Más del 80% de las viviendas tienen una calificación energética negativa, según el estudio que elaboró el Ministerio de Industria el año pasado. El mayor problema corresponde a las viviendas más antiguas, pero entre las nuevas también ocurre. Se estudiaron más de 13.000 edificios nuevos y se concluyó que un 42% de ellos tienen una calificación negativa (calificación E o inferior) y un 33% logra un aprobado justo (calificación D). Es necesario un cambio en la actitud de la población, ya que no es sólo una mayor eficiencia energética a la hora de construir las viviendas, sino también a la hora de vivir en ellas. La cifra más sorprendente del análisis de mil auditorías energéticas realizadas por Lavola es que con una inversión de 100€ se puede llegar a un ahorro de más de 400 € al año.
