El desastre económico y ecológico del carbón

En un comunicado que  difundió hace unos días, CCOO muestra su «insatisfacción» por el incremento de las emisiones de dióxido de carbono, gas culpable de cambio climático. Según Comisiones, España se halla un 7,9% por encima del objetivo al que se comprometiera nuestro gobierno al ratificar el Protocolo de Kioto: «a falta de los datos definitivos, las emisiones totales de gases de efecto invernadero  crecieron en 2011 un 0’1% respecto al año anterior, mientras que las correspondientes a los sectores incluidos en el sistema europeo de comercio de emisiones (industrial y energético) subieron en un 9,2%».

El sindicato que viera la luz precisamente en las cuencas mineras (carboneras) de Asturias y León, afirma en el comunicado que «el mayor uso en 2011 de carbón para generación eléctrica ha propiciado un repunte de las emisiones de CO2 en 73 millones de toneladas, un 25% más que en 2010, y ello, a pesar de la caída de la demanda eléctrica (1,2%). Además, España ha incrementado el uso de carbón importado y sólo ha cumplido el 80% del objetivo de quema de carbón nacional que establece el RD 134/2010».

CCOO lamenta que «la reducción de la intensidad de emisiones» en los sectores industriales sea «decreciente y en valores insuficientes» (la industria ha presentado un dato menos malo que el del año pasado pero muy alejado aún del objetivo comprometido). Según Comisiones, la caída de la producción, debida en su mayor parte a la crisis, no se ha traducido en una reducción de la intensidad de emisiones «adecuada», un factor que el sindicato califica de «preocupante», dado el hecho probable de que el protocolo que suceda a Kioto podría ser más ambicioso aún en el recorte de emisiones. Frente a ello, y en aras tanto del cumplimiento de Kioto como de la futura competitividad de la industria española, CCOO considera que son «necesarias» medidas de ahorro y eficiencia energética en las instalaciones.

En el mismo comunicado el sindicato califica como «muy preocupante a medio y largo plazo la eliminación de los incentivos al desarrollo de energías renovables (supresión de las primas para nuevas instalaciones y parálisis en la regulación de la normativa para el autoconsumo con balance neto)». Según Comisiones, si no se apoyan las energías renovables, a las que el sindicato considera «el principal factor de reducción de las emisiones energéticas en años anteriores», no se podrán cumplir los compromisos internacionales sobre cambio climático: «perderemos, además, un sector industrial pionero en I+D+i, que disminuye nuestra dependencia energética y que genera empleo». Según todos los estudios, las energías renovables generan más empleo desde hace al menos un lustro que la nuclear y el carbón juntos.

Por fin, CCOO reconoce que en los sectores difusos –edificación, transporte– caen las emisiones «como consecuencia de la menor actividad económica», pero al mismo tiempo señala que, por una parte, ello no ha sido debido a las políticas de mitigación –»no han sido significativas en ese descenso»– y añade por otra que, antes al contrario, «en muchos ámbitos» incluso se han reducido los incentivos para el ahorro de energía: «modernización energética de edificios, cambio modal en el transporte, planes de ahorro y eficiencia energética y otros nuevos, como la fiscalidad ambiental, se han caído totalmente de la agenda política». El sindicato propone que las subastas de los derechos de emisión de la tercera fase (2013-2020) se dediquen a la financiación de medidas y políticas encaminadas a la reducción de emisiones en todos los sectores.

Fuente: energias-renovables.com

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