cambio climático.

En un artículo publicado la semana pasada en Energy Policy, un grupo de investigadores españoles liderados por Álvaro López-Peña, del Instituto de Investigación Tecnológica & Cátedra BP de Energía y Sostenibilidad de la Universidad Pontificia Comillas, señala que, según un análisis del periodo de 1996 a 2008, un enfoque dirigido a mejorar la eficiencia energética habría sido más barato que el apoyo a las renovables si el objetivo exclusivo hubiese sido reducir las emisiones de CO2. Los autores cuantifican el ahorro en 5.000 millones de euros anuales (2.100 millones en promoción de renovables y 2.900 en reducción de costes por alcanzar la demanda reducida).

A partir de estos datos, en el artículo se argumenta que, desde el punto de vista de la política energética, una conclusión natural sería que «las políticas de eficiencia energética deberían ser priorizadas por encima de las de promoción de las renovables». «Sin embargo», añaden, «también es evidente que la eficiencia energética no puede eliminar por completo el consumo de energía». Por lo tanto, si el objetivo es tener un sector energético con apenas emisiones de CO2, las renovables y los consiguientes incentivos para su desarrollo tecnológico también serán necesarias en una segunda etapa.

López-Peña puntualiza que el estudio no devalúa el valor de las renovables. «Lo que sí se trata de mostrar que la eficiencia energética brilla por su ausencia», comenta. En el artículo se explica que el análisis no ha tenido en cuenta a la hora de valorar estas energías verdes otras importantes ventajas para la sociedad «como la actividad industrial o el desarrollo tecnológico, que proporcionarán también beneficios a largo plazo».

Enrique Soria, director de la división de Energías Renovables del CIEMAT, Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas, está de acuerdo con los autores en que «se ha hecho muy poco por gestionar la demanda energética». «Es más fácil incrementar la generación a través de la tarifa que establecer esquemas eficaces para favorecer la eficiencia energética y no se ha sabido hacer», añade. No obstante, Soria defiende también las renovables. «Además de reducir las emisiones de CO2, han aportado otros beneficios como la creación de un sector industrial fuerte o la reducción de la dependencia energética del exterior», añade.

LA CLAVE ESTÁ EN LOS HOGARES

Para explicar la ineficiencia, López-Peña considera que “es mucho más complicado hacer políticas por el lado de la demanda que por el lado de la oferta. Es mucho más fácil desde el punto de vista político poner molinos y promocionar las renovables que decir a la gente que utilice menos el coche o que hagan obras en sus casas para aislarlas del frío conservar el calor”. Todo ello en un país “en el que, pese a ser un país templado, pasamos frío en verano y calor en invierno”, añade.

En opinión del autor del estudio, para incrementar la eficiencia energética en España, se debe centrar la atención en el transporte y en los hogares. «Para una familia, la energía no es un coste tan importante como sí lo es para las industrias que, al ser privadas y buscar maximizar beneficios, ya se preocupan de mejorar sus procesos», explica el autor del estudio. En este sentido, Soria reconoce que «no es fácil aplicar esquemas eficaces para favorecer la eficiencia energética», pero apunta hacia medidas como la «implementación de un sistema de generación distribuida»; sistemas de generación de energía domésticos, como pequeños molinos o paneles fotovoltaicos, que al estar más cerca del lugar donde se consume la electricidad mejoran la eficiencia al reducir pérdidas en la red de transporte.

Respecto al transporte, junto a fomentar el transporte público, a pie o en bicicleta, López-Peña indica que es necesario sustituir el transporte en camiones por carretera por el ferroviario, mucho más eficiente energéticamente. «Además, el tren puede ser eléctrico y permitiría introducir energías renovables», afirma. En esta misma dirección, Soria señala al coche eléctrico como una herramienta «para gestionar mejor la demanda al permitir la recarga en horas valle y el uso de renovables». En todos los casos, López-Peña cree que es necesario «que los precios que la gente paga por la energía reflejen sus costes, incluidos los externos, los ambientales».

