Entre los centros urbanos y sus inmediaciones hay una diferencia de temperatura de entre 3 y 5 grados -en eventos de ola de calor- de media. Son las conocidas como islas de calor, producidas por la concentración de materiales como el hormigón de los edificios o el asfalto que tienen serias consecuencias en la salud. Conocer el mapa detallado de las temperarturas por zonas, podría ayudar a la Administración, constructoras y urbanistas a mejorar sus políticas.
Un total de 10 ciudades europeas han participado en el estudiode islas de calor: Atenas, Bari, Bruselas, Budapest, Lisboa, Londres, París, Tesalónica, Madrid y Sevilla. El proyecto ha sido coordinado por un grupo de empresas como Indra en España, Planetek en Italia, Vito y Eurosense en Bélgica o Edisoft en Protugal, entre otras, y ha sido financiado por la Agencia Espacial Europea. Durante dos años se han realizado termografías a diferentes horas del día y fechas, si bien también se han recogido los datos existentes de mediciones hechas desde 1997, completados por la información de sensores térmicos satelitales (MSG-Seviri, Envisat-AATSR, Modis-Aqua, Modis-Terra, etc.) y estaciones meteorológicas en tierra. «Durante el verano de 2010 se hizo una demostración con la captación de imágenes diarias durante 15 días con previsión de temperatura e indicadores bioclimáticos. Hay sensores que obtienen datos para la misma ciudad desde cada 15 minutos hasta cada 15 días», se explica desde la Unidad de Teledetección de Indra.
Las conclusiones principales ponen de manifiesto que los edificios que cuentan con cubiertas metálicas o material asfáltico son menos eficientes y provocan mayor gasto energético que aquellos con cubiertas planas con gravilla. Las áreas verdes de gran envergadura como el Retiro en Madrid ejercen una influencia positiva en el entorno en términos de temperatura.
Las imágenes obtenidas se podrán complementar con otro tipo de datos como la contaminación lumínica nocturna o índices de vegetación. Todo con un objetivo: dotar a los organismos públicos de productos específicos para prevenir el efecto de las islas de calor sobre la salud (como las provocadas durante el verano de 2003), productos para determinar el comportamiento térmico de edificios y barrios y «a través de los datos de temperatura de superficie y del aire establecer correlaciones con los elementos urbanos. De esta manera los planificadores urbanos pueden diseñar la ciudad para mejorar su habitabilidad», añaden desde Indra. Sin olvidar la reducción de gasto tanto energético como económico.
Fuente: Madri+d