Desertec, el megaproyecto solar del Sáhara, se desinfla

Desertec, el megaproyecto solar del Sáhara, se desinfla

Corría el año 2009 cuando una docena de empresas, entre las que se encontraban gigantes como E.ON, Siemens, Enel, Deutsche Bank o la española Abengoa fundaron la empresa Dii (Desertec Iniciativa Industrial) con el objetivo de desarrollar una ambicioso proyecto: Desertec. La meta era construir en el desierto del Sáhara un gigantesco parque solar capaz de producir para 2050 hasta 125 gigavatios de electricidad o, lo que es lo mismo, cubrir el 100% de la demanda de Marruecos y entre el 15 y el 20% de Europa, cuyo destino sería fundamentalmente la región central.

Tres años más tarde, el proyecto valorado en 400.000 millones de euros, parece desinflarse, a pesar de que este mismo verano, el gerente de Dii, Paul van Son, aseguraba en Múnich que Europa podría ahorrarse alrededor del 40% de sus costes energéticos con el uso de energía generada en el desierto del norte de África. Según Van Son, «la mejor manera de lograr un abastecimiento energético sostenible y libre de CO2 sobre la base de las energías renovables es a través de la cooperación entre ambos lados del mar Mediterráneo».

Van Son era ajeno entonces al abandono del proyecto de uno de sus principales socios, la alemana Siemens, cuyo portavoz, Torsten Wolf, zanjaba su marcha a finales de octubre asegurando que «nuestro trabajo en Dii se ha terminado». Hasta su marcha, Siemens proporcionó fondos y expertos para los estudios preliminares. Sin embargo, la compañía alemana anunció este año un giro a su estrategia de renovables, afirmando que abandonaría parcialmente la solar en favor de la eólica y la hidroeléctrica.

Siemens sostiene que la energía solar no ha cubierto sus expectativas de rentabilidad, debido «al entorno cambiante, su lento crecimiento y la fuerte presión en los precios». Javier García Breva, presidente de la Fundación Renovables y uno de los mayores expertos en la materia, asegura que, efectivamente, «la caída en el precio de los paneles fotovoltaicos ha sido espectacular en los últimos años«, hasta el punto de que las estimaciones hablan de bajadas de hasta un 65% entre 2006 y 2012.

energia solar concentracion

Ante este revés, Paul van Son no tardó en afirmar que la marcha de Siemens «no afectará al desarrollo de las siguientes fases del proyecto». En este sentido y aunque no está del todo claro que vaya a formar parte de Desertec, la compañía alemana ya ha recibido los primeros pedidos de turbinas eólicas por parte de Marruecos -ha comprado 44-, que para 2020 espera generar hasta 6 gigavatios a partir de energías renovables.

Sin embargo y tan sólo dos semanas después, Dii ha sufrido una nueva deserción: Bosch, que según ha declarado su portavoz abandona el proyecto debido a «las condiciones económicas» que impiden «la continuación de nuestra participación».

El freno de España

A pesar de que la marcha de Siemens y Bosch podría cubrirse con la llegada al consorcio de la estadounidense First Solar, especializada en la fabricación de módulos fotovoltaicos; y la asiática State Grid Corporation of China, son muchos los que cuestionan la viabilidad de la iniciativa. Si bien es verdad que expertos como García Breva están convencidos de lo contrario, no es menos cierto que «en el actual contexto económico y dada la gran dependencia de incentivos públicos, no cabe duda de que se alargarán los plazos«.

Precisamente la crisis parece esconderse tras otro de los frenos que ha encontrando Desertec a su paso: el Gobierno de España. Una de las primeras piedras del proyecto pasaba por la firma de una declaración de intenciones por parte de los países comunitarios y Marruecos para laconstrucción en el Sáhara de la primera planta solar, por valor de unos 600 millones de euros. Alemania, Francia, Italia, Luxemburgo y Malta ya han transmitido al ministro de Industria de Marruecos, Abdelkader Amara, su disposición a firmar el acuerdo, siendo España la única que frena el avance del proyecto, a pesar de que a día de hoy es le único país de la Unión Europea (UE) unido a Marruecos a través de redes eléctricas, en concreto, dos cables de submarinos de 25 kilómetros a través del estrecho de Gibraltar, con una capacidad disponible de entre 400 y 1.000 megavatios, según Van Son.

Tras la decisión de España de retrasar la firma se encontraría su actual situación económica, aunque García Breva no duda al afirmar que «España, tanto con el anterior Gobierno como con el actual, está ejecutando una política energética reaccionaria, paralizando o frenando las inversiones en energías renovables e incentivando los combustibles fósiles, al revés de lo que está haciendo el resto del mundo».

Como ejemplos de su discurso, el presidente de la Fundación Renovables explica que «la propia Moody’s sostiene que a medida que las energías renovables están ganando competitividad, y de hecho así es, los fósiles la están perdiendo». Asimismo, continúa el experto, «tras el desastre de Fukushima, Goldman Sachs está animando a Japón a apostar por las renovables y ya han concedido las primas más altas del mundo, porque se han dado cuenta de que la mejor y más rápida manera de sustituir gigavatios nucleares es con las renovables«.