Fuente: MadrI+D

Soria alerta de un aumento del déficit tarifario en 6.000 millones para este año

Deficit de Tarifa - efimarket

José Manuel Soria cifró ayer en el Congreso en 6.000 millones de euros el déficit de tarifa previsto para el próximo año y en 2.200 millones el coste anual de la amortización y los intereses de la deuda acumulada.

El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha cifrado en 6.000 millones de euros el déficit de tarifa previsto para 2013 y ha insistido en que el Gobierno mantiene el objetivo de adoptar medidas que acaben el próximo año con el desequilibrio entre costes e ingresos en el sistema eléctrico.

El ministro realizó esta consideración durante su comparecencia ante la Comisión de Industria, Energía y Turismo del Congreso de los Diputados, en la que consideró que el déficit de tarifa es uno de los «problemas más importantes» en la actualidad para su departamento.

«El déficit acumulado a diciembre de 2011 asciende a 24.000 millones de euros y sigue creciendo a un ritmo de 6.000 millones anuales«, afirmó el ministro, antes de recordar que las eléctricas tradicionales son las encargadas de financiar esta deuda y de advertir del «deterioro de la posición financiera» de estas empresas relacionado con esta carga.

El ministro cifra en 3.856 millones el ahorro conseguido con las medidas

Junto a esto, Soria cifró en 2.200 millones de euros el coste anual que debe afrontar la tarifa eléctrica para responder tanto a la amortización como a los intereses asociados a la deuda del sector, y advirtió de que, «si no se toman medidas, el agujero aumentaría año a año hasta suponer en 2015 el doble del actual».

Ajuste de costes e ingresos para atacar el déficit tarifario

Para resolver el problema, el ministro abogó por una solución basada en el ajuste de «costes e ingresos» en la que participen empresas, consumidores y el Estado. Si todos los esfuerzos consistiesen en subidas de tarifas, los incrementos serían «inasumibles», mientras que si toda la carga se trasladase a las eléctricas, estas empresas se verían abocadas a la «quiebra», afirmó.

Durante su comparecencia, José Manuel Soria también cifró en 3.586 millones de euros el importe de las medidas para contener el déficit de tarifa adoptadas por su departamento este año, entre las que figuran la moratoria a las renovables y el recorte a la retribución por la distribución a las eléctricas. El ministro anunció, además, que ya se han iniciado los procedimientos de contratación e instalación a través de Enresa -que está cerrando la adquisición del terreno- para construir el almacén nuclear temporal centralizado (ATC) en Villar de Cañas (Cuenca).

La cifra

24.000 millones de euros acumulaba el déficit de tarifa a finales del pasado año, según recordó ayer el ministro de Industria en el Congreso.

En los próximos días saldrán las ayudas a las empresas del carbón

Con respecto al sector de la minería, Soria anunció que «en estos días» saldrá la convocatoria de ayudas a las empresas, a las que se les ha pedido colaboración para «salvar» los obstáculos planteados por la CE al plan de cierre que se envió a Bruselas en agosto del 2011.

El ministro se mostró confiado en que se alcance en breve una solución al problema de la bonificación fiscal a las navieras y aseguró que el Gobierno no aspira a tener un sistema de tax lease privilegiado con respecto al que tienen otras economías europeas. En este sentido, ha subrayado que la problemática sobre el procedimiento abierto a raíz de este sistema de bonificaciones es una prioridad para el Ejecutivo y que tanto su ministerio como el de Hacienda están trabajando para alcanzar una solución que permita al sector naval español crear empleo.

Fuente: Cinco Días

A los ministros les parece caro llenar el depósito

Al parecer no hay constancia de concertación de precios entre las petroleras, aunque al Gobierno le preocupa, y mucho, el encarecimiento de los combustibles, y muy especialmente por su impacto en la inflación. Es «inasumible» el precio de las gasolinas ha dicho de forma tajante el ministro de Industria.

En declaraciones en la inauguración del XXVI Encuentro de las Telecomunicaciones organizado por la patronal Ametic y Telefónica, José Manuel Soria ha señalado que «no es asumible su aportación al Índice de Precios al Consumo (IPC)» y que «justifica una investigación». De hecho, en agosto la inflación escaló cinco décimas por el alza de los carburantes.

