5 mitos sobre la calefacción

 5 mitos sobre la calefacción

Circulan desde hace tiempo por ahí una serie de  típicos consejos del listillo de turno sobre la calefacción, unas leyendas urbanas sobre cómo ahorrar en calefacción que resucitan cada año con los primeros fríos. Tumbamos 5 mitos especialmente extendidos y te contamos la verdad acerca de esos aspectos para que puedas ahorrar de verdad en calefacción.

1. El «calor azul» es lo mejor

Pese a la gran cantidad de publicidad que ha pululado por los medios en los últimos años, el llamado «calor azul» no figura entre las mejores opciones para calentar tu casa. En realidad es muy parecido a los clásicos radiadores eléctricos de aceite, pero con otros fluidos en su interior.

Los sistemas que emplean resistencias para calentar (calor azul, termocalefactores, braseros, radiadores eléctricos en general) siempre son los más ineficientes y los más caros, pues por cada kW de elctricidad empleado en generar calor siempre se obtiene menos de 1 kW de potencia calorífica.

Si optamos por una calefacción eléctrica, lo más eficiente es instalar bombas de calor INVERTER, que por cada kW de potencia eléctrica generan entre 3 y 4 kW de potencia calorífica. Además, ya existen bombas de calor inverter que funcionan con energía solar, reduciendo enormemente el consumo eléctrico del aparato, ya de por sí reducido.

2. Apagar la calefacción sale caro

Este mito está especialmente extendido y dice que apagar la calefacción consume más energía que mantenerla encendida a temperatura constante. Es algo parecido a aquel mito que dice que encender y apagar las lámparas fluorescentes gasta más que dejarlas encendidas. FALSO.

Aunque al encenderla tendremos un pico puntual de gasto, a la larga el ahorro se nota y merece la pena. Bajar la temperatura a 16ºC durante la noche supone ahorrar un 13% respecto a mantener la calefacción encendida a 20ºC. Programar en el termostato reducciones de temperatura en los periodos que no vamos a estar en casa también ahorra.

3. El calor apenas se escapa por las ventanas

Hay quien cree que el calor que se pierde por las ventanas apenas se nota en la factura si están bien cerradas y son pequeñas.

La realidad es diferente: una cuarta parte de la energía producida en los hogares se destina a cubrir lo que se pierde por las rendijas de las ventanas. El doble cristal reduce estas pérdidas en un 50%. Si no podemos instalar doble cristal, al menos hay que instalar una lámina reflectante térmica que reduzca las pérdidas de calor.  La instalación de burletes en puertas y ventanas para evitar fugas de aire pueden reducir hasta un 40% la pérdida de calor por ventanas y puertas.

4. No hay calefacción con paneles solares

Los paneles solares térmicos tienen un depósito que acumula calor y sí que pueden contribuir al sistema de calefacción de la casa.

Lo que es verdad es que estos paneles permiten ahorrar mucho más (hasta un 70%) en agua caliente y no tanto («solo» un 40%) en calefacción, pero si ya disponemos de un sistema solar térmico para el agua caliente, ¿por qué no ampliarlo para apoyar a la calefacción? La amortización de esta instalación es mas lenta, pero se nota mes a mes.

5. Las calderas de condensación necesitan radiadores grandes

Otra falsedad: los radiadores tamaño estándar son perfectamente compatibles.

Pero es cierto que si fuesen mayores podríamos ahorrar más (la caldera podría trabajar a menos potencia y por tanto el consumo sería menor). Como es sabido, las calderas de condensación poseen un rendimiento superior a las convencionales, ya que aprovechan parte del calor que se expulsa en los gases de la combustión, y deben ser nuestra opción si optamos por una calefacción de gas.

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