La subida de los precios de la luz en los últimos años y el desarrollo de sistemas de abastecimiento eléctrico alternativo a las grandes eléctricas, como por ejemplo las placas fotovoltaicas para particulares, está provocando miles de cancelaciones en los contratos tradicionales de suministro.
Así se refleja en los datos que periódicamente publica el regulador energético. Antes, estas funciones recaían en la Comisión de Energía, y ahora, en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Según las últimas estadísticas del boletín de indicadores energéticos elaborado por la CNMC, el pasado año el mercado eléctrico en España cerró con un total de 27,584 millones de contratos de suministro eléctrico.
De esa cifra 25,76 millones estaban en la península y el resto eran contratos de suministro extrapeninsular (Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla). Esos datos son sensiblemente más bajas que las de 2012, cuando en España se llegaron a registrar un máximo histórico de 27,917 millones de contratos eléctricos.
El volumen de clientes nunca dejó de subir en los últimos años, a pesar de la crisis económica y el pinchazo del boom inmobiliario, el gran motor del crecimiento de las nuevas instalaciones eléctricas. La desaparición de la burbuja inmobiliaria solo ralentizó el crecimiento.
Así, y según datos históricos de los boletines estadísticos del regulador, en 2006 en España había 25,189 millones de contratos eléctricos. En 2007 aumentaron en casi un millón, hasta los 26,13 millones.
En 2008, el crecimiento se empezó a ralentizar, y el volumen de conexiones aumentó en 600.000, hasta 26,79 millones. En 2009, el enfriamiento inmobiliario ya era muy evidente, y el aumento de conexiones eléctricas apenas llegó a las 100.000. Ese año se alcanzaron los 26,88 millones de contratos.
Momento caótico
Entre 2010, 2011 y 2012, el aumento anual en el volumen de contratos también fue muy limitado, hasta que en 2012 se alcanzó un récord en el número de conexiones a partir del cual el mercado ha empezado a retroceder. El fenómeno coincide con un momento especialmente caótico en el sector eléctrico, con una reforma normativa que ha revolucionado el mercado y ha provocado grandes desbarajustes en los precios de la luz.
El último episodio en este sentido se produjo la pasada Navidad, cuando el Gobierno intervino los precios eléctricos para evitar una nueva subida de la luz con tarifas que se dispararon más del 11%. Después de fijar un precio provisional, ahora las eléctricas tienen que devolver dinero por ser una tarifa excesiva. Con todo, los usuarios tienen la sensación de que el recibo se ha disparado en los últimos años.
Autoabastecimiento
Sin contar los últimos ajustes, el precio medio ha subido más del 70% entre 2003 y 2013. Está habiendo colectivos muy activos que animan a los usuarios a abandonar los contratos tradicionales de suministro y buscar alternativas, como la denominada generación distribuida, que consiste en el autoabastecimiento.
Cada usuario produce su propia electricidad con fuentes como las placas fotovoltaicas o pequeñas turbinas eólicas. Estas instalaciones de renovables han bajado considerablemente de precio y la inversión para su puesta en marcha a pequeña escala es accesible a particulares, sobre todo en el campo.
Los sistemas fotovoltaicos para bombeo en plantaciones de regadío están creciendo como la espuma. Desde las asociaciones agrarias y de regantes se anima a los agricultores a pasarse a este sistema.
Vía Cinco Días