Sobre este asunto también se ha manifestado el ministro de Economía. En declaraciones a Onda Cero, Luis de Guindos ha dicho que eliminando los impuestos, el coste de los carburantes para los consumidores españoles es de los más altos en Europa y le sorprende que cuando se encarece el crudo, las gasolinas «suben como un cohete, pero bajan como una pluma».

Soria también ha anunciado un recorte considerable del coste del llamado ‘dividendo digital’, esto es la reasignación de nuevos canales de TDT. El plan del Gobierno fija la inversión en 300 millones en lugar de los 800 en que estaba fijado por el anterior Ejecutivo. Asimismo, se adelantará su aplicación un año, a enero de 2014.

Respecto a un posible nuevo Plan Renove de coches, el ministro ha echado marcha atrás y ahora descarta por completo un lanzamiento de un nuevo programa, como anunció la semana pasada, ya que no hay dinero. Soria ha dicho que sí habrá ayudas, pero no económicas

Fuente: El Mundo

Una flota de aviones, la última línea de defensa contra el cambio climático

penacho volcanico desde el espacio - efimarketMientras los políticos firman cada año acuerdos para reducir las emisiones que están detrás del cambio climático para incumplirlos después, los científicos están buscando vías para reducir su impacto. Desde colocar enormes espejos en el espacio para rebotar la radiación solar a convertir los océanos en sumideros de carbono, la geoingenería propone alterar el clima a escala planetaria.

Aunque los ecologistas temen que sea peor el remedio que la enfermedad, la dispersión de partículas reflectantes en la troposfera gana enteros como la mejor arma contra el calentamiento. Un estudio ha analizado seis posibles mecanismos para esparcirlas allí arriba, encontrando que una flota de aviones diseñados para esa misión sería la última línea de defensa para evitar el desastre.

Investigadores de las universidades de Harvard y Carnegie Mellon, junto a la empresa Aurora Flight Sciences, todas estadounidensse, han elaborado un informe sobre varios sistemas de gestión de la radiación solar que llega a la superficie de la Tierra. Han puesto el foco en la viabilidad técnica y el análisis de costes económicos de llevar toneladas de aerosoles hasta la troposfera, unos 20 kilómetros por encima de nuestras cabezas. No entran a valorar su eficacia ni sus riesgos, que dejan a los políticos.

La gestión de la radiación solar es una de las mayores apuestas de los geoingeniero para mitigar los efectos del calentamiento. Copiando un fenómeno natural como es el de la reducción de la temperatura provocada por las nubes de las erupciones volcánicas, los científicos han ensayado en laboratorio varios sistemas para recrear esta pantalla protectora.

Pero este nuevo estudio huye de polémicas. Sus autores, que lo acaban de publicar en Environmental Research Letters, se han limitado a analizar la viabilidad de seis tecnologías desde el punto de vista de la ingeniería y su coste económico. Analizaron desde la formación de una flota de aviones hasta el uso de cañones, pasando por varios dirigibles como medios para dispersar las partículas.

«El sistema más factible en este momento parece ser la fabricación de aviones de nuevo diseño», explica Jay Apt, director del Centro para la Industria Eléctrica de la Carnegie Mellon y coautor del estudio. Por su elevado coste, desaconsejan el uso de cohetes o cañones. Los primeros, desplegarían sus alas una vez llegados a su destino y, dispersadas las partículas, replegarían sus alas y caerían al suelo. En cuanto a los cañones, comprobaron la dificultad de usar unos nuevos de 16 pulgadas que está creando la Marina de EE.UU.

DIRIGIBLES, COHETES Y CAÑONES

La opción más barata teóricamente es la de usar dirigibles como dispersores. La nueva generación HLA poco tiene que ver con los zeppelin pero aún así, su maniobrabilidad a tan alta altura es un reto que la ingeniería actual no puede garantizar. Por eso, los investigadores apuestan por los aviones. Analizaron cinco tipos de aeronaves que hay en el mercado, desde un Boeing 747 hasta el bombardero supersónico Rockwell B-1B. Pero si los primeros no están diseñados para volar a 20.000 metros de altura, los segundos tendrían un coste de operación muy elevado.

