El origen de la movilidad sostenible

El Banco Mundial prevé que en el año 2030 el 60% del planeta vivirá en ciudades. Esto significa que no sólo aumentará la demanda de viviendas sino que también habrá un incremento del parque automovilístico en nuestras calles.

Actualmente el modelo actual de transporte urbano posee grandes inconvenientes, es un modelo basado en el coche particular, lo que se ha traducido en un aumento de la contaminación del aire, el consumo excesivo de energía, efectos dañinos sobre la salud en la población o la saturación de las vías de circulación.
Esta situación ha provocado en la sociedad la necesidad de encontrar alternativas para evitar los efectos negativos de este modelo de transporte y buscar de esta forma un nuevo modelo de ciudad sostenible.
¿Cómo hacer para que las personas y los bienes se transporten de forma sostenible?
El concepto de movilidad sostenible se relaciona con aquellas prácticas responsables destinadas a reducir los efectos negativos mencionados anteriormente. La población cada vez más sensibilizada ya ha iniciado cambios en su vida diaria para mejorar la calidad del entorno. Desplazamientos a pie, en bicicleta, transporte público, compartir coche, etc. serían alguna de estas prácticas, pero además existe por parte de empresas o administraciones políticas encaminadas a favorecer dicho cambio.
El transporte sostenible en las ciudades significa buscar soluciones relacionadas a mejorar las redes del transporte público, promover el uso de la bicicleta e incluso caminar; es decir, trasladarse de una forma que tenga un impacto menos negativo en el medio ambiente. En resumen, dejar en casa el automóvil y moverse en medios más “ecoamigables”.
¿Cómo lograr la movilidad sostenible?
Según el Informe sobre la movilidad mundial publicado por el Banco Mundial, para lograr la movilidad sostenible necesitamos conseguir cuatro objetivos de forma simultánea: acceso universal, eficiencia, seguridad y la movilidad ecológica.
El concepto actual de movilidad contribuye a la desigualdad en el acceso a oportunidades sociales y económicas, causa muertes por accidentes de tráfico y promueve el alto consumo de combustibles fósiles, que a su vez dañan el medio ambiente debido a las grandes cantidades de emisiones de CO2.

Vehículos eléctricos y movilidad sostenible.

Si el concepto de movilidad sostenible puede relacionarse con todas aquellas acciones destinadas a que las personas mejoren la calidad del entorno, podemos decir que los coches eléctricos son la mejor alternativa para que nuestros desplazamientos sean más responsables con el planeta.

En España, las ventas de coches eléctricos siguen aumentando. Según V2C, el pasado año 2017 se vendieron en España 3.920 coches eléctricos, una cifra optimista, teniendo en cuenta que las ventas han aumentado un 96%, 2017 supera con creces las 2.005 unidades de coches eléctricos vendidos en 2016.

El parque móvil del país ya representa un 2% según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Caminos (ANFAC). Este nuevo escenario confirma que los vehículos eléctricos están cada vez más presentes en el mercado automovilístico español.

En el año 2020 el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad prevé que España triplique el número de vehículos eléctricos con respecto a 2017. Es decir se estima que habrá 110.000 vehículos eléctricos en España.

¿Estos datos optimistas con respecto a las ventas de coches eléctricos se traducirán en una nueva oportunidad para el planeta?

Casi un 25% de los gases de efecto invernadero proceden de los vehículos de combustión interna (gasolina y diésel). La adopción de nuevos medios de transporte eléctricos ayudará sin duda a evitar un calentamiento global con consecuencias devastadoras.

Un estudio del Massachusetts Institute of Techology (MIT) realizado a lo largo de cuatro años en EEUU concluye que la adopción del vehículo eléctrico reduciría un 60% el consumo de gasolina en el país y ahorraría un 30% de todas las emisiones provocadas por el sector transporte. La reducción sería aún mayor si la electricidad generada para cargar los vehículos procediera de energías renovables.

Parece pues que nos encontramos ante un momento de cambio, con cierta incertidumbre pero cada vez más concienciados sobre el uso de las nuevas formas de transporte y apostando cada vez más fuerte por el cambio hacia el coche eléctrico.