Entre ochocientas mil y un millón de viviendas españolas se despedirán de la calefacción central por columnas verticales en los próximos años. Y es que es inminente la aprobación de la normativa que obligará a los ciudadanos a contabilizar su consumo eléctrico individualizado, como marca la directiva europea de eficiencia energética 2012/27/UE. Pero, ¿con qué objetivo? La meta de esta nueva normativa es ahorrar hasta un 20% de energía en los edificios, dejando de lado la calefacción central por columnas verticales y apostando por nuevas soluciones.
¿Qué es la calefacción central por columnas verticales y por qué cambiarla?
Según la Unión Europea, el ritmo de renovación de edificios tiene que acelerarse ya que el parque inmobiliario actual constituye el sector con mayor potencial de ahorro de energía del continente. Los edificios son cruciales para alcanzar el objetivo de la Unión de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 80% y un 95% para 2050 respecto a los niveles de 1990.
La calefacción central por columnas verticales es la instalación para calefacción central más habitual en los bloques de pisos españoles, aquella que distribuye el calor mediante columnas verticales sin que exista una separación por cada vivienda. Era una buena idea en sus inicios, pero actualmente -debido a los avances tecnológicos- sus limitaciones e inconvenientes, así como su bajísima eficiencia energética, han ganado peso para los usuarios. Y es que los inquilinos no pueden elegir de forma independiente cuánto y cuándo calentar su propia vivienda… lo que conlleva un exceso o falta de calor que se traduce en poco confort y disputas vecinales.
Por si fuera poco, la calefacción central por columnas verticales tiene un alto consumo energético, que se traduce en el derroche de energía en perjuicio del medio ambiente y de la economía de los ciudadanos. Su coste es extremadamente elevado y no refleja el consumo personal de cada vivienda ni da respuesta a las necesidades individuales de cada uno.
Para solucionar este problema, España debe asegurar que a partir del 1 de enero de 2014, el 3% de la superficie total de los edificios con calefacción y/o sistema de refrigeración que tenga en propiedad y ocupe su administración central se renueve cada año. Auditorías energéticas, contabilizar el consumo eléctrico individualizado, incentivos… En las próximas entradas hablaremos sobre las diferentes medidas propuestas para mejorar la eficiencia energética de los edificios del país en materia de calefacción, así como las ayudas y sanciones que esta nueva directiva propone para los ciudadanos.
La Unión se enfrenta a retos sin precedentes debido a una creciente dependencia de las importaciones de energía y a la escasez de recursos energéticos, así como a la necesidad de limitar el cambio climático y superar la crisis económica. Cambiar este sistema de calefacción optando por soluciones más modernas supondrá para los ciudadanos hasta el 20% de ahorro energético -y monetario- en calefacción.