El estudio sugiere diseñar un nuevo avión específicamente preparado como un dispersor desde cero que podría superar el principal obstáculo que tiene el resto de opciones: la altura. Se podría desplegar una flota de varias decenas de aeronaves a entre 18 y 25 kilómetros y en una franja que va desde los 30º norte y los 30º sur, en la zona intertrópicos, donde se concentra la mayor parte de la civilización. Esta flota sería capaz de reducir el flujo solar en un vatio por metro cuadrado dispersando en la troposfera un millón de toneladas de aerosoles (partículas de dióxido de azufre) al año.

El coste de llevar unos 20 kilómetros arriba esa cantidad de partículas y dispersarla iría desde los 800 millones de euros hasta los 1.500 millones cada año, dependiendo de la tecnología usada. Para los autores, esta cifra es más que asumible. Los daños derivados del cambio climático o el dinero dedicado a reducir las emisiones de carbono podrían suponer entre el 0,2% y el 2,5% del PIB mundial en 2030, según datos del IPCC. En euros, eso serían entre 160.000 millones y 2 billones de euros. Ninguno de los seis sistemas que analizan los investigadores costaría el 1% de esa cantidad.

Aunque el foco del estudio no es la eficacia de la gestión de la radiación solar ni sus posibles efectos secundarios, sí reconocen que es algo a tener en cuenta. Un sistema a escala global como este, podría alterar de forma irreversible el clima cambiando, por ejemplo, el régimen de lluvias de terceros países.

Hay otro riesgo: que los políticos usen estos aviones como tirita. «Debemos tener mucho cuidado y destacar que el bajo coste de la geoingeniería es sólo un aspecto de la gestión de la radiación solar», advierte Apt. «Hay muchos otros aspectos y esta opción no debería servir a los países para dejar de controlar sus emisiones sino como último recurso en el caso de que los daños climáticos sean inminentes», añade.

Fuente: MadrI+D

Qué es energía, qué NO es y cuanto cuesta un kWh

que es energia - efimarketHoy vamos a hablar de nuevo de energía. Gracias a la colaboración de Carlos, el webmaster de Nergiza (un blog muy interesante sobre energía), publicamos un artículo para aclarar ciertos conceptos básicos sobre energía, que a veces ni siquiera los periodistas que hablan de ello tienen claro, como veremos en unos ejemplos.

¿Qué es un kWh?

La unidad kWh se refiere siempre a energía, ya sea consumida, almacenada o generada. Aunque lo más común es ver esta unidad referida a energía eléctrica, no tiene porque ser así necesariamente, de hecho podríamos decir que cuando nos comemos una manzana, esta nos aporta 0,08kWh (70kcal).

¿Qué no es un kWh?

Un error bastante frecuente en muchos medios de comunicación es hablar de la unidad kW/h. Aunque parece lo mismo que el kWh, no lo es, de hecho, es algo bastante diferente. Al leer, solamente diferenciamos estas dos unidades con la preposición “por”:

  • kWh: kilovatios hora
  • kW/h: kilovatios por hora

Pero la unidad kW se refiere a potencia, por lo tanto, si la dividimos por una unidad de tiempo (kw/h) tenemos un término que no tiene sentido para el común de los mortales (a no ser que seas físico inmerso en algún tipo de investigación).

Ejemplos: 

 ejemplo mal uso de unidades de energia

Ejemplos mal uso de unidades de energia

 ¿Cuánto cuesta un kWh?

A día de hoy, para un usuario doméstico en España, el consumo de 1 kWh se le facturaría a 0,18€ aproximadamente, aunque esta tarifa se prevé que continúe subiendo hasta casi el infinito.

Por otra parte no debemos de engañarnos, porque según como utilicemos esta energía, puede salirnos mucho más cara. Una cosa tan común como cargar un teléfono móvil tiene una eficiencia energética que deja bastante que desear: Cada Wh que le aporto a la batería de mi teléfono puede llegar a consumir hasta 8Wh de la red eléctrica, por lo que el coste de cada kWh para cargar mi teléfono podría llegar a la increíble cantidad de1,48€/kWh

comparativa energia

Eso si, siempre podemos cargar el movil con alguno de los fantásticos cargadores solares que podemos encontrar en el mercado. Así, la cosa cambia…