Entrevista a Francesco Starace. Presidente de Enel Green Power
Nacido en Roma en 1955, este ingeniero nuclear considera que España es un laboratorio de lo que será en el futuro el sector de renovables en otros países. Y no comparte las acusaciones de la industria local sobre la supuesta inseguridad regulatoria española.
Es el máximo ejecutivo de Enel Green Power (EGP) desde su creación en 2008. El holding, con una rama española en la que se integraron los activos de renovables de Endesa, cumple mañana su primer (y difícil) aniversario en Bolsa. El discurso de Francesco Starace sobre el sector en España resulta, cuando menos, discordante.
Pese a la crisis financiera, la Bolsa se ha portado bien con EGP.
Desde el 4 de noviembre del año pasado el valor medio de las acciones en Milán y Madrid ha subido el 6%. Un balance positivo si tenemos en cuenta que el índice de las Bolsas donde cotizamos también en la de Londres ha caído entre el 25% y el 30% y que, de las cuatro empresas de renovables que había, dos han desaparecido y la otra no está tan bien como nosotros.
¿Es una heroicidad?
La clave está en que autofinanciamos nuestro crecimiento, gracias a un cash flow robusto. Cuando hicimos la OPV nos criticaron, nos decían que podríamos crecer más con endeudamiento, pero creímos que no era el momento de entrar en el mundo del crédito. Fue una intuición correcta y por ello no nos ha afectado la crisis bancaria. Es cierto que estamos limitados, pero aún así añadiremos este año 800 MW y otros 1.000 en 2012.
¿Es posible en el caso de Enel una operación de vuelta atrás como la de Iberdrola Renovables?
Esa fue una operación difícil de entender, sin lógica económica y mala para los minoritarios. Al contrario que Iberdrola, el precio de EGP es más alto ahora que cuando comenzó a cotizar. La matriz colocó la compañía de renovables a un precio de saldo. Enel tendría que pagar mucho para recomprar su filial, y, aunque sería un buen negocio para el accionista, no es esa nuestra intención.
Hay quien opina que en España hay una inseguridad regulatoria. ¿Está de acuerdo?
España está cinco años por delante en el desarrollo de las renovables, porque empezó antes y no se puede criticar sin tener en cuenta que ha habido un desarrollo más rápido y profundo. Yo lo digo muchas veces, si Italia, Francia, Grecia o Rumanía quieren saber lo que va a pasar, tienen que coger un avión y venir a Madrid. Hay problemas que España ya ha resuelto y que otros países intentan resolver ahora. La transformación es muy interesante porque será la pauta para el resto de países. En mi opinión, el cambio de marco regulatorio que se va a producir será mucho más amplio, irá más allá de las renovables.
Otra creencia es que las primas de las renovables en España son las más altas de Europa.
No. El récord está en Italia; en Francia y España son parecidas.
¿El problema entonces es que en España hay muchos megavatios?
Sí. Las renovables no son un juego de niños a los que hay que tener contentos para que no molesten. Es una parte muy importante del mix energético y no van a desaparecer. Hay muchos inversores no industriales y el cómo tratarlos es una cuestión muy interesante.
¿Qué opina sobre el polémico decreto eólico que está en trámite?
Hay una contradicción entre el contenido de este borrador y el objetivo del Gobierno de lograr que en 2020 un 20,8% de la generación sea de origen renovable. Para lograr ese objetivo 39.000 MW faltan 11.000 MW, pero si el texto mantiene 1.500 horas primadas al año, a los productores no les resultará rentable generar por encima de esas horas, por lo que solo se lograrán 4.500 MW más en 2020. Hay que resolver esa contradicción; el resto de parámetros están bien. El Gobierno siempre puede cambiar sus objetivos, pero las dos cosas no pueden ser.
¿En qué medida EGP está cumpliendo su plan estratégico?
Hemos hecho la mitad del trabajo y nos quedan tres años y medio para completarlo. A los cinco meses de la OPV, en abril, revisamos los objetivos, con un cambio de estrategia geográfica y tecnológica. Y lo estamos cumpliendo: para 2015, prevemos poner en marcha 10.400 MW, frente a los 6.100 MW iniciales; invertir 6.200 millones, sobre 5.400 millones, y lograr un Ebitda de 2.400 millones; este año será de 1.400 millones. Todo, manteniendo el dividendo en el 30%.
¿Por qué ese cambio estratégico?
Quisimos anticiparnos a los cambios regulatorios de Italia y España. Una decisión correcta, a la vista de lo que ha pasado. Ahora centramos nuestro crecimiento en Latinoamérica, EE UU y el resto de Europa. En cuanto a tecnologías, queremos equilibrar los tres grupos que tenemos, hidro; geotermia y viento, biomasa y solar, hasta lograr que sean un tercio del negocio cada uno.
Fuente: CincoDias.