La producción eólica ha caído en 2011, algo sin precedentes. Y no ha caído poco, sino que la producción, descontado el aumento de la potencia instalada, ha bajado casi un 10%. Así lo afirma Alberto Ceña, director técnico de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), la patronal del sector. El dato es sorprendente porque hasta ahora las empresas calculaban que el máximo de variación del viento de un año a otro sería de un 5%.
Hasta el 23 de diciembre,la eólica había producido 40.618 gigavatioshora, según Red Eléctrica de España. Esto supone un 4,1% menos que en el mismo periodo del año anterior y un descenso del 5,1% si se tiene en cuenta la variación en el año móvil.
Teniendo en cuenta que la potencia eólica instalada ha crecido aproximadamente un 5%, “el descenso en el factor de carga ronda el 10%”, explica Ceña. “Hasta ahora manejábamos que podría haber variaciones de un año a otro del 5%. Si me preguntaran ahora diría que fácilmente puede llegar al 8%”, añade Ceña.
Ceña recuerda que 2010 fue un año excepcionalmente ventoso. Entonces, la eólica cubrió el 16% de la demanda eléctrica, mientras que en los 11 primeros meses de este año es del 15,5% (y eso que la demanda total ha caído un 1,6%). En REE también señalan que el descenso es llamativo, porque hasta ahora se pensaba que la hidráulica era muy variable de un año a otro pero que la eólica sería más estable: «En el tema de la eólica todos seguimos aprendiendo».
El técnico de la patronal detalla que en Alemania y otros países del norte de Europa sí contaban con variaciones interanuales más acusadas por depender solo de un tipo de vientos, pero que en España creían que si no soplaba un viento lo haría otro: “Por su posición, España es casi una isla, influenciada por los vientos del Atlántico, pero también borrascas del norte, el cierzo y del Mediterráneo. Somos los primeros sorprendidos por los datos”. Ceña ironiza que el viento se ha sumado a lo que el sector define como un mal año para el sector. “A los cambios regulatorios se le ha unido el viento”.
La bajada coincide con un año que según la Agencia Estatal de Meteoroogía ha sido hasta el momento el más cálido de la serie histórica. Mucho calor implica muchos anticiclones, lo que a su vez significa poco viento.
Fuente: El País