El recibo de la luz debe experimentar un encarecimiento del 20% en los próximos dos años si el Gobierno quiere eliminar en 2013 el problema del déficit de tarifa, que se produce porque los ingresos obtenidos vía tarifa no cubren los costes del sistema eléctrico, según un informe de UBS.
Los analistas del banco suizo consideran que la tarifa regulada debería subir un 10% en 2012 y un 9% en 2013 para que las cuentas del sistema eléctrico queden equilibradas. Posteriormente, y para asumir los previsibles encarecimientos de costes, el recibo habría de registrar subidas adicionales del 4% tanto en 2014 como en 2015.
Estas subidas del 20% en dos años supondrán el pago de 200 euros más al año para una familia media española y dañarán la competitividad del conjunto de la economía, asegura. «En el entorno actual, la medida sería políticamente comprometedora», advierte.
Los analistas de UBS también calculan que la subida necesaria del 10% en 2012 no impedirá que el déficit de tarifa durante el año que viene sea de 2.500 millones de euros, esto es, 1.000 millones de euros más que el límite legal para el ejercicio.
Por otro lado, cifra en 800 millones de euros el agujero para el sistema eléctrico provocado por la decisión del Gobierno de congelar la tarifa en el cuarto trimestre. Los precios de la energía y los costes regulados aconsejaban una subida del 6% de la tarifa, recuerda.
Impuestos a las empresas
A la vista de la envergadura de las subidas de tarifa necesarias, Citi considera que el Gobierno que salga de las urnas el 20-N podría recurrir a alguna medida impositiva que cargue sobre las eléctricas una mayor parte del coste del déficit de tarifa. En total, podrían recaudarse 1.800 millones anuales por esta vía.
Entre las posibles medidas, podrían aplicarse una tasa a la hidráulica y a la nuclear por sus ‘beneficios caídos del cielo’, un IBI a la eólica o un impuesto ‘Robin Hood’ a las eléctricas al estilo del aprobado en Italia. Todos estos escenarios hacen que «los riesgos regulatorios sigan siendo altos» en España, afirma UBS.
Fuente: El Economista