Falta de infraestructuras de redes

Como sucede ahora con Japón, los antecedentes de Desertec también se encuentran en otro desastre nuclear, el vivido en Chernóbil en 1986. Tras aquella catástrofe, el científico Gerhard Knies tuvo la idea de aprovechar la energía solar del desierto del Sáhara y, con la ayuda del príncipe El Hassan Bin Talal de Jordania comenzó a trabajar con laboratorios de investigación de Alemania y el Norte de África, desde Marruecos a Argelia y Egipto.

Así surgiría Desertec, en medio de la polémica por si los emplazamientos de los parques solares se encontrarían en el Sáhara Occidental, ocupado ilegalmente por Marruecos según el Derecho Internacional. Coincidiendo en el tiempo, el Gobierno francés auspiciaría otro proyecto denominado Transgreen que, con el apoyo del gigante EDF y de la Red de Transporte Eléctrico francesa (RTE), abordaría las interconexiones euromediterráneas de alto voltaje y corriente continua. Un proyecto que ilustra perfectamente el problema real con el que se encuentra Europa en este tipo de iniciativas, según apunta García Breva: «El problema no radica tanto en la generación de energía como en su transporte y el quid de la cuestión se va a encontrar, precisamente, en la carencia de grandes infraestructuras de redes».

En su opinión y «aunque en los planes europeos se mantienen las conexiones mediterráneas, aun habrá que esperar a que termine esta crisis para que se desarrollen estos planes». La situación de dependencia extrema por parte de Europa del gas argelino y ruso es preocupante a medio plazo, explica, y «la UE tendrá que apostar de una vez por todas por las renovables«.

Fuente: Público

Nuevo récord de gases que calientan el planeta en la atmósfera

Nuevo récord de presencia en la atmósfera de gases que calientan el planetaSegún el último boletín anual de la OMM sobre esos gases, presentado ayer en Ginebra, desde la era preindustrial (1750) se han emitido a la atmósfera cerca de 375.000 millones de toneladas de dióxido de carbono, de los que la mitad permanece en la atmósfera, mientras que el resto ha sido absorbido por los océanos y la biosfera (los seres vivos de la Tierra).

La presencia de dióxido de carbono y de otros gases de larga duración con la propiedad de retener el calor son la causa del aumento del 30 por ciento del efecto de «reforzamiento radiativo», a partir del cual se explica el calentamiento del planeta presentado en el informe.

La principal fuente de carbono en su forma de dióxido es la quema de combustible fósil, como petróleo y gas, y el uso de la tierra (deforestación de bosques tropicales).

Larga vida del CO2 en la atmósfera

Los millones de toneladas de carbono en la atmósfera «permanecerán en ella durante siglos, lo que provocará un mayor calentamiento de nuestra planeta e incidirá en todos los aspectos de la vida en la Tierra», advirtió al presentar el boletín el secretario general de la OMM, Michel Jarraud.

«Aunque detuviéramos las emisiones mañana, lo que sabemos que no es posible, tendremos estos gases en la atmósfera por miles de años«, agregó, para enseguida señalar que no sólo su concentración aumenta, sino que el ritmo al que lo hace se acelera cada vez más, de manera exponencial.

Peor aún, los científicos no pueden asegurar que el planeta seguirá teniendo la capacidad de absorber las cantidades de carbono y otros gases que también contribuyen al cambio climático, como ha sucedido hasta ahora.

«Ya hemos observado que los océanos se están volviendo más ácidos como consecuencia de la absorción de dióxido de carbono, lo que puede repercutir en la cadena alimenticia submarina y los arrecifes de coral», dijo Jarraud.

En ese sentido, admitió que la ciencia aún no tiene una plena comprensión de las interacciones entre esos gases, la biosfera terrestre y los océanos.

Dióxido de carbono

El dióxido de carbono es el más abundante de los gases de efecto invernadero de larga duración y su concentración actual representa un 40 por ciento más que en la era preindustrial, pero el metano y el óxido nitroso también juegan un papel en este fenómeno.

El primer gas ha sido responsable del 85 por ciento del «reforzamiento radiativo» en los últimos diez años, el metano ha contribuido en un 18 por ciento y el óxido nitroso en aproximadamente un 6 por ciento.

El 60 por ciento del metano -cuya presencia ha alcanzado un máximo sin precedentes con 159 por ciento más que a mediados del siglo XVI- proviene de los cultivos de arroz, la explotación de combustibles fósiles, vertederos o combustión de biomasa, así como de rumiantes, mientras que el resto proviene de fuentes naturales (humedales y termitas).

Entre las fuentes del óxido nitroso se encuentra igualmente la combustión de biomasa, así como el uso de fertilizantes y procesos industriales, y su presencia en la atmósfera supone hoy un 20 por ciento más con respecto al nivel preindustrial.

Vía EFEVerde

Disponible desde hoy la aplicación Engage para Android en Google Play

Disponible desde hoy la aplicación Engage para Android en Google Play

Los usuarios del sistema Efergy Engage estamos de enhorabuena: a partir de hoy mismo está disponible la app para Android de Engage, en Google Play Store.

A través de esta aplicación podemos controlar el consumo energético de nuestra instalación desde cualquier lugar y en cualquier momento.

La esperada aplicación de Efergy ha sido desarrollada contra-reloj tras ser muy demandada por los clientes que adquerían los Efergy Engage Hub, el sistema definitivo de Efergy para poder enviar los datos de consumo de nuestra instalación eléctrica al sitio web Engage.

En Engage podemos conocer nuestro consumo actual instantáneo de energía, ver la curva de carga de la instalación en las últimas 24h (con detalle cada 6 seg.), por día o por meses. Se puede visualizar ese consumo en euros o emisiones (kg CO2), así como indicar un presupuesto estimado y controlar si nos quedamos por encima o debajo del mismo.

Por otro lado, está aun pendiente que se actualicen otras funciones, como compratir esos consumos en redes sociales (facebook y twitter) y comparar nuestro consumo con el de otros usuarios de Engage.

engage android

Pues bien, todo esto podemos hacerlo desde hoy ya desde nuestro smartphone Android gracias a la nueva aplicación.

Los usuarios de iPhone todavía deberán esperar algunas semanas más, ya que el proceso para publicar apps en Apple Store es más exigente.

En cualquier caso, tan pronto esté disponible para iPhone, os avisaremos desde el Blog de Efimarket.

Descargarla y a disfrutar!! Por cierto, si tras usarla queréis comentar que os parece, dejad un comentario! Se lo haremos llegar a Efergy para que sigan mejorando sus productos.

La producción eólica española equivale a 200.000 barriles de petróleo cada día

La producción eólica española equivale a 200.000 barriles de petróleo cada díaGracias a los avances hechos en la extracción de energía del viento, la industria eólica española ha conseguido que en un solo día –el 1 de noviembre- se haya podido extraer de la fuerza del viento el equivalente a 200.000 barriles de petróleo (300.000 MWh), con la ventaja de que los consumidores han podido utilizar esta energía en forma de electricidad en los enchufes de su casa.

Si esa energía se presentara en forma de petróleo, los barriles puestos en fila hubieran llegado de Madrid a Ávila. Toda esa energía limpia puesta en el punto de consumo: nuestros hogares y empresas. ¿Dónde se extrajo? En las instalaciones que hay en más de 500 ayuntamientos de 45 provincias españolas donde hay parques eólicos.

¿Un gran logro? Pues hay otro que no lo es menor: toda esa energía llegó a los hogares y empresas españolas sin ningún contratiempo y llegó a cubrir el 52% de toda la demanda de electricidad del país. ¿Somos o no somos buenos en esto? Cuando las cosas se hacen bien hay que decirlo: la ingeniería eólica española es de clase mundial, y la eléctrica también. Es gracias a los increíbles recursos humanos y empresariales que tenemos que esta hazaña ha sido posible. Tiene que ser un símbolo de la capacidad de superación que debe guiar la recuperación del país. Si somos capaces de crear en 20 años unas infraestructuras de aprovechamiento del viento que nos han hecho ahorrar desde 2005 hasta ahora la importación de 350 Millones de barriles de petróleo, que puestos uno encima de otro llegarían hasta la luna, ¿de qué no seremos capaces en los próximos 20 años?

Y la pregunta del millón ¿Cuánto cuesta? Si queremos comparar el coste de la electricidad  eólica con la generada con derivados del petróleo, podemos coger los datos de la CNE y de REE para ver como compiten en, por ejemplo, Canarias: la eólica recibe de media 8,5 c€/kWh, incentivos incluidos (datos de CNE hasta agosto), mientras que la generación con derivados del petróleo costaba de media 20,5 c€/kWh.  En electricidad es más barata la eólica que los derivados del petróleo, y en energía para transporte también puesto que el coste de recorrer 100 km con un coche eléctrico cuesta 3 euros mientras que con un coche de gasolina cuesta 7,5 €. Lo único que ocurre es que llevamos 100 años apostando casi sólo por el motor de combustión para el transporte y ahora nos va a costar mucho cambiar las infraestructuras para que el vehículo eléctrico sea una alternativa real. Después de más de 5 años de altos precios del petróleo, hay mucho capital invertido en investigar y desarrollar la opción eléctrica para el transporte: todo hace pensar que a partir de 2015 tendremos importantes reducciones en los costes de las baterías, lo cual hará más asequible hacer el cambio al transporte eléctrico. Y allí pueden estar las empresas eólicas españolas: preparadas para suministrar con energía autóctona y no contaminante el futuro del transporte español.

Sin embargo, actualmente a la energía eólica en Canarias (y en toda la península) se le ha impuesto una moratoria a las primas para nuevas instalaciones, incentivos que se aprobaron en su día para reducir la dependencia energética del país y la contaminación del sector energético. Esta es una realidad de la política energética actual que nos deja perplejos.  Podemos mejorar la situación energética, industrial y económica del país. ¡Apostemos entonces por la energía eólica!

Vía Ecoticias

Oligopoly, la verdad sobre los precios de la electricidad y las gasolinas

Oligopoly, la verdad sobre los precios de la electricidad y las gasolinasHoy queremos hacernos eco de un de los mejores reportajes sobre la energía en España que se han realizado en TV hasta ahora. Se trata de la última entrega del programa «Salvados», de Jordi Évole, que se emite los domingos en La Sexta. Si aun no os habíais escandalizado por todo lo que os venimos contando e informando desde el Blog de Efimarket, ahora teneis ocasión de verlo bien explicadito gracias al fenomenal trabajo del equipo de Salvados.

En esta última entrega de ‘Salvados‘, Jordi intentaba comprender una factura de la luz. Y es que, en la etapa de crisis que lleva España, la factura de luz no ha dejado de subir. Para hablar de este tema, Jordi Évole entrevista a Carmen Monforte, periodista ‘Cinco Días’, en la Central Nuclear de Trillo en Guadalajara.

El misterio de la factura es que la mitad de lo que pagamos los clientes es por «una tarifa o peaje de acceso», que son unos costes que se han ido incrementando en los últimos años, provocando la fuerte subida de la luz. Esos peajes son: «por transporte y distribución de energía, las primas por fomentar el desarrollo de las energías renovables, una tarifa especial para las grandes empresas industriales y el déficit de tarifas, a parte de partidas pequeñas como la moratoria nuclea o las extras peninsulares«, explica la periodista.

La luz nunca va a dejar de subir, porque tenemos una deuda de 24.000 millones que pagar

La moratoria nuclear «fue una paralización de las inversiones que estaban en marcha en las centrales nucleares que decretó el primer Gobierno del PSOE». «Las empresas reclamaron y el Gobierno entendió que tenía que retribuirles la inversión que les había paralizado». Este año, se pagan «52 millones de euros» de moratoria.

El concepto que peor le suena a Jordi Évole es el déficit tarifario. Carmen dice que es como «el déficit público». Se van pagando en la factura anualidades del déficit de todos los años que se ha producido, para evitar subir la tarifa. No estamos pagando a las eléctricas lo que cuesta la electricidad, «cuesta 24 mil millones más», acumulados desde el años 2000. Este déficit de tarifa «se lo inventó Rodrigo Rato cuando decidió que la luz no podía subir por encima de la inflación», comenta Monforte.

Hoy en día «no hay política energética seria. Hay desbarajuste total». El actual Gobierno no ha hecho gran cosa por mejorar este desbarajuste, a parte de perjudicar al sector renovable y sacarse un impuesto-parche del 6% para todos.

En los últimos años, se ha pagado más en la factura de la luz, pero sin embargo, la deuda no se ha reducido. La razón es que «el déficit se lleva a cumulando desde el año 2000 y con el sistema de financiación a plazos, se va pagando pequeñas cantidades y como se pagan intereses, es una bola de nieve«.

Jorge Fabra, sobre el ejecutivo en el sector eléctrico

Jorge Fabra, ex consejero de la Comisión Nacional de Energía se sincera sobre el ente regulador para el que trabajaba y el papel del Gobierno en el sector eléctrico.

En el sector eléctrico, en 2008, la Comisión Nacional de Energía emitió un informe en el que advirtió al Gobierno que se estaba produciendo una enorme brecha entre precios y costes y que estaba produciendo un enorme desequilibrio en contra de los consumidores. El Gobierno «no hizo nada», comenta Jorge Fabra, ex consejero de la Comisión Nacional de Energía.

Cuando Jorge Fabra estaba en la Comisión Nacional de Energía «faltaban datos sobre los costes». La CNE dejó de hacer un seguimiento de los costes de producir energía eléctrica en 1997, porque «quien establece los costes para los consumidores son los precios del mercado» y se abandonó el seguimiento de los costes. «Un disparate«.

Por ello, los consumidores «pagan por la energía, precios superiores a los que correspondería a los costes reales de prestar los servicios correspondientes y entregar el bien energético correspondiente», asegura Fabra.

La primera reforma que habría que hacer es «derogar todas las normas que existen y comenzar desde cero». Para Fabra, «el Gobierno no se tiene que reunir con las empresas, se tienen que reunir con los ciudadanos que les vota. Tiene que tomar sus decisiones con absoluta independencia». «Cada uno tiene que jugar su papel en la sociedad. Las empresas tienen que defender sus intereses y los políticos, el Gobierno y las instituciones tiene que defender los intereses generales, que se están defendiendo mal«.

Jorge Morales explica la fijación de tarifas

Cuando llega la factura, el precio que se cobra por kilovatio hora «se fija con una parte por peajes y otra por subasta«, según explica a ‘Salvados’ Jorge Morales de Labra, Director de GeoAtlanter.

Hay dos tipos de subasta: la que se hace todos los días y otra trimestral, que tiene que ver con la variación de precio. En la subasta diaria, participan exclusivamente compañías eléctricas, a través de un mercado electrónico.

La energía le cuesta al consumidor igual porque «la factura de la luz se paga a un precio fijo determinado por el Gobierno, pero al comercializador de energía le sale más barato que se consuma por la noche que en hora punta», declara Jorge.

El precio se fija con las curvas de oferta y de demanda, . En una subasta, ‘gobernada’ por los oligopolios «el coste del producto no tiene nada que ver con lo que cuesta el producto». Un coste que «se niegan a enseñar». No se puede saber lo que en realidad cuesta un kilovatio hora, «si no abren sus cuentas a una auditoría pública», comenta el Director de GeoAtlanter.

En una subasta trimestral, participan las eléctricas y agentes financieros que «negocian con el precio de la electricidad, especulan». «Son inflacionistas para ganar un dinero adicional». El Gobierno lo permite. Algo que Ángel ha denunciado desde hace dos años porque «produce un sobrecoste en el precio de la luz de un promedio de más de 500 millones de euros anuales». Además, el Gobierno «les reconoció una prima de riesgo, aunque luego la eliminaron». Esto que se da en el sector eléctrico se da también «en el sector petrolero».

«La petrolera me indica qué cifra tengo que poner en el monolito»

Los precios de gasolina le lllaman la atención a Jordi Évole, quien acompañado de Alfredo Hernández, Asesor Jurídico de Estaciones de Servicio (CEEES), acude al dueño de una estación de servicio para que cambie la cifra de los carburantes.

Jordi Évole quiere saber si las gasolineras pueden cambiar los precios del carburante y va a hablar con el dueño de la estación de servicio donde se encuntra.»Se nos cae la cara de vergüenza porque no sabemos cómo explicar a los clientes que no podemos dar descuentos porque entro en pérdidas». Él no puede hacer nada porque «la petrolera me indica qué cifra tengo que poner todos los días en el monolito», aunque la estación de servicio es suya.

Al principio, entre los gasolineros y las petroleras se repartían los beneficios a partes iguales, pero «ahora la tarta no es esa».

Conclusiones del reportaje

Tras visionar el reportaje uno no puede evitar indignarse. Los amigos de «Salvados» consiguen explicarnos de una forma muy amena y visual la permanente estafa a la que estamos sometidos los ciudadanos de este país por parte del oligopolio energético.

Desde que Efimarket inició su andadura hemos estado denunciando e informando al ciudadano estos mismos hechos, y nos alegra sobremanera el gran trabajo audiovisual y periodístico que el equipo de «Salvados» ha realizado. Desde aquí les damos la enhorabuena. Ahora, hay que seguir informando y luchando por un cambio en la política energética, una política estratégica en la que nos estamos jugando gran parte de la viabilidad económica de este país.

Redacción Efimarket

El autoconsumo fotovoltaico ya es competitivo

El autoconsumo fotovoltaico ya es competitivoPor fin se ha conseguido, y mucho antes de lo esperado. Producir energía fotovoltaica para autoconsumo instantáneo ya resulta competitivo en España, ya que el país ha alcanzado la paridad de red, esto es, el momento en el que el coste de generar electricidad es igual al coste de la electricidad en la red.

Esta consideración aparece recogida en un estudio elaborado por la consultora Eclareon y llamado PV Grid Parity Monitor‘. En su primera edición, patrocinada principalmente por SMA, Saint Gobain y Gas Natural Fenosa, se analiza la paridad de red en catorce ciudades de siete países, que son AlemaniaItalia, España, Estados Unidos, Brasil, Chile y México.

En las conclusiones se aprecia que, en el segmento residencial, la tecnología fotovoltaica ya es competitiva frente a los precios minoristas de electricidad en España en algunas partes de Chile y, en algunos casos, en México e Italia.

En este gráfico del estudio se muestra que la paridad de red en la latitud de Madrid está muy próxima.
En Canarias, gracias a su mayor insolación, la paridad de red es ya una realidad, así como en la mitad sur de la península

Esta situación se extenderá además rápidamente a las regiones del norte de España, que cuentan con menos insolación, ya que a inicios de 2013 hay previstas nuevas subidas del precio de la electricidad.

En todo caso, Eclareon indica en una nota que la llegada de la paridad de red fotovoltaica no implica que la tecnología haya dejado de necesitar apoyo gubernamental. Al contrario, señala, para que el mercado fotovoltaico de autoconsumo pueda desarrollarse es necesario que las autoridades concentren sus esfuerzos en reducir las barreras administrativas y en crear o mejorar los mecanismos de regulación.

Estos avances regulatorios deben permitir que los «autoconsumidores» de electricidad puedan verter a la red su excedente de energía. En este sentido, la normativa es aún «mejorable» en muchos países, indica el informe.

«La paridad de red fotovoltaica es una oportunidad única para desarrollar una tecnología de generación de energía local y sostenible de una manera eficiente. Sin embargo, es necesario que la regulación sea la adecuada y que los sistemas eléctricos se adapten a esta nueva realidad», afirma el socio de Eclareon David Pérez.

Fuente: lainformacion.com

La boya más eficiente para generar energía a partir de las olas

La boya más eficiente para generar energía a partir de las olasLa compañía española Pipo Systems ha ideado un nuevo modelo de boyas de generación de energía eléctrica a partir de las olas, capaz de producir un 137 % ciento más que las del mercado.

La intención de Pipo Systems es fabricar este sistema de boyas, denominado APC-PISYS, para crear parques de energía undimotriz mar adentro, aunque cercanos a la costa y de menor impacto paisajístico que los actuales parques eólicos marinos.

Estas boyas suponen un gran avance en relación a las existentes, pues se alimentan de energía eólica o solar. A diferencia de los modelos desarrollados hasta el momento, APC-PISYS está compuesto por una boya de superficie, otra sumergida de volumen variable y una tercera de posicionamiento, donde se alojan los elementos de control, generación y medición de la potencia, y que permite mantener una profundidad constante mediante un sistema de amarres al fondo marino.

La boya más eficiente para generar energía a partir de las olas

Las nuevas boyas convierten el movimiento de las olas del mar – que es la energía más potente, constante y limpia- en electricidad que se transporta a tierra para su posterior suministro. Según los datos obtenidos en la prueba piloto, con una potencia instalada de 800 kilovatios se podrían generar 3.25 gigavatios por hora al año.

Además, el sistema puede producir agua desalada o conducir agua de mar hasta la costa para su desalación. Este sistema de producción de agua para el consumo humano, podría abaratar el coste del litro suministrado en casi el 90%. Para el desarrollo de este sistema de desalación, la empresa contará con la colaboración de la compañía Acciona Agua.

El modelo ha contado con el apoyo de la Plataforma Oceánica de Canarias, ubicada en Telde (Gran Canaria, isla al sur de España), donde se ha probado. También han participado el Ministerio de Economía y Competitividad, la Universidad Politécnica de Cataluña y la ingeniería Anortec.

Fuente: MadrI+D

La producción agrícola supone el 29% de las emisiones globales de gases invernadero

La producción agrícola supone el 29% de las emisiones globales de gases invernaderoDatos recopilados por el Grupo de Investigación del Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS) del CGIAR señalan que cada año la producción agrícola y de alimentos emite a la atmósfera 17.000 megatoneladas de dióxido de carbono, una cifra mayor de la ofrecida en anteriores estimaciones.

Dos informes elaborados por el CCAFS apuntan a la necesidad de combinar la reducción de esas emisiones con medidas de adaptación que exigirán un reajuste de la localización de los cultivos y de los lugares donde criar el ganado.

Las cosechas de maíz, arroz y trigo -los tres principales cultivos en términos de calorías proporcionadas- descenderán en muchos países en vías de desarrollo coincidiendo con el aumento de las temperaturas y la mayor dificultad para predecir las lluvias.

El cambio climático podría provocar en 2050 una caída del 13 por ciento en el rendimiento de los cultivos de trigo en esos países, una bajada que sería del 15 por ciento en el caso del arroz y de entre el 10 y el 20 en el del maíz en el continente africano, según cálculos del CCAFS.

«Son los pequeños agricultores en África y el sur de Asia y los pobres en las ciudades quienes gastan la mayor parte de su salario en comida, esa es la gente que tendrá menos que comer en el futuro a menos que haya una adaptación a un mayor ritmo», señaló en un comunicado Robert Zougmoré, líder del CCAFS en África Occidental.

Los ecosistemas que sostienen la agricultura también se verán afectados, por ejemplo los recursos acuíferos, al igual que la intensidad de las pestes y enfermedades, que limitarán aún más la producción de alimentos.

A pesar de que el principal peligro se cierne sobre los países subdesarrollados y en desarrollo, los informes advierten de que se generarán alteraciones «profundas» en la forma de cultivar y producir alimentos en todo el planeta.

«Esto afectará a distintas partes del mundo de formas radicalmente distintas, pero todas las regiones tendrán que cambiar su aproximación actual a qué se planta y qué se come», según Sonja Vermeulen, investigadora jefe del CCAFS.

De ahí que el programa resalte la «necesidad urgente» de que los pequeños agricultores, sobre todo en los países en desarrollo, puedan acceder a los últimos avances científicos y a más recursos y tecnología avanzada.

«Esta investigación sirve como una llamada de emergencia para los negociadores en la próxima reunión de la Convención de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC) en Doha», denuncia Bruce Campbell, director del CCAFS.

Fuente: EFEVerde

Demostrado: el apagón nuclear alemán ya genera beneficios económicos y medioambientales

Demostrado: el apagón nuclear alemán ya genera beneficios económicos y medioambientalesEl desastre de Fukushima no provocó la decisión de Alemania de abandonar la energía nuclear, sólo aceleró un proceso que estaba en marcha desde hacía al menos una década, según varios expertos. Los alemanes han conseguido desligar su crecimiento económico del suministro energético y la dependencia atómica.

Cuando la canciller alemana, Angela Merkel, anunció el cierre de ocho centrales nucleares y la revisión del resto, sólo habían pasado cuatro días del accidente de Fukushima, sucedido el 11 de marzo de 2011. Aún se desconocían las dimensiones del desastre y muchos vieron en el apagón nuclear germano una decisión precipitada, cuando no una “estupidez” de los políticos, como titularía la revista Forbes. Sin embargo, los alemanes son demasiado serios y lo que menos hay en el adiós de Alemania a la energía nuclear es precipitación.  Llevaban tres décadas preparándose para un abandono que ya les está dando beneficios económicos y medioambientales.

En una serie especial, el Bulletin of Atomic Scientists (BoAS) ha reunido a una serie de expertos para analizar el desmantelamiento de las centrales nucleares alemanas y su impacto sobre la economía y la vida de los alemanes. Según el plan anunciado por Merkel, aprobado por el parlamento federal alemán en julio de 2011, a las ocho plantas cerradas se le irán añadiendo las otras nueve que siguen operativas de forma paulatina. Para 2022, Alemania ya no tendrá energía nuclear. Otras fuentes, en especial las renovables, tendrán que tomar el relevo. Y esa transición tendrá que hacerse sin poner en peligro la economía del país.

“La decisión alemana de conseguir un futuro sin nucleares fue de todo menos precipitada e irreflexiva”, escribe el editor del BoAS, John Mecklin, en la presentación de los cinco artículos que forman esta edición especial. La decisión de Merkel, una pronuclear en el pasado reciente, bebe en realidad de un poso histórico que nace con las primeras movilizaciones contra la instalación de centrales nucleares en los años 70 y se realimenta con Chernóbil. Fukushima sólo da la puntilla a un cadáver andante. Mucho antes del tsunami que golpeó las centrales japonesas, en Alemania había consenso político y social contra lo nuclear.

Mapa nuclear de alemania
Este es el mapa nuclear alemán a agosto de 2011: Un total de 15 centrales desmanteladas, varias de ellas en territorio de la antigua RDA (en verde), otras ocho paralizadas (en amarillo) y las nueve restantes dejarán de funcionar en 2022. / Bundesamt für Strahlenschutz

Ya en 2002, gobernando una coalición de socialdemócratas y verdes, se aprobó una ley que incluía la prohibición de construir nuevas centrales y limitar la producción eléctrica de las existentes. Con el cambio de gobierno, en 2005, los conservadores no cambian la legislación. A lo más que llegó Merkel fue a ampliar la vida útil de los reactores, medida que anuló tras Fukushima. Hoy, el 90% de la población germana es favorable al apagón nuclear.

De hecho, el gobierno de Merkel aprobó la energiewende, un ambicioso plan para pasar toda la economía alemana a una estructura energética baja en emisiones y sin usar la energía nuclear. Como destaca el profesor de la Universidad Libre de Berlín, Lutz Mez, “la energiewende ha desligado el crecimiento económico del suministro energético”. Alemania es de los pocos países industrializados que ha reducido sus emisiones. Sus necesidades de energía primaria han pasado de 14.905 petajulios (unidad para medir energía) en 1990 a 13.374 en 2011. En ese mismo periodo, las emisiones de CO2 han pasado de 1.042 millones de toneladas a 800 millones de toneladas.

El desmantelamiento nuclear no afecta al crecimiento económico

¿Ha perjudicado esta reducción del consumo energético a la economía alemana? En absoluto. El Producto Interior Bruto (PIB) de Alemania fue de 1,8 billones de euros en 1990. En 2011 ya era de 2,44 billones de euros, un aumento del 36%. Y todo eso, con una reducción de la energía de origen nuclear, que ha pasado del 11,2% hace 22 años, al 8,8% del año pasado. De hecho, aunque el consumo de electricidad ha aumentado, las centrales nucleares han reducido a la mitad sus aportaciones hasta el 17,6%. Una cuarta parte de la electricidad del primer semestre de 2012 ya procedía de energías renovables.

Porque esa es otra de las singularidades del apagón nuclear: su vinculación a la lucha contra el cambio climático. Alemania, cuarta potencia económica y sexto emisor de CO2, se ha propuesto para 2020 reducir sus emisiones en un 40% con respecto al nivel de 1990. Y, para 2050, están confiados en bajarlas hasta el 95%.

“A diferencia de otros muchos países, donde hay una gran división sobre si el apoyo a las renovables tiene sentido desde un punto de vista económico, en Alemania hay un relativamente gran acuerdo sobre su papel crítico en el futuro del país”, razona Miranda Schreurs, también de la Universidad Libre de Berlín. Precisamente, una de las razones del consenso político de los alemanes sobre el apagón nuclear es que ha venido generando una industria alternativa muy pujante. El sector eólico, por ejemplo, daba trabajo a 27.000 personas (entre directos e indirectos) en 2000. Cuando Fukushima, trabajaban 370.000 sólo en la eólica.

Bueno para el medio ambiente, bueno para la economía, pero también bueno para el bolsillo de los alemanes. En el último de los trabajos publicados por el BoAS, el investigador del Instituto de Ecología Aplicada y uno de los miembros del Grupo de Expertos del Energy Roadmap 2050 de la Comisión Europea, Felix Matthes, analiza los diferentes escenarios de precios finales de la electricidad en una Alemania sin nucleares. En el escenario más probable, el recibo de la luz podría subir unos cinco euros por megavatio-hora durante algunos años alrededor de 2022, fecha en la que se apagará la última central nuclear alemana. Sin embargo, también existe la posibilidad de que no suba el precio. También estima que el impacto negativo del cierre de todas las centrales en favor de las renovables sobre el PIB podría suponer el 0,3% en los años anteriores a 2030. Muy poco, si se compara con los riesgos de otro Fukushima.

Visto en esmateria.com

Biocarburante sí, pero no los procedentes de tierras de cultivo

Biocarburante sí, pero no los procedentes de tierras de cultivoLa Comisión Europea dio el mes pasado la razón a quienes desde hace años señalan a los biocarburantes como una de las causas del hambre en el mundo y de la subida del precio de los alimentos. Bruselas anunció un cambio legal para limitar el uso de biocombustibles procedentes de tierras de cultivo y que a partir de 2020 solo serán subvencionables los procedentes de desechos, paja o algas, que no pueden ser sospechosos de encarecer la comida. Su mensaje es: biocarburantes sí, pero no todos.

Intermón Oxfam, por ejemplo, publicó el pasado septiembre un informe titulado «Las semillas del hambre» sobre el tema, en el que afirma: “La sed europea de biocombustibles augura más hambre, mientras los precios de los alimentos se disparan”.

Lourdes Benavides, responsable del estudio, afirma: “No tiene sentido que se produzca en países pobres carburante para nuestros automóviles. Se desvían recursos a la exportación de cereales, azúcar u oleaginosas y además, eso incide en la subida de los precios de los alimentos”. La propuesta de la Comisión, según Benavides, “da una señal clara al mercado y a los productores de los carburantes. Es un paso adelante, pero es insuficiente y llega tarde”.

También hay críticas entre los ecologistas, con el argumento de que si arrasas un bosque tropical para producir biodiésel que luego se transporta a la otra parte del mundo, las ventajas en forma de reducción de emisiones no son tales. “Siempre ha estado la polémica sobre las reducciones reales de gases de efecto invernadero que tienen los biocarburantes. Depende de la tierra en la que se cultive. No es lo mismo en una selva forestal sobre una turbera y que se traslade grandes distancias. No es lo mismo que el bioalcohol producido cerca del lugar de consumo. Debería prohibirse en ciertas tierras”, afirma el ecologista Ladislao Martínez.

La Comisión Europea acepta estos argumentos y, en un comunicado publicado ayer, anuncia una reforma legal que limita “al 5% el uso de biocombustibles fabricados a partir de cultivos alimentarios con el fin de alcanzar el objetivo de 10% de energía renovable” fijado en la directiva europea.

Connie Hedegaard, comisaria de Acción por el Clima, declaró en una nota: “Para que los biocombustibles contribuyan a combatir el cambio climático, debemos utilizar aquellos realmente sostenibles. Tenemos que invertir en biocarburantes que reduzcan realmente las emisiones y no compitan con la producción de alimentos. Ello no significa en modo alguno que abandonemos los de primera generación, sino que es una señal clara de que el crecimiento futuro de los biocombustibles debe venir de la mano de los avanzados. Cualquier otra cosa será insostenible”.

La industria de los biocarburantes reaccionó airada a la propuesta de la Comisión —a la que le queda un largo camino, pero que marca una senda difícil de variar—. La patronal española, APPA, aplaudió que la propuesta sea más suave que un borrador previo, pero lamentó que “la Comisión mantenga en el proyecto su propuesta de limitar al 5% la aportación de los biocarburantes fabricados con cultivos alimentarios, ya que prejuzga negativamente sus impactos sin base alguna”.

APPA critica que realizaron cuantiosas inversiones para cumplir con las directivas europeas y que las plantas llevan años paradas y el sector está en pérdidas por las importaciones de biodiésel desde Argentina e Indonesia. Ahora, añade, “resulta inaceptable que el objetivo máximo propuesto por la Comisión sea inferior al ya alcanzado en España, donde la contribución de los biocarburantes al consumo en el transporte ha superado ya el 7% en términos energéticos”.

“La propuesta es un paso adelante, pero insuficiente”, afirma Intermón

La industria de los biocarburantes considera que ha sido acusada sin base de todo tipo de fatalidades. En 2008, después de que el precio de los alimentos se disparase —a la par que el del petróleo—, hasta el Banco Mundial les acusó de ser corresponsable de hambrunas.

Todas las propuestas de Bruselas atornillan el actual modelo de biocarburantes. Como cuando propone “incrementar al 60% el umbral mínimo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de las nuevas instalaciones”, frente a un 35% actual. En 2017 ese nivel ya deberá ser del 50%. Y a partir de 2020 no podrán recibir subvenciones (o exenciones fiscales) aquellos biocarburantes que reduzcan notablemente las emisiones y “no se produzcan a partir de cultivos que se utilizan para producir alimentos o piensos”.

La patronal critica que las plantas productoras llevan años paradas

Además, “se tendrá en cuenta la incidencia global de la reconversión de tierras (cambio indirecto del uso de la tierra) al evaluar las emisiones de gases de efecto invernadero de los biocombustibles”. Es decir, que habrá que tener en cuenta si el cultivo se realiza en una zona de bosque tropical, por ejemplo, ya que al talar los árboles se emite CO2.

La UE “pretende fomentar el desarrollo de biocombustibles alternativos, conocidos como biocombustibles de segunda generación, a partir de materia prima no alimentaria, como desechos o paja, que emitan muchos menos gases de efecto invernadero que los combustibles fósiles y no interfieran directamente en la producción mundial de alimentos”.

El futuro, pues, son biocarburantes obtenidos a partir de las algas. Conseguir producir aceites a partir de algas cultivadas en tanques, donde no podría haber acusación posible.

Por todo el mundo, grupos de investigación buscan microalgas que crezcan rápido, que necesiten poca superficie y que, además de crecer a costa del CO2, produzcan un aceite que se pueda utilizar como combustible. Sin embargo, eso aún está lejos. La UE al menos ha marcado el camino que quiere seguir.

Los combustibles de la polémica

  • Los biocarburantes son combustibles producidos a partir de cultivos: soja, palma, caña de azúcar… Emiten menos CO2 que los fósiles.
  • La UE puso como objetivo que en 2020 el 10% de los carburantes del transporte fueran biocarburantes.
  • El transporte utiliza un tercio de la energía de la Unión Europea y es responsable de un 25% de las emisiones totales. Es el sector en el que más difícil resulta controlar las emisiones.
  • La Unión Europea cede a las críticas que dicen que los biocarburantes agravan el hambre en el mundo y contribuyen a encarecer los alimentos y anuncia una reforma legal para endurecer las exigencias.
  • A partir de 2020, los biocombustibles solo podrán ser subvencionados si reducen notablemente las emisiones y no se producen a partir de cultivos para alimentos o piensos.
  • Bruselas quiere acelerar los biocarburantes a partir de algas, paja o desechos.

Fuente